Viejos son los trapos
El 17% de nuestra población es adulta mayor, es decir que tiene 65 años o más. Las proyecciones indican que este sector de la población será del 25% hacia 2030.Un dato estadístico que ilustra la evolución de la expectativa de vida:
Las personas de 80 años y más constituyen el grupo de edad que presenta el mayor crecimiento relativo en el total de la población argentina.
Por Walter Fresco
En 1970, solo el 1% de la población tenía 80 años y más.
En 1980, el 1,3%.
En 1991, el 1,6%.
En 2001, el 2,1%.
En 2010 representan el 2,5%.
No obstante, en la Ciudad de Buenos Aires trepan al 5,1%; en Santa Fe, al 3%; en Córdoba, al 2,7%; en Buenos Aires, al 2,6%; y en La Pampa, al 2,6%.
Frente a esta realidad, ¿qué hacemos como estado? ¿qué hacemos como sociedad?
¿Damos cuenta de estos cambios? La respuesta es NO.
Los llamamos “viejos”, “abuelos”, los definimos por su edad o por su rol. ¿Todos los adultos mayores son viejos? y por lo tanto, ¿medicables, encerrables, descartables? ¿Todos los adultos mayores son abuelos? es decir ¿los definimos por un rol? Hasta el abuelazgo cambió; cada vez somos abuelos a edades más jóvenes.
Los adultos mayores son PERSONAS. Sí, personas. Sujetos de derechos.
Necesitamos que se deje de invisibilizar a este sector tan importante y valioso de la sociedad, que sean tenidos en cuenta a la hora de decidir políticas públicas.
Necesitamos ciudades amigables con los adultos mayores.
# Acordar con las empresas de transporte público para tengan unidades que contemplen las necesidades del adulto mayor (altura de la puerta de ascenso y descenso, que los colectivos paren siempre cerca de la vereda, que no arranquen furiosamente cuando un adulto mayor sube o baja de la unidad).
# Deben existir rampas en veredas y deben estar a 12 grados.
#Las entidades financieras que se ocupan de jubilados y pensionados deben adaptar sus lugares de atención para que los adultos mayores no deban hacer grandes filas parados en la vereda, muchas veces en condiciones de frio o lluvia.
#Tener en cuenta siempre que los lugares de alojamiento de adultos mayores (geriátricos) no son depósitos de personas. Nadie puede ser encerrado contra su voluntad, deben poder entrar y salir de esos lugares sin restricciones y pueden recibir visitas siempre.
En suma, ni abuelos ni viejos. Personas mayores que tienen derechos.
Por eso propongo que nos pongamos a trabajar para que estos derechos se cumplan:
# Respeto a su autonomía. Su opinión debe ser tomada en cuenta siempre.
# Derecho a la opinión y participación política, social y cultural sin restricciones.
# Derecho a una sexualidad y una vida amorosa plena.
# Garantizar siempre las prestaciones de salud acordes a su edad y necesidades.
# Asegurar la transitabilidad en los espacios públicos.
# Derecho a recrearse, estudiar y trabajar.
En un contexto donde toda la sociedad pierde derechos, es necesario atender las demandas de este sector que contribuye a la vida social tanto como otros.
La calidad de nuestra sociedad también debe medirse por como tratamos a nuestros adultos mayores.
Todos vamos a estar en su lugar.