
Un proyecto del Instituto de Física Aplicada (CONICET-UNSL) impulsó investigaciones que apuntaron a sustituir materiales contaminantes por alternativas sostenibles en envases, mulching y aplicaciones industriales vinculadas a la producción de alimentos.
Por Florencia Belén Mogno
En las últimas décadas, la industria del envase y el embalaje adoptó masivamente plásticos derivados del petróleo debido a su bajo costo, resistencia y versatilidad. Este proceso transformó las cadenas de producción y distribución, pero profundizó la acumulación de residuos plásticos no biodegradables que permanecen en suelos y ecosistemas.
El crecimiento internacional del mercado de plásticos y la ausencia de materiales competitivos de origen renovable generaron una dependencia estructural hacia polímeros que provienen de fuentes no renovables. Esta dependencia provocó impactos visibles sobre territorios productivos, dado que una porción de los plásticos utilizados en campo quedó expuesta a la intemperie y fragmentada en partículas que afectaron la calidad de los suelos.
En paralelo, el avance del conocimiento científico impulsó líneas de investigación centradas en biomateriales capaces de reproducir las funciones de los polímeros sintéticos sin sus consecuencias ambientales.
En ese sentido y de acuerdo con la información a la que accedió Diario NCO, un equipo de investigadores del CONICET avanzó en el desarrollo de polímeros biodegradables aplicables a envases sostenibles, mulching agrícola y geles destinados a remediación ambiental.
El aporte del sistema científico argentino
El proyecto estuvo centrado en reemplazar materiales derivados del petróleo que generan residuos contaminantes, especialmente en sectores vinculados al agro y la producción de alimentos.
En tanto el grupo estuvo integrado por especialistas del Instituto de Física Aplicada “Dr. Jorge Andrés Zgrablich” (CONICET-UNSL) y formó parte del Laboratorio de Membranas y Biomateriales, conocido como BIOMAT.
Las líneas de trabajo incluyeron la extracción, caracterización y evaluación de biopolímeros provenientes de fuentes renovables, con especial interés en reproducir la funcionalidad de los plásticos tradicionales en contextos productivos.
Los investigadores señalaron que los polímeros de origen natural se encuentran en una gran diversidad de estructuras orgánicas presentes en frutos, paredes celulares de vegetales y ciertos tejidos animales.
Este tipo de materiales, por su composición, poseen propiedades biodegradables y renovables que los convierten en candidatos capaces de reemplazar derivados del petróleo. La línea de trabajo buscó demostrar que estos polímeros pueden cumplir funciones esenciales en envases, películas para cultivos y sistemas de protección sin recurrir a químicos de síntesis o conservantes artificiales.
Avances en biomateriales y alternativas sostenibles
Las investigaciones realizadas desde BIOMAT se orientaron a diseñar materiales capaces de reducir los niveles de contaminación originados por el uso masivo de plásticos sintéticos. Entre los beneficios identificados se encontró su potencial para prolongar la vida útil de alimentos sin recurrir al uso de colorantes, aromatizantes o conservantes químicos, lo que podría mejorar la calidad sanitaria de los productos y disminuir costos de procesamiento.
En la producción hortícola, las películas biodegradables estudiadas por el equipo se presentaron como una herramienta prometedora. Según los especialistas, estos materiales contribuyeron al crecimiento de las plantas, ayudaron a controlar malezas y redujeron la dependencia del uso de agroquímicos. Su capacidad para degradarse de manera natural los posicionó como una opción más amigable con los suelos y los ecosistemas locales.
Otro de los ejes estratégicos del laboratorio incluyó el desarrollo de membranas poliméricas empleadas como filtros en la purificación de agua, separación de iones tóxicos y tratamiento de efluentes industriales.
Estos avances se integraron en líneas de transferencia tecnológica que derivaron en convenios con empresas y proyectos para atender problemáticas sociales vinculadas con el acceso al agua segura.
Investigación con proyección industrial y territorial
Por otra parte, los desarrollos del laboratorio abarcaron etiquetas inteligentes, envases activos, sistemas de liberación controlada de biofertilizantes y tecnologías aplicadas al tratamiento de aceites, jugos y compuestos farmacéuticos.
Estas iniciativas demostraron que la investigación en biopolímeros no se limitó al reemplazo de plásticos, sino que abrió nuevas posibilidades para mejorar procesos industriales y ambientales.
Desde el grupo de investigación destacaron que el objetivo de largo plazo estuvo en lograr que los materiales diseñados en el laboratorio llegaran al mercado y fueran utilizados en huertas y sistemas productivos reales. La posibilidad de escalar estos desarrollos representó un desafío complejo, pero necesario para avanzar hacia una matriz productiva menos dependiente de insumos contaminantes.
A pesar del tiempo que requiere la investigación y el desarrollo de biomateriales, el equipo coincidió en que la transición hacia alternativas biodegradables es imprescindible para enfrentar la crisis ambiental y mejorar la sostenibilidad de industrias clave. La continuidad de estas líneas de trabajo fortaleció la autonomía científica y consolidó la presencia del sistema científico argentino en agendas globales de innovación.
Un laboratorio con historia y compromiso territorial
El Laboratorio de Membranas y Biomateriales, de doble dependencia CONICET-UNSL, reúne profesionales de química, ingeniería en alimentos, bioquímica y biología molecular. Desde su creación en 1983 impulsó aportes relevantes en purificación de agua, separación de compuestos industriales y desarrollos orientados a problemáticas socioambientales.
La trayectoria del laboratorio muestra un compromiso sostenido con la investigación aplicada y la vinculación territorial. Sus equipos integraron proyectos que aportaron soluciones reales a comunidades con vulnerabilidad ambiental y colaboraron en iniciativas de desarrollo productivo con impacto directo en el sistema agroalimentario.
A través de estas investigaciones, el CONICET mantiene su rol como actor estratégico en la construcción de alternativas que respondieron a desafíos ambientales, productivos y sociales, con una mirada que combina innovación, sostenibilidad y soberanía científica.
Fuente fotografías: Conicet.
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