
Este lunes, el Tano igualó 1-1 con Deportivo Armenio en Ingeniero Maschwitz, pero no alcanzó: quedó eliminado por 2-1 en el global tras perder 1-0 en la ida. Emiliano Mozzone abrió el marcador para el matancero y Segovia empató sobre el final para el tricolor que le terminó arrebatando la ilusión de los penales.
Por Giuliana Salmonte Siciliano
Gmail: giulianasalmontesiciliano@gmail.com
Sportivo Italiano llegó al partido decisivo en Maschwitz con la obligación de revertir una serie que había quedado cuesta arriba desde la ida. En el Estadio República de Italia, el Azzurro había mostrado actitud, dominio territorial y una búsqueda constante, pero aquella tarde se encontró con un Armenio sólido en defensa y con su arquero como figura. Un gol tempranero de Lucas Medina en el segundo tiempo terminó marcando el 1-0 y obligó al conjunto matancero a viajar al norte del conurbano con la presión de ganar como visitante para seguir con vida en el Reducido.
A pesar de la derrota, Italiano había dejado señales positivas: carácter y momentos de control del juego que ilusionaban a su gente. Por eso, el partido de vuelta se esperaba con expectativa, confiando en que el equipo podía corregir detalles, ser más efectivo y transformar en goles todo aquello que en la ida se había quedado apenas en intenciones. Con esa convicción, el Tano visitó a Deportivo Armenio y estaba dispuesto a pelear hasta el final.
El encuentro en el estadio Armenia terminó siendo tan parejo como intenso. Desde el inicio, la visita asumió el protagonismo, decidida a imponer condiciones y a demostrar que la serie todavía tenía mucho por decir. El equipo se adueñó de la pelota, circuló y buscó lastimar por las bandas, mientras que el local apostó a esperar, cerró espacios y contraatacó cuando la ocasión lo permitía. Los primeros minutos marcaron claramente la postura de cada uno.
En ese contexto, las primeras chances claras fueron para el conjunto matancero. Emilio Porro tuvo una oportunidad con un remate adentro del área que se fue apenas desviado, y poco después fue Facundo Gómez quien intentó con un disparo cruzado que no entró muy poco. Armenio respondió con aproximaciones desde media distancia que obligaron a la intervención de Federico Díaz, quien lo hizo perfectamente.
El momento más polémico de la tarde llegó sobre el cierre del primer tiempo. En una jugada que generó reclamos, el árbitro Gastón Iglesias cobró un penal para Armenio por una supuesta falta de Jonathan Rivero sobre Barrionuevo. La protesta de los jugadores de Italiano fue inmediata, señalaron que la infracción había sido claramente fuera del área. Tras dialogar con su asistente Federico García, Iglesias finalmente retrotrajo la decisión y marcó tiro libre.
El complemento arrancó con la misma intensidad: Italiano decidido a buscar el gol que lo pusiera en partido y Armenio firme en su plan de sostener la serie. La entrada de Emiliano Mozzone a los siete minutos fue clave para cambiar el ritmo ofensivo de su equipo. El delantero aportó movilidad, estuvo activo en cada ataque y generó preocupación en la defensa tricolor.
El gol llegó a los 30 minutos del segundo tiempo. Tras una combinación en el borde del área, Mozzone recibió la pelota, amagó hacia adentro y definió con un derechazo preciso inatajable para Iván López. Con el 1-0, la serie quedó igualada y el envión anímico parecía equilibrar la balanza.
Sin embargo, los detalles suelen definir historias. Y esta vez, ese pequeño margen favoreció al local que usó a su gente como escudo. Cuando mejor estaba Italiano y el partido parecía encaminado hacia un cierre dramático, llegó un tiro libre desde la derecha ejecutado por Franco Almanza. El envío al área encontró en el segundo palo a Imanol Segovia, que anticipó y empujó la pelota para empatar el encuentro a los 39 minutos. Ese gol selló la serie: Deportivo Armenio recuperó la ventaja global y dejó a Sportivo Italiano sin margen de error en los últimos minutos.
A partir de ahí, la visita intentó todo: metió gente en el área, buscó por arriba, cargó con centros y apostó al impulso emocional más que al orden táctico. Sin embargo, el tiempo no alcanzó. El Tricolor aguantó, controló cada intento y dejó correr los segundos hasta el pitazo final, que decretó la eliminación del conjunto matancero del Reducido de la Primera B Metropolitana.
El cierre de temporada deja sensaciones encontradas para el Azzurro. El equipo mostró actitud, fue protagonista en largos pasajes de ambos partidos y estuvo muy cerca de forzar un desenlace distinto. Quedará como aprendizaje la importancia de los detalles y de sostener la concentración durante los 90 minutos.
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