
Wan Geisha. La cantautora boliviana-argentina lanzó “Silence of the Dreamers”, un sencillo que convierte el duelo y la introspección en una propuesta de pop con raíces nikkei y un mensaje de resiliencia.
Por Florencia Belén Mogno.
En el panorama musical contemporáneo, cada vez más artistas exploran la vulnerabilidad como motor creativo. Las experiencias personales, lejos de permanecer en el ámbito íntimo, se convierten en narraciones colectivas que invitan a la reflexión.
En ese sentido, el pop y sus múltiples fusiones dieron lugar a obras que van más allá del entretenimiento, y que buscan conectar con el público en un aspecto más emocional y sensorial. Este tipo de propuestas conjugan producción sonora, visual y performática, y generan experiencias que involucran los sentidos y construyen comunidades en torno a un mensaje.
En este marco, la cantautora boliviana-argentina de origen nikkei Wan Geisha presentó su nuevo sencillo “Silence of the Dreamers”, una pieza que plasma su proceso de duelo y su búsqueda de resiliencia. En diálogo con Diario NCO, la artista relató cómo la mudanza en soledad y la muerte de su madre marcaron un antes y un después en su carrera y en la manera de concebir su arte.
Los sentires a través del arte
En principio, ¿de qué manera empezaste en la música?
W.G: Mi camino musical empezó en 1994 cuando tenía entre 10 y 12 años. Ahí fue cuando me di cuenta que tenía oído musical, ya que solía escuchar la radio como las de antes que se enchufaban y así aprendí de música cantando con temas de Whitney Houston, Mariah Carey, Céline Dion.
Y en relación al presente, ¿cómo nació Silence of the Dreamers?
W.G: Tiene un significado muy profundo para mí. Nació por honor a la historia de mi madre después de una larga lucha con la depresión. Ella amaba la música, amaba cantar, solía escuchar ABBA cuando estaba triste y creo que fue por eso que me incliné al pop.“Silence of the dreamers” está inspirada en la fortaleza que mi madre tuvo luchando con la enfermedad por dos décadas. Quería plasmar una melodía que transmitiera la lucha interna en esos momentos y que también de energía y fortaleza para levantarse.
Antes comentaste que es “un himno a la fortaleza del alma”, ¿Cómo lograste traducir eso en sonido y letra?
W.G: La canción tiene una melodía poderosa y un estribillo que tiene arreglos y armonías de varias voces, ¡Muy épico!. Además, al escucharlo quería que transmitiera calma y paz, pero a la vez poder y fortaleza. Creo que en nuestra sociedad tenemos muchos tabúes con el miedo y la tristeza porque están mal vistos o se esconden. La letra habla mucho sobre el poder que da abrazar los miedos convirtiéndolos en energía que nos hace levantarnos y tomar acción frente a lo desconocido.
La canción surge después de una gran pérdida personal y un cambio de vida, ¿de qué manera consideras que te transformó eso y cómo impactó en tu arte?
W.G: Duelar es un proceso que transforma. En mi caso, y en el de quienes alguna vez cuidaron a otra persona con amor, se sabe que cuando alguien se va no solo duele la persona que se fue, sino también quien uno era junto a esa persona. El dolor y la transformación que implica el duelo me ayudaron a definir quién soy como artista y el mensaje que quiero transmitir al mundo a través de mi arte.
Tus canciones tienen una estética muy cuidada y conceptual, ¿Cómo pensás tus lanzamientos desde el sonido hasta lo visual y performático?
W.G Hay mucho por hacer con Wan Geisha desde lo estético, lo cultural y lo expresivo-sensorial. Por ahora, todo representa un aprendizaje enorme para mí. Voy produciendo, de a una, las canciones que escribí, pensando en qué me gustaría disfrutar y compartir, y en qué deseo que mi comunidad vibre. Trato cada vez más de ofrecer un show de mayor calidad, que sorprenda y nos saque de lo cotidiano. Es un camino que requiere mucha inversión en todo sentido, pero sobre todo de energía, armado de un equipo artístico, tiempo y estrategia. Estoy haciendo camino al andar, pero siempre lo pienso desde el ethos de Wan Geisha: la fortaleza y la transformación.
Estás trabajando en un show conceptual que integra música, narrativa visual y performance, ¿Qué nos podés adelantar?
W.G: Les puedo adelantar que habrá vestuario creado por mí y va a mezclar lo mejor de Bolivia, Japón y Argentina. También estoy componiendo en portugués así que vamos a llegar a Brasil.
Por último, ¿cuáles son los próximos proyectos que se vienen para tu carrera?
W.G: Este año voy a terminar de lanzar seis canciones que escribí allá por el 2022 – 2023 y, con suerte, voy a estar tocando en vivo en agosto por Buenos Aires. Espero tener armado ahí un show de mejor calidad para mi comunidad y me encantaría trabajar con otros músicos y productores, hacer colaboraciones internacionales con músicos de otros países en Latinoamérica y por qué no, del mundo.



