
Recuperación. La histórica cuenca volvió a concentrar la atención de autoridades y ciudadanía, con actividades que buscaron visibilizar su situación actual y fomentar la conciencia sobre la necesidad de proteger el entorno.
Por Florencia Belén Mogno
La Cuenca Matanza-Riachuelo todavía representa un foco de preocupación ambiental en la agenda local. Autoridades y organizaciones sociales impulsaron iniciativas para reflexionar sobre el impacto de la contaminación y la importancia de mantener un ecosistema saludable en las comunidades ribereñas. La región, marcada históricamente por residuos industriales, volvió a ser analizada a la luz de los avances y desafíos pendientes en materia de saneamiento.
En los últimos años, el río se convirtió en un ejemplo de los retos ambientales del país. La interacción de industrias, barrios y espacios naturales generó una presión constante sobre el ecosistema, afectando la calidad del agua y del aire y la salud de quienes habitan sus márgenes. Este panorama destacó la necesidad de políticas públicas efectivas y de la participación ciudadana para revertir los daños acumulados.
En ese sentido y de acuerdo con la información a la que tuvo la oportunidad de acceder Diario NCO, se llevaron a cabo una serie de propuestas en torno a la Cuenca para concientizar sobre el contexto de la misma.
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La articulación entre distintas jurisdicciones cobró relevancia frente a la magnitud de la contaminación. Las estrategias de saneamiento fueron concebidas como un esfuerzo conjunto entre Nación, Provincia y Ciudad, con el objetivo de fortalecer los controles, restaurar el ecosistema y promover la recuperación de la cuenca.
Exposición “Lo que el río recorrió”
Una de las iniciativas centrales fue la exposición “Lo que el río recorrió”, que reconstruyó la historia socioeconómica y ambiental de la cuenca. La muestra buscó generar conciencia sobre la relación entre la actividad humana y el deterioro ambiental, invitando a reflexionar sobre cómo las acciones presentes impactan en el futuro del río y sus afluentes.
Según el informe facilitado a este medio, el material presentado ofreció una mirada integral sobre la cuenca, destacando su biodiversidad, su valor histórico y su influencia en las comunidades locales. Documentos, fotografías y material audiovisual conectaron la memoria colectiva con los desafíos ambientales actuales.
La propuesta tuvo como objetivo fomentar el compromiso de la ciudadanía con la recuperación del río, reforzando la importancia de reducir la contaminación y proteger la calidad de vida de quienes viven a su alrededor.
Monitoreo y fiscalización ambiental
En ese aspecto y paralelamente, la Agencia de Protección Ambiental (APrA) reforzó sus tareas de monitoreo de la calidad del agua y del aire, supervisando que los establecimientos ubicados en la cuenca cumplieran con la normativa vigente. Este control fue considerado esencial para evitar nuevos focos de contaminación y garantizar que los residuos industriales no afectaran el ecosistema.
El reporte destacó que las inspecciones periódicas y los informes técnicos permiten evaluar el progreso de las acciones de saneamiento y ajustar las políticas cuando es necesario. El seguimiento constante es fundamental para asegurar que las medidas implementadas sean efectivas y sostenibles en el tiempo.
El control sobre la actividad industrial se complementó con programas de educación ambiental destinados a la población, con el fin de fomentar hábitos de cuidado del entorno y prevenir el vertido de residuos en el río.
Limpieza y mantenimiento de la cuenca
Por otra parte, desde el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires implementaron un plan integral de limpieza y mantenimiento, que incluyó la recolección de residuos en la ribera, la limpieza del espejo de agua, el desmalezamiento de los márgenes, así como tareas de fumigación y desinfección para prevenir plagas.
Estas acciones se sumaron a iniciativas de concientización ciudadana que promovieron la participación activa de vecinos y vecinas, reforzando la idea de que la recuperación de la cuenca requiere un esfuerzo colectivo.
El trabajo coordinado entre los distintos niveles de gobierno y la ciudadanía representó un avance en la recuperación del Riachuelo, aunque se destacó que se trata de un desafío a largo plazo que necesita continuidad en las políticas y compromiso sostenido.
Fuente fotografías: redes sociales.



