
Un equipo argentino desarrolló una estrategia que bloquea la proteína Foxp3, aumentando la vulnerabilidad del tumor cerebral más letal en adultos y abriendo nuevas perspectivas terapéuticas.
Por Florencia Belén Mogno.
El glioblastoma es considerado el tumor cerebral primario más agresivo en adultos, caracterizado por su rápida progresión, su invasión del tejido sano y su resistencia tanto a la quimioterapia como a la radioterapia.
Durante las últimas décadas, los tratamientos disponibles no lograron incrementar de manera significativa la supervivencia de los pacientes; la mediana de vida tras el diagnóstico se mantuvo en torno a nueve meses, y apenas el siete por ciento de los afectados alcanzó los cinco años.
Esta situación crítica destacó la necesidad urgente de nuevas estrategias terapéuticas que permitieran aumentar la efectividad de los tratamientos existentes y ofrecer alternativas más prometedoras para quienes enfrentan esta enfermedad.
En este contexto y de acuerdo con la información a la que pudo acceder Diario NCO, el equipo liderado por Marianela Candolfi, investigadora del CONICET en el Instituto de Investigaciones Biomédicas (INBIOMED–CONICET–UBA), orientó sus esfuerzos hacia la identificación de blancos terapéuticos capaces de revertir la resistencia del tumor y potenciar la eficacia de la quimioterapia y la radioterapia.
Modelos preclínicos y estrategias innovadoras
Los investigadores del CONICET realizaron estudios utilizando modelos in vitro y preclínicos que permitieron simular el comportamiento del glioblastoma en condiciones controladas. Estas pruebas incluyeron cultivos derivados de biopsias de pacientes y modelos animales, que ofrecieron un panorama detallado sobre la proliferación, migración y resistencia de las células tumorales.
En este marco, Candolfi señaló en el estudio que “en los cultivos derivados de biopsias de pacientes con glioblastoma desarrollados por nuestro colaborador Guillermo Videla Richardson, del Instituto FLENI, pudimos observar de manera directa la heterogeneidad de estos tumores y evaluar cómo respondían a nuestra estrategia experimental”.
Este enfoque permitió al equipo analizar con precisión los efectos de sus intervenciones y ajustar los procedimientos para maximizar la vulnerabilidad del tumor frente a los tratamientos convencionales.
Bloqueo de Foxp3, un paso decisivo
El laboratorio de Inmunoterapia Antitumoral se enfocó en la proteína Foxp3, conocida por su papel en los linfocitos T regulatorios, que suelen suprimir la respuesta inmune en lugar de activarla. En el glioblastoma, Foxp3 favorece la migración de células tumorales, estimula la proliferación del endotelio vascular y facilita la invasión de tejidos sanos, contribuyendo a la agresividad del tumor.
Al respecto, Candolfi afirmó en la investigación: “Bloquear la proteína Foxp3 potenció la efectividad de la quimioterapia y la radioterapia, haciendo que el tumor fuera más susceptible a estos tratamientos”.
La intervención se probó con éxito en estudios preclínicos, demostrando no solo la reducción de la viabilidad celular, sino también la disminución de la migración de células de glioblastoma y la inhibición de la proliferación endotelial, elementos clave en la progresión del tumor.
Efectos observados en los estudios
Los resultados obtenidos por el equipo mostraron que, además de aumentar la sensibilidad del tumor a los tratamientos estándar, la estrategia pudo eliminar tumores en modelos preclínicos y prolongar la sobrevida en aproximadamente un tercio de los casos evaluados.
Candolfi destacó en el reporte que “los efectos antitumorales directos de la intervención, tanto sobre las células tumorales como sobre el endotelio, nos ofrecen una perspectiva alentadora para futuras terapias”.
Asimismo, el uso de P60, el inhibidor experimental desarrollado por el laboratorio, evidenció una disminución significativa en la capacidad de invasión del glioblastoma, lo que sugiere que este enfoque puede ser un complemento eficaz a los tratamientos tradicionales, aumentando la probabilidad de control del tumor y ofreciendo una nueva vía para terapias combinadas.
El hallazgo argentino abre un camino prometedor en la investigación oncológica, ya que identifica un blanco concreto y modulable que podría incorporarse en terapias más efectivas y personalizadas.
De esta manera, el trabajo del CONICET no solo contribuye a la ciencia básica y aplicada, sino que también ofrece esperanza a quienes enfrentan uno de los tumores más letales, demostrando cómo la investigación preclínica argentina puede generar avances de relevancia internacional y abrir nuevas perspectivas en oncología cerebral.
Fuente fotografías: Conicet.
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