
La secretaria de Mujeres, Políticas de Género y Diversidades de La Matanza, Liliana Hendel, analizó el aumento de los femicidios y señaló la urgencia de revisar los mandatos de masculinidad que siguen legitimando la violencia.
Por Verónica Llonto
En diálogo con Diario NCO, la secretaria de Mujeres, Políticas de Género y Diversidades de La Matanza, Liliana Hendel, analizó el aumento de los femicidios y las distintas formas de violencia hacia las mujeres en Argentina. La entrevistada también planteó el impacto de los discursos públicos, el rol del Estado y la necesidad de revisar los mandatos de masculinidad que siguen sosteniendo la violencia estructural.
“Nos matan porque pueden. Como sociedad tenemos que desarticular el mandato de masculinidad que siguen legitimando la dominación. La violencia machista continúa siendo una problemática estructural que trasciende gobiernos y coyunturas. No alcanza con una mirada parcial. Se necesita la mirada de distintas disciplinas como la sociología, la antropología, la economía y la política para dar un análisis más amplio de esta realidad”, sostuvo la entrevistada.
La secretaria remarcó que “en los últimos treinta años hubo avances significativos en materia de derechos, con leyes de cupo, ampliación de la participación política y reconocimiento de las diversidades sexo-genéricas. Sin embargo, aún resta trabajar en profundidad sobre los mandatos de masculinidad. Para muchos varones todavía es natural ejercer microviolencias cotidianas, interferir en la vida de sus compañeras, hijas o empleadas, y eso se traduce en una estructura cultural que legitima la violencia”.
En relación con los recientes casos de femicidios ocurridos en el distrito, refiriéndose al triple femicidio de las jóvenes de La Matanza y el de una mujer en Virrey del Pino, madre de siete hijos con discapacidad, la funcionaria apuntó: “Estos hechos nos atraviesan profundamente y muestran la magnitud del problema. Además, la problemática se cruza con otros factores sociales, como el narcotráfico y el consumo problemático de sustancias. El narcotráfico no crea violentos, pero potencia las violencias de los violentos. La desatención estatal y la precarización de las condiciones de vida contribuyen a profundizar un escenario de desprotección”.
Los discursos que legitiman la violencia
La secretaria de Género advirtió que “el contexto político actual y ciertos mensajes provenientes del Gobierno nacional agravan la situación. Cuando un presidente insulta a periodistas o una ministra responsabiliza a las mujeres por los femicidios, se está promoviendo la violencia, legitimándola y naturalizándola”. En esa línea, Hendel recordó: “La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, fue la primera diputada mujer que entró por la ley de cupo, y hoy encabeza un discurso que atenta contra los derechos conquistados”.
“Detrás de cada hecho de violencia hay un patrón que se repite y una pregunta que aún no se formula con suficiente fuerza. Nos seguimos preguntando por qué una mujer se queda en un vínculo violento, pero la pregunta que falta es ¿qué le pasa a un varón que violenta? ¿qué pasa con un varón que paga por tener sexo con una adolescente o que necesita dominar para sentirse hombre?”, planteó Hendel, con énfasis en la necesidad de cambiar el enfoque social.
Por otro lado, la entrevistada cuestionó la falta de estudios e investigaciones sobre la construcción de la masculinidad: “Hay miles de libros sobre feminismo y sobre las mujeres, pero casi ninguno que hable de los varones que ejercen violencia. ¿Por qué un varón siente que puede pegar? ¿Por qué cree que tiene derecho a hacerlo?”.
Hendel también explicó que “la reproducción del machismo en los ámbitos educativos y familiares ya no me sorprende. Chicos tan jóvenes siguen replicando lo que ven en sus casas o entornos. Ese es el resultado de años de retrocesos y ataques contra la Educación Sexual Integral, que fue un logro histórico construido con política, militancia y consenso. Es necesario generar recursos no punitivos frente a estas conductas. No se trata de castigar a los pibes, sino de ofrecerles herramientas pedagógicas que les permitan construir otras formas de ser varones, lejos de la violencia”.
“Es importantísimo esto que estamos conversando en este medio de comunicación, con el poder que conlleva el micrófono, que dos varones estén hablando con esta seriedad de este tema, es parte de la deconstrucción del mandato de masculinidad. Tanto los medios como los espacios educativos, deben abordar la temática con responsabilidad”, concluyó la entrevistada.
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