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Señales de Parkinson: la detección temprana podría anticipar la enfermedad 30 años antes

La investigación se centró en un biomarcador llamado F-AV-133.
La investigación se centró en un biomarcador llamado F-AV-133.

Un estudio australiano revela que ciertas alteraciones neuronales se manifiestan décadas antes de los síntomas físicos de Parkinson, lo que abre la puerta a estrategias de prevención y tratamientos anticipados.

Por Florencia Belén Mogno

Durante años, el Parkinson se asoció mayormente con la vejez, dado que sus manifestaciones físicas aparecen con frecuencia en etapas avanzadas de la vida. Sin embargo, investigaciones recientes muestran que la enfermedad comienza mucho antes de lo que se creía.

Así, se extiende silenciosamente durante décadas antes de que los temblores u otros signos motores sean visibles. Este conocimiento cambia la percepción sobre cuándo y cómo intervenir en el proceso neurodegenerativo.

La progresión silenciosa de la enfermedad plantea desafíos para los sistemas de salud: la detección tardía limita la eficacia de los tratamientos existentes y dificulta la planificación de estrategias preventivas.

Además, comprender los primeros cambios neuronales permite repensar protocolos de seguimiento en poblaciones de riesgo y genera expectativas sobre la posibilidad de retrasar o reducir el impacto de la enfermedad.

El avance científico reciente también evidencia cómo la combinación de neuroimagen y biomarcadores puede convertirse en un recurso clave para anticipar el Parkinson. Este enfoque tiene implicaciones no solo clínicas, sino también sociales y económicas, al permitir intervenciones tempranas que podrían reducir la carga de discapacidad y la dependencia de cuidados a largo plazo.

Desarrollo de los estudios

De acuerdo con la información consultada por Diario NCO, investigadores del Instituto The Florey y del hospital Austin Health, en Melbourne, realizaron un estudio que apunta a identificar signos de Parkinson hasta 30 años antes de la aparición de los síntomas físicos.

La investigación se centró en un biomarcador llamado F-AV-133, que puede detectarse mediante tomografías por emisión de positrones (PET), permitiendo rastrear con precisión la neurodegeneración en regiones clave del cerebro.

El equipo australiano evaluó a 26 pacientes con Parkinson, 12 individuos del grupo de control y 11 personas con trastorno del comportamiento del sueño REM, un indicador relevante de riesgo. Cada participante se sometió a dos escáneres PET con dos años de diferencia, y los resultados mostraron que, aunque los síntomas clínicos permanecían prácticamente estables, se registraba una pérdida neuronal significativa en áreas cerebrales esenciales en quienes desarrollarían Parkinson.

Estos hallazgos destacan que la pérdida neuronal se produce durante más de dos décadas antes de que los síntomas sean clínicamente evidentes, lo que ofrece una ventana inédita para la intervención temprana.

Según expuso en el reporte el profesor Kevin Barnham, miembro del equipo de investigación, esta información podría transformar la forma en que se diagnostica y trata la enfermedad, permitiendo iniciar estrategias preventivas hasta 10 años antes de lo que se logra actualmente.

Características de la afección

La enfermedad de Parkinson es progresiva y afecta de manera variable las capacidades motoras y la coordinación de quienes la padecen. De acuerdo con la Fundación Parkinson, se identifican fases diferenciadas: leve, cuando los temblores son esporádicos y limitados a un solo lado del cuerpo.

Mientras tanto, moderada es cuando ambos lados del cuerpo se ven afectados y surgen dificultades de equilibrio; y avanzada, cuando la movilidad se ve gravemente comprometida, requiriendo asistencia para actividades cotidianas e incluso el uso de silla de ruedas o cama.

A nivel global, la Organización Mundial de la Salud advirtió que tanto la discapacidad como las defunciones relacionadas con el Parkinson están en aumento, subrayando la necesidad de avanzar en la detección temprana y el desarrollo de terapias que retrasen la progresión de la enfermedad.

Precisiones de la nueva investigación

El estudio australiano publicado en Neurology no solo marca un avance en el diagnóstico precoz, sino que también plantea nuevas preguntas sobre cómo la medicina preventiva y la neurociencia pueden integrarse para mejorar la calidad de vida de quienes están en riesgo.

En este sentido, los biomarcadores y la neuroimagen se perfilan como herramientas esenciales para anticipar los cambios cerebrales mucho antes de que los síntomas sean evidentes, ofreciendo un horizonte de esperanza para millones de personas en el mundo.

Fuente fotografías: Facebook.com

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