
Una encuesta de la Defensoría del Pueblo bonaerense reveló que, pese a conocer los riesgos, muchos conductores continúan interactuando con sus teléfonos mientras manejan.
Por Florencia Belén Mogno.
El uso del teléfono al volante se convirtió en un desafío recurrente en las ciudades argentinas a lo largo de los últimos años. Las pantallas, omnipresentes en la vida cotidiana, generan distracciones que incrementan la probabilidad de accidentes y afectan la seguridad vial.
Estudios recientes muestran que la interacción con dispositivos móviles no solo interrumpe la atención de quienes conducen, sino que también condiciona sus tiempos de reacción y la capacidad de tomar decisiones rápidas frente a imprevistos.
Más allá de las normas vigentes, la percepción del riesgo no siempre se traduce en comportamientos seguros. La brecha entre lo que las personas saben y lo que efectivamente hacen al volante es un fenómeno observado en distintas investigaciones sobre hábitos de conducción. Esta contradicción pone en evidencia la necesidad de reforzar estrategias de concientización y educación vial.
En ese sentido y de acuerdo con la información a la que pudo acceder Diario NCO, una encuesta realizada por la Defensoría del Pueblo bonaerense, bajo la campaña “Desconectá para conectar”, advirtió sobre los riesgos de las personas que manejan mientras utilizan el celular.
Detalles de la investigación
En relación con lo mencionado, el estudio facilitado a este medio arrojó cifras que ilustran esta situación: “un 90 por ciento de los participantes reconoció que el uso del teléfono al volante pone en peligro a otras personas, pero un 42 por ciento admitió no tomar ninguna medida para evitarlo”.
“Al recibir llamadas, un 41 por ciento interactúa con el dispositivo, ya sea respondiendo sin detenerse (13,4 por ciento) o mediante manos libres y altavoz (28,2 por ciento). En contraste, un 33,4 por ciento no atiende y un 24,6 por ciento se detiene para contestar”, amplió el documento.
Mientras tanto, el reporte agregó que cando llegan mensajes, “el 43,8 por ciento los revisa mientras espera al semáforo, un 34,8 por ciento espera hasta terminar el viaje, y un 5,5 por ciento lee y responde sin interrumpir la conducción”.
Además, “el 12,3 por ciento opta por responder con audio y un 8,8 por ciento lee sin responder y respecto a la ubicación del teléfono durante la conducción, casi el 30 por ciento lo coloca en el tablero o en un soporte, el 19 por ciento en el asiento, el 14 por ciento en el bolsillo, el 2 por ciento lo sostiene en la mano y un 1 por ciento no lleva el dispositivo”.
Análisis y conclusiones
El relevamiento también mostró que “el 64 por ciento considera que usar el teléfono al volante es “muy peligroso”, mientras que un 13 por ciento lo ve como “bastante peligroso” y un 2 por ciento minimiza el riesgo. Además, un 12 por ciento reconoció haber tenido algún incidente asociado al uso del celular: maniobras bruscas (6,4 por ciento), choques (3,8 por ciento) o multas (1,6 por ciento)”.
Asimismo, el informe señaló que percepción del riesgo es alta: “el 47,1 por ciento de los conductores cree “muy probable” verse involucrado en un siniestro por usar el teléfono al volante, y sumando el 26,8 por ciento que lo considera “algo probable”, dos de cada tres reconocen que la amenaza es real”.
“Esta preocupación se refleja también en la reacción hacia otros: el 46,6 por ciento se siente preocupado y un 39,7 por ciento molesto o enojado al ver a alguien usando el celular mientras conduce”, amplió la investigación brindada a NCO.
Abordaje de la problemática
Respecto a las sanciones, la ley argentina prohíbe esta práctica. La encuesta reveló que “el 79 por ciento está “totalmente de acuerdo” con esta normativa, mientras que un 16 por ciento “algo de acuerdo”. Además, un 78 por ciento considera que las sanciones deberían endurecerse, frente a un 10 por ciento que se opone y un 12 por ciento que duda”.
Según la Defensoría, la campaña “Desconectá para conectar” busca mostrar cómo el uso de dispositivos afecta la vida cotidiana con implicancias negativas que muchas veces pasan desapercibidas.
En ese sentido, Guido Lorenzino, titular del organismo, sostuvo en el informe que “existe una brecha entre creencias y comportamientos, por lo que es necesario profundizar en un mensaje de concientización que muestre el peligro real al que nos enfrentamos con esta práctica”.
La evidencia de esta encuesta permite concluir que, aunque la mayoría de los conductores conoce los riesgos, las medidas preventivas son insuficientes. La adopción de hábitos responsables y la concientización sobre el peligro real que implica el uso del teléfono al volante son claves para reducir accidentes y mejorar la seguridad vial.
Fuente fotografías: Defensoría del Pueblo.
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