
La actividad del sector enfrenta caídas en unidades vendidas e incertidumbre en materia de seguridad y competitividad, mientras el comercio electrónico crece pero no logra compensar la retracción del canal físico.
Por Florencia Belén Mogno
El sector del juguete en Argentina enfrenta un contexto desafiante desde hace un tiempo y principalmente desde los primeros meses de 2025, marcado por la transformación de los canales de venta y el debilitamiento del consumo interno.
A pesar del crecimiento del comercio electrónico, la mayoría de las operaciones todavía se realiza en tiendas físicas, que sufrieron baja afluencia y dificultades logísticas. Este escenario puso en evidencia la fragilidad de un sector industrial compuesto por PyMEs que generan empleo y diseño local, pero que operan con márgenes reducidos y capacidades limitadas.
Las importaciones crecieron de manera significativa, y duplicaron el tamaño del mercado argentino en volumen y generando presión sobre las empresas locales. La combinación de factores externos, como la entrada masiva de productos a precios bajos, y desafíos internos, como la falta de políticas de fomento a la producción y el consumo, limitó la competitividad de la industria nacional y afectó la sustentabilidad de los emprendimientos.
En este contexto y según el informe al que accedió Diario NCO de la Cámara Argentina de la Industria del Juguete (CAIJ), advirtió sobre la situación compleja que atraviesa el sector en lo que respecta a la caída en las ventas.
Análisis y estado de situación
De acuerdo con el reporte elaborado por CAIJ, las ventas en unidades cayeron “5,2 por ciento frente al año anterior”. Mientras tanto, el comercio electrónico mostró “un alza del 30 por ciento concentrando el 24 por ciento de las operaciones, y el canal físico mantuvo el 76 por ciento de las ventas, pero con menor flujo de clientes y mayor dificultad para sostener promociones y logística eficiente”.
A su vez, el estudio facilitado a este medio señaló que el ticket promedio en tiendas de cercanía se ubicó en 13 mil pesos, mientras que en cadenas de mayor escala, con alta presencia de productos importados y licencias, alcanzó los 38 mil pesos.
En esa línea, el relevamiento agregó que el ranking de categorías reflejó cambios significativos en la demanda: “Los juguetes de primera infancia y didácticos tuvieron incrementos modestos, mientras que pelotas, muñecas, cocinas, rodados y juguetes a motor registraron caídas de hasta 42 por ciento”.
“Fenómenos virales como el peluche Labubu y los capibaras coleccionables marcaron la diferencia en la rotación de stock, destacando la influencia de tendencias globales y la importancia de la presencia digital en las ventas”, amplió el informe.
Implicancias en el desarrollo de la industria
Por otra parte, en términos de producción y empleo, la industria nacional, integrada por unas 180 PyMEs y emprendimientos, operó al 50 por ciento de su capacidad instalada y generó más de ocho mil puestos de trabajo.
En sintonía, el estudio indicó que las fábricas locales “se mostraron listas para competir en categorías como juegos de mesa, didácticos, bebotes y juguetes de aire libre, siempre que se redujeran la carga impositiva, los costos laborales no salariales y se mejorara la infraestructura logística”.
En el caso del comercio exterior presentó desafíos adicionales: “entre enero y julio de 2025, las importaciones aumentaron 114 por ciento en volumen y 84 por ciento en valor, mientras que la cantidad de empresas importadoras pasó de 314 a 565, lo que incrementó la presión sobre la industria local Más de la mitad del volumen ingresó a precios cercanos al de la materia prima, generando riesgos para la seguridad de los consumidores y la competencia leal”.
Frente a este panorama, la CAIJ anunció la creación del Observatorio Argentino de Juguetes (OAJu), con objetivos claros: verificar el cumplimiento de la normativa en comercios y plataformas online, otorgar el sello “Juguete Seguro” a productos conformes, detectar riesgos emergentes en colaboración con pediatras, difundir recomendaciones de compra responsable e impulsar la innovación y el diseño industrial.
En ese sentido y ya a modo de conclusión, desde la entidad manifestaron y subrayaron que esta iniciativa “busca fortalecer la competitividad del sector, proteger a los consumidores y consolidar un entramado productivo que combina tradición, creatividad y empleo con la adaptación a un mercado cada vez más exigente y globalizado”.
Fuente fotografías: CAIJ.
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