
En medio de un escenario de ajuste y recorte hacia los sectores más vulnerables, se presentará la Escuela de Formación Urbano-Ambiental en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires.
Por Florencia Belén Mogno
El debate en torno a la crisis socioambiental adquirió en los últimos años un lugar central dentro de las discusiones políticas, sindicales y comunitarias. Frente a los desafíos que suponen la contaminación, la acumulación de residuos y la degradación de los ecosistemas, surgieron alternativas que buscaron respuestas en la organización social y en la construcción de economías más solidarias y sostenibles.
En este contexto, los movimientos de trabajadores de la economía popular plantearon la necesidad de pensar modelos de gestión social del reciclado que pusieran en el centro no solo el cuidado del ambiente, sino también la dignidad laboral.
En paralelo, el ámbito universitario abrió cada vez más espacios de diálogo con los sectores populares. Lejos de un saber encerrado en las aulas, diferentes facultades y cátedras establecieron vínculos con experiencias territoriales para potenciar un conocimiento colectivo que integrara prácticas concretas con herramientas teóricas. En ese cruce se jugaron nuevas formas de producción académica y social que buscaron aportar a una ciudad más justa y sostenible.
En ese marco y de acuerdo con la información a la que pudo acceder Diario NCO, el 3 de septiembre se lanzará en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA la Escuela de Formación Urbano-Ambiental.
Características de la iniciativa y contexto
Según el material facilitado a este medio, la propuesta que articulará saberes del movimiento cartonero con contenidos académicos, nació de la articulación entre la Universidad de Buenos Aires, la Federación Argentina de Cartoneros, la UTEP, la CTA, ATE Capital y diversas cooperativas de recuperadores urbanos del AMBA.
El objetivo central de la escuela será brindar un espacio de formación integral para fortalecer la gestión social del reciclado, potenciar la economía circular y construir políticas públicas con justicia ambiental.
Cada clase está pensada como un lugar de encuentro donde la experiencia de la calle se complementará con herramientas académicas, para así generar un intercambio que ponga en valor los conocimientos construidos por los propios trabajadores.
Esta propuesta es pionera puesto que surge en el marco de la tensión entre un modelo extractivista que evidencia las desigualdades y una perspectiva de justicia ambiental que articula lo social con lo ecológico.
En este escenario, se inscribieron las luchas del movimiento cartonero, que en distintas etapas logró pasar de la persecución a la conquista de derechos, y que hoy continúa con el fortalecimiento de su rol como actor clave dentro de la economía circular.
De esa manera, la gestión de residuos, lejos de ser un asunto simplemente técnico, se convirtió en un terreno donde se disputa poder, reconocimiento y acceso a mejores condiciones de vida para miles de familias.
Implicancias de la iniciativa social y académica
“Este curso es más que una capacitación: es un puente entre la experiencia de la calle y el conocimiento académico. Es una apuesta concreta para dignificar el trabajo cartonero y potenciar la economía circular”, expresó Alejandro Gianni, referente de la Cooperativa Recuperadores Urbanos del Oeste (RUO) en el informe consultado
En ese aspecto, el reporte difundido subrayó la convicción de que la formación “no se trata solo de transmitir saberes técnicos, sino también de reconocer y fortalecer el papel que los cartoneros desempeñaron históricamente en el cuidado del ambiente”.
La iniciativa se destaca por ser la primera en el país en su tipo, con modalidad presencial, certificación oficial de la UBA y una fuerte impronta de construcción colectiva. Lejos de los modelos tradicionales, la propuesta se pensó desde la horizontalidad, con espacios de debate, reflexión y trabajo conjunto entre universitarios, sindicalistas y trabajadores de base.
En un contexto marcado por el ajuste económico y la persecución hacia los sectores populares, la Escuela de Formación Urbano-Ambiental representa un gesto político y pedagógico de marcada relevancia. Resulta una apuesta a la educación pública, a la organización comunitaria y a la posibilidad de pensar un futuro distinto donde la economía circular se consolide como alternativa al descarte y la exclusión.
Fuente fotografías: Facebook.com
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