Número de edición 8481
La Bata

Diego Stanley, la voz que transforma el subte en un escenario

Diego Stanley, la voz que transforma el subte en un escenario

Diego Stanley. El músico oriundo de Lanús se convirtió en un referente de los shows en vivo dentro del transporte público porteño. Además, forma parte de la ONG “Todos Hacemos Música”, un espacio que apuesta por la inclusión a través del arte.

Por Florencia Belén Mogno

En medio del ritmo vertiginoso de la ciudad, hay momentos donde una canción puede cambiarlo todo. En los pasillos del subte porteño, entre vagones repletos y andenes abarrotados, las melodías de Diego Stanley logran detener por un instante el tiempo. Su voz resuena como un llamado a la sensibilidad, al arte y a la esperanza.

La música en el transporte público no es solo una forma de sustento para muchos artistas, sino también una manera de conectarse con el público desde la cercanía y lo cotidiano. Diego Stanley, cantante y músico percusionista, lleva esa experiencia a un nivel emotivo, profundo, con cada interpretación que ofrece a quienes viajan cada día por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Pero su recorrido va más allá del subte. Stanley también integra la ONG “Todos Hacemos Música”, un proyecto que busca construir puentes de inclusión a través del arte y que reúne a personas con y sin discapacidad para desarrollar propuestas musicales diversas.

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En diálogo con Diario NCO, Diego recordó sus primeros pasos en el mundo artístico. Además, profundizó en su historia, su experiencia en los subtes y cómo la música representa una parte fundamental de su vida.

Los orígenes

El vínculo con la música, aseguró, estuvo presente desde siempre: “Los primos de mi papá eran músicos. Venían a tocar la guitarra y a mí me gustaba escucharlos. Mi tía canta también”; aquel ambiente familiar sembró en él una semilla que más tarde germinaría en un camino propio, autodidacta y persistente.

Las primeras experiencias se remontan a su infancia, cuando comenzó a cantar en actos escolares. Desde entonces, la música se volvió una compañera fiel. Años más tarde, cuando las circunstancias económicas lo enfrentaron a un escenario complejo, fue precisamente el arte el que lo impulsó a salir adelante.

“Mí vínculo con el subte fue porque me quedé sin laburo en la Ciudad Cultural Konex donde trabajaba antes. Hablando con un amigo dijimos ‘vamos a hacer música en el subte’ y nos mandamos y así arrancó”, relató sobre sus inicios como músico itinerante.

Sin formación académica formal en música, Diego aprendió por intuición y práctica. Además del canto, toca la armónica y la percusión, y su talento fue creciendo a fuerza de escenario, público y vocación. A esto se suma un componente de lucha: su discapacidad visual no le impidió avanzar, sino que fue parte del camino que lo reafirmó como artista.

“A veces me dan ganas de dejar de ir al subte porque pienso si a alguien le gustará o es cansador. Pero siempre viene algo o un mensaje de alguien que cuando uno está por claudicar y te dice ‘esta es tu misión’”, expresó con emoción.

La música como forma de vivir

Ese sentido de propósito también lo encontró en el proyecto colectivo “Todos Hacemos Música”, una organización sin fines de lucro que promueve la inclusión a través de propuestas artísticas. Diego es parte de la banda THM, una de las agrupaciones nacidas en el marco de la ONG, que ya se presentó en escenarios importantes como la Usina del Arte y el Festival Rock en Baradero.

Al respecto, el entrevistado contó con entusiasmo que “yo llegué a la ONG en 2018 por intermedio de una amiga. Le escribí a Ralf (uno de los creadores de la fundación) y así fue. Y ahora estamos grabando discos de las diferentes agrupaciones de la ONG”..

La ONG apuesta por una construcción colectiva en la que participan personas con y sin discapacidad, desafiando barreras y prejuicios desde una lógica autogestiva. Cada recital, cada ensayo, cada nuevo disco es fruto del compromiso y el deseo de compartir el arte como una herramienta de transformación.

En la actualidad, Diego continúa llevando su música a los vagones del subte y proyecta nuevos desafíos junto a la banda y el equipo de la fundación. Al cierre de la charla, compartió un anhelo que lo acompaña hace tiempo: “Me imagino cantando en una fecha grande con alguna de las bandas que me gusta”.

Con cada canción, Diego Stanley tiene un propósito claro y concreto que no solo tiene que ver con ofrecer su voz: ofrece una manera distinta de mirar la vida, de insistir en los sueños y de hacer del arte un motor de cambio.

Fuente fotografías: Diego Stanley Facebook.

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