

El CONICET y la Fundación Banco de Plásticos articulan capacidades científicas y demandas productivas para transformar la industria del reciclado, con impacto ambiental, económico y social.
Por Florencia Belén Mogno.
Cada año, se generan más de 400 millones de toneladas de plástico en el mundo, y menos del 10 por ciento logra ser reciclado. En Argentina, aunque el consumo es menor que en los países más desarrollados, solo se recupera el 15 por ciento del total.
Este escenario representa no solo un desafío ambiental urgente, sino también una oportunidad para articular conocimiento científico y necesidades del sector industrial dentro de un paradigma de sostenibilidad.
En este contexto, la economía circular emerge como una alternativa capaz de transformar los desechos en recursos. La articulación entre el sistema científico-tecnológico y el entramado productivo resulta indispensable para concretar ese potencial, optimizar procesos de reciclaje y diseñar estrategias de valorización integral.
En este punto y según el informe facilitado a Diario NCO, se destaca el caso de la Planta Piloto de Ingeniería Química (PLAPIQUI, CONICET–UNS) y la Fundación Banco de Plásticos quienes desde el año pasado desarrollan proyectos conjuntos de cooperación científica y tecnológica, con el objetivo de optimizar procesos de reciclaje y promover la reinserción de plásticos en circuitos productivos bajo los principios de la economía circular.
Trabajo conjunto y sostenibilidad
La Planta Piloto de Ingeniería Química (PLAPIQUI, CONICET–UNS) con sede en Bahía Blanca y la Fundación Banco de Plásticos trabajan de manera conjunta a partir de un convenio que formalizó la cooperación científica y tecnológica.
La propuesta se basó en más de dos décadas de experiencia acumulada por PLAPIQUI y en el enfoque multisectorial que impulsa la Fundación, con el objetivo de lograr una huella plástica neutra.
Al respecto, la investigadora del CONICET, y doctora en Ingeniería Química y vicedirectora de PLAPIQUI, Silvia Barbosa analizó en rl estudio la importancia de abordar el reciclaje y la sostenibilidad desde una mirada integral.
“La Fundación trabaja en soluciones innovadoras como los bonos de plástico, y desde PLAPIQUI tenemos más de 20 años de experiencia en sostenibilidad de plásticos. Esta alianza representa una sinergia altamente productiva”, sostuvo la especialista en el reporte.
Objetivos de acción
El informe brindado a este medio explicó que el acuerdo busca aumentar la proporción de plástico reciclado mediante valorización combinada, diseñar estrategias replicables de economía circular adaptadas al país y desarrollar tecnologías específicas para residuos complejos.
Por su parte, la también investigadora del CONICET, Yamila Victoria Vazquez, sostuvo en la investigación que “la complementariedad entre ambas instituciones fue clave para formalizar una colaboración orientada a generar impacto real y sostenible”.
En esta línea, cabe mencionar que el trabajo de PLAPIQUI en sostenibilidad incluye cuantificación, logística, separación y minimización de residuos, además de tecnologías para compatibilizar mezclas plásticas y así reducir costos.
Estas técnicas se han aplicado a desechos municipales, eléctricos, electrónicos y neumáticos y en ese aspecto, el informe indicó que “el codesarrollo con el medio socioproductivo garantiza la aplicabilidad directa de los resultados”.
Antecedentes profesionales
La Fundación Banco de Plásticos promueve los Bonos de Plástico, un mecanismo que permite compensar la huella plástica financiando a recicladores. En ese sentido, impulsan herramientas para una gestión ambientalmente responsable y trabajan con entidades públicas y privadas, locales e internacionales, para enfrentar el desafío regional del plástico.
Durante 2025, ambas instituciones coorganizaron el webinar “Plásticos difíciles de reciclar: del problema a la innovación”, junto con el PNUMA y el capítulo regional de ISWA. El evento convocó a más de 200 personas de América Latina y fortaleció vínculos entre academia, recicladores e industria.
Entre las próximas acciones se incluyen capacitaciones específicas para recicladores, seminarios sobre valorización integral y ecodiseño, y encuentros orientados a identificar oportunidades concretas.
Tanto Briones como van Lierde reafirmaron el compromiso de continuar articulando acciones, publicaciones y redes que conecten el saber científico con las necesidades industriales. “Queremos instalar en agenda la importancia de trabajar juntos en sostenibilidad de plásticos. Vamos a impulsar talleres, capacitaciones y acciones de comunicación para fomentar la educación ambiental con foco en la gestión responsable del plástico”, indicó van Lierde.
En el mediano y largo plazo, PLAPIQUI y la Fundación buscan generar nuevos proyectos de I+D+i en codesarrollo con actores de toda la cadena del plástico, promover tecnologías escalables y contribuir a una transformación estructural del modo en que se diseñan, producen y reutilizan los plásticos.
Además de las metas técnicas, el acuerdo apunta a generar conciencia social y políticas públicas que favorezcan la economía circular para visibilizar experiencias exitosas de articulación entre ciencia e industria y ampliar los espacios de formación y comunicación.
Fuente fotografías: CONICET.
Te Puede Interesar:
https://www.instagram.com/diarioncomatanza
https://facebook.com/diarionco