Número de edición : 8920

La Matanza

Acompañamiento e inclusión en La Matanza

Inclusión. Personas bajo arresto domiciliario fueron contenidas

Acompañamiento e inclusión en La Matanza: más de 100 personas bajo arresto domiciliario fueron contenidas por un proyecto de intervención comunitaria

Por Florencia Belén Mogno.

El programa “Fortalecimiento de centro productivo de inclusión” logró ampliar su alcance territorial y consolidar un modelo de trabajo articulado con perspectiva de derechos.

Desde hace años, en La Matanza se multiplican las experiencias que buscan abordar de manera integral las consecuencias del encarcelamiento, el consumo problemático y la exclusión social.

Entre ellas, los centros de inclusión productiva se posicionan como espacios clave para repensar el rol de las políticas públicas en la reinserción, la restitución de derechos y el acompañamiento comunitario sostenido.

En ese contexto y de acuerdo con la información a la que tuvo la oportunidad de acceder Diario NCO, proyecto con sede en la localidad de Ciudad Evita se transformó en un ejemplo concreto de organización y compromiso territorial.

Detalles de la iniciativa

El dispositivo, que funciona en Av. Crovara 5366, nació como una propuesta de intervención con alcance limitado. Sin embargo, la necesidad, el trabajo constante y la profesionalización del acompañamiento hicieron que su impacto creciera de forma notoria.

Lo que comenzó con apenas 17 personas bajo arresto domiciliario, se amplió a más de 100 al momento del cierre del informe de gestión, dando cuenta de la potencia transformadora de las políticas de inclusión cuando son pensadas desde y para el territorio.

En esa línea, el proyecto desarrolló estrategias basadas en un diagnóstico participativo inicial, que permitió identificar conflictos urgentes (como la falta de acceso a la salud, la educación, la justicia o la vivienda) y, a la vez, las potencialidades del entramado social matancero. Con esa información, el equipo conformado por promotoras y promotores comunitarios comenzó a desplegar herramientas de acompañamiento técnico, humano y sostenido.

Implicancias y desarrollo

El informe detalla que el trabajo se centró en tres grandes ejes: los procesos productivos desarrollados en el centro de inclusión, la ejecución de talleres formativos en clave de derechos y la labor territorial articulada con mujeres bajo arresto domiciliario. En todos los casos, el enfoque fue el mismo: construir herramientas colectivas que permitan transitar procesos de inclusión social sostenibles.

La formación continua del equipo de promotores comunitarios se volvió un pilar esencial. Las visitas domiciliarias, los espacios de escucha, las entrevistas personalizadas y las gestiones institucionales consolidaron una intervención situada, capaz de dar respuesta a situaciones concretas en tiempo real.

Los talleres grupales tuvieron un rol destacado en la creación de espacios de confianza, aprendizaje e intercambio. Allí se abordaron temas como identidad, salud mental, consumo problemático, violencia de género y ciudadanía.

Más allá de la dimensión individual, estos espacios habilitaron la construcción de comunidad y el fortalecimiento de redes de cuidado mutuo entre personas atravesadas por situaciones similares.

Puesta en marcha

Otro elemento clave del proyecto fue la articulación interinstitucional. La colaboración con entidades estatales y organizaciones sociales posibilitó el acceso a derechos que, de otra manera, hubieran permanecido negados.

Desde turnos médicos hasta gestiones judiciales, pasando por documentación, vacantes educativas o ayudas habitacionales, las intervenciones se realizaron en coordinación con organismos como la Región Sanitaria XVII, el Patronato de Liberados, el RENAPER, Fundación Cadena, el Municipio de La Matanza y los Hogares de Cristo.

En definitiva, la iniciativa demostró que cuando hay compromiso, formación, trabajo territorial sostenido y articulación real entre Estado y comunidad, es posible generar transformaciones concretas en la vida de las personas.

La ampliación del equipo, el aumento de personas acompañadas y el impacto social de las acciones desarrolladas reflejan que el camino es posible, y que el desafío de convertir estos dispositivos en políticas públicas permanentes no solo es necesario, sino urgente.

Fuente fotografías: Facebook.com

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