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Crisis alimentaria y ausencia estatal: los comedores comunitarios en situación crítica

La emergencia alimentaria volvió a instalarse con fuerza.
La emergencia alimentaria volvió a instalarse con fuerza.

Desde las organizaciones sociales advirtieron por el recorte de alimentos, la falta de respuestas del Gobierno y el agravamiento del hambre en los barrios populares.

Por Florencia Belén Mogno

La emergencia alimentaria volvió a instalarse con fuerza en los barrios populares del país. En medio de un ajuste económico profundo y sostenido, los comedores comunitarios se convirtieron en el último sostén de miles de familias que ya no pueden garantizar un plato de comida al día.

Sin embargo, las alarmas están al rojo vivo debido a que esa red solidaria también se encuentra al borde del colapso: no recibe asistencia estatal y sobrevive gracias a donaciones vecinales.

El recorte de políticas sociales, enmarcado en la Ley de Bases y los decretos de necesidad y urgencia del Ejecutivo, impactó de lleno en el funcionamiento cotidiano de los espacios de contención. Esto va desde la disminución en la entrega de alimentos, hasta la paralización de programas y la reducción de partidas destinadas a organizaciones sociales, clubes, parroquias y merenderos. Mientras tanto, la inflación y el desempleo no hacen más que agravar la situación de los sectores populares.

En ese aspecto, diversas organizaciones sociales alertaron sobre el desfinanciamiento de programas alimentarios esenciales. El recorte de partidas presupuestarias, sumado a la paralización de entregas desde el Ministerio de Capital Humano, dejó a miles de familias sin acceso a viandas o raciones básicas. Mientras tanto, referentes territoriales advierten que la falta de políticas públicas genera un escenario de abandono y emergencia constante.

Frente a este panorama, los comedores intentan reorganizarse. La articulación comunitaria, la solidaridad vecinal y el apoyo de distintas instituciones barriales permiten sostener una respuesta mínima ante una demanda creciente. Sin embargo, las organizaciones sociales advierten que se encuentran en una situación límite y que el Estado nacional prácticamente abandonó casi por completo su responsabilidad en materia de asistencia alimentaria.

En ese contexto, Diario NCO tuvo la oportunidad de dialogar con Adolfo Buzzo, referente de Libres del Sur en la Ciudad de Buenos Aires, quien advirtió sobre el “panorama preocupante” que atraviesan los comedores y detalló las estrategias de resistencia que se están impulsando desde las organizaciones sociales frente al abandono estatal.

La resistencia ante la crisis

En principio, ¿cuál es la situación actual de los comedores comunitarios en la Ciudad de Buenos Aires?

A.B: Los comedores comunitarios se encuentran en una situación crítica. Desde el ámbito gubernamental se ha disminuido de manera creciente la provisión de alimentos y se ha visto complicado el presupuesto asignado para contención social. Partiendo de esa base, el panorama a futuro es muy preocupante.

En ese sentido, ¿qué impacto generan las políticas de ajuste económico sobre los sectores populares?

A.B: Las medidas de recorte y ajuste que se promovieron con la Ley de Bases y los DNU prometen hacer mucho más complejo el abordaje de esta situación. Hasta el momento, venimos sosteniendo las ollas populares con donaciones de vecinos y colectas en el barrio para que nadie se quede sin un plato de comida.

Y en este punto, ¿cuál es su reflexión respecto del contexto actual?

A.B: El achicamiento de los ingresos, sumado a la inflación y el aumento del desempleo que trae el ajuste, empobrecerá aún más a los sectores populares y dificultará enormemente sostener la dinámica habitual de ayuda al vecino carenciado.

¿Qué estrategias están implementando para sostener la ayuda alimentaria frente al recorte estatal?

A.B: Por lo pronto, estamos fortaleciendo todo lo que podemos la red de contención comunitaria que se organiza alrededor de los comedores comunitarios; involucrando a más vecinos en la tarea y tejiendo vínculos con organizaciones de la sociedad civil para tratar de sostener mínimamente una comida diaria para los vecinos del barrio.

Por último, ¿evalúan nuevas acciones ante la falta de respuesta?

A.B: Atentos a que no se atiendan los reclamos, venimos evaluando la posibilidad de acercarnos a supermercados y tiendas de provisión de alimentos para solicitar una mano solidaria que nos acompañe en la tarea cotidiana de alimentar a miles de familias, a lo largo y ancho del país, que no pueden garantizar un plato de comida caliente para sus hijos y abuelos.

Fuente fotografías: Facebook.com

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