

El comunicador argentino y graduado de la Universidad Nacional de La Matanza forma parte de un selecto grupo de periodistas internacionales. Su historia habla de vocación y del poder de la educación pública para cambiar destinos.
Por Florencia Belén Mogno.
En un escenario global en el que la diplomacia, la comunicación y el acceso a la información se entrelazan para construir puentes entre naciones, los espacios de representación internacional adquieren un valor inmenso. En ese aspecto, la participación de periodistas y comunicadores en organismos multilaterales como la ONU permite narrar lo que sucede, y también ser parte activa de esos procesos.
En esa línea y en tiempos en los que la desinformación constituye un problema transversal, resulta fundamental que existan voces que promuevan el entendimiento, la empatía y el compromiso social desde una perspectiva responsable.
En este contexto resalta el caso de Mauro Calvagna, periodista y profesional de Relaciones Públicas, egresado con honores de la Universidad Nacional de La Matanza, quien participó dos veces en la Asamblea General de la ONU, en la ciudad de Nueva York, gracias a la prestigiosa beca en Memoria de Reham Al-Farra, otorgada por la Organización de las Naciones Unidas, destinada a fortalecer el rol del periodismo en países en vías de desarrollo.
En esta entrevista con Diario NCO, Calvagna compartió cómo fue el proceso de postulación a la beca, qué significó representar a la Argentina ante la ONU, y por qué considera vital que más personas conozcan y difundan la Agenda 2030. También reflexionó sobre el valor de la educación pública, y los desafíos de ejercer un periodismo con enfoque social en un mundo en constante transformación.
Orgullo local y nacional
¿Cómo viviste esa segunda oportunidad de participar en la Asamblea de la ONU? Y cómo te llegó la noticia de la convocatoria?
M.C: Esta segunda oportunidad dentro de Naciones Unidas la viví con mucha responsabilidad como comunicador, como representante de todos los periodistas argentinos ante un organismo internacional como es Naciones Unidas. También tuvo que ver con la alegría de poder llevar a nuestro país a otros ámbitos fuera de nuestro territorio y poder mostrar nuestro trabajo, nuestras formas de ser y congeniar con personas de otras realidades diferentes, de otros territorios, de otras culturas y llevar a conocer un poquito más la Argentina al mundo. Y la noticia de la convocatoria me llegó cuando hace muchos años atrás, yo sabía de esta beca que Naciones Unidas hacía para periodistas de países en vías de desarrollo y nunca me animaba a aplicar hasta que empecé a trabajar la valentía y también el poder empezar a conocerme. Ahí me inscribí al programa, me mandaron un mail que querían conocerme y tener una entrevista conmigo. Cuando tuve la entrevista, el Comité Evaluador me dijo ‘con vos son 700 periodistas los que entrevistamos y si quedás seleccionado, te llamamos para hacer el programa virtual’. Después me llegó el mail diciendo que fui seleccionado y que formaba parte de los 12 periodistas de todas las partes del mundo que eligieron.
Tu participación en la Asamblea de la ONU tuvo que ver con haber conseguido la Beca Memoria de Reham Al-Farra, pero ¿cómo fue tu recorrido profesional y académico que te llevó a poder obtenerla?
M.C: Mi recorrido académico tiene que ver con la educación pública. Yo nací en un barrio de La Matanza, Aldobonzi. Allí fui a mi escuela primaria. Luego de mi escuela primaria, hice la escuela técnica en Capital Federal. De allí volví a La Matanza, a la Universidad Nacional de La Matanza, y siento mucho orgullo y mucha pasión porque es una Casa de Altos Estudios que tiene niveles de excelencia y de estándares en los cuales yo fui formado y me ayudaron a tener todas las herramientas para poder aplicar a una beca de alto nivel internacional. Y estoy siempre en contacto con los profesores de la universidad, con los coordinadores de la carrera de Relaciones Públicas, que es la carrera que yo hice, porque siento una gran gratificación. Cada vez que me invitan a dar una charla en la universidad para poder transmitirle a esos jóvenes profesionales que están estudiando, que buscan una calidad de vida mejor, que buscan a través de la educación crecer; ahí es cuando siento que mucho de lo que tomé de la universidad y de mi carrera me sirvió para obtener la beca. Hay otra parte de trabajo que lo hice yo, que es el que tiene que ver con las emociones, con la confianza en uno mismo, con saber que si uno tiene la voluntad, el empeño y la responsabilidad de cumplir sus propios sueños, los cumple.
¿Y cómo fue tu preparación para poder obtener la beca en su momento?
M.C: En cuanto a la preparación, siempre me gustó el mundo diplomático, el de Naciones Unidas. Con mi rol como representante en el Rotary Club, nosotros tenemos una alianza con Naciones Unidas para realizar proyectos de servicio que beneficien a la comunidad. Ahí también empecé a conocer a Naciones Unidas en Argentina, el trabajo que hacían, a las personas que componían, y ellos, en parte, me fueron comentando sobre cómo funciona el sistema de Naciones Unidas en la Argentina, y en los 193 países que conforman el sistema. Así, empecé a obtener herramientas y el inglés es una de las fundamentales. Yo sé inglés, pero sigo formándome, y creo que es una herramienta para poder comunicarse con el mundo, simplemente porque la beca se trata de la comunicación que puede tener uno con otros colegas y también transmitir las propias ideas. Entonces la preparación tuvo que ver con esa parte de los idiomas y otra parte de conocer un poco la idiosincrasia de Naciones Unidas.
Vos has comentado que estuviste y estás vinculado con la agenda ods de la ONU, ¿qué te motivó a involucrarte en estos tópicos y cómo buscas contribuir mediante tu profesión como periodista?
M.C: Desenvolverme en la agenda de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) creo que tiene una importancia relevante como para poner límites y tiempos a cuestiones que son importantes para la humanidad. Dentro de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, yo me ocupo particularmente de dos: uno que es la igualdad de género y el empoderamiento de las niñas y las mujeres; y el que tiene que ver con la reducción de inequidades.
En realidad todos se conectan porque la igualdad de género tiene que ver con la reducción de inequidades y con el establecimiento de economías circulares. Todos están conectados y ahí es cuando digo necesitamos tener una fecha, como es la Agenda 2030, para tener objetivos medibles y que se desarrollen y también un presupuesto que nos pueda llevar adelante cada proyecto que está relacionado con los ODS. Y en mi profesión como periodista siento que es muy importante poder contribuir a la comunicación; de qué se tratan los ODS, cómo es el marco de implementación, en dónde nos sirve a nosotros como argentinos, y poder difundir la actividad de Naciones Unidas y de la Agenda 2030 es primordial para que más voluntarios se unan a poder llevar adelante y cumplir con los ODS, y también para que más personas puedan tener información sobre esto, porque la información es poder, es poder elegir.
Vos sos graduado de la UNLaM, ¿qué evaluación haces sobre la posibilidad de acceder a la educación pública?
M.C: Al ser graduado de la Universidad Nacional de La Matanza creo que la educación pública es una de las cosas más importantes que tenemos en nuestro país. Las personas que venimos de recursos bajos o de clase media, que podamos acceder a una educación pública y de calidad cerca de nuestra comunidad, y que no tengamos que viajar horas hasta la universidad, es primordial para el desarrollo de una sociedad completamente justa. Esto hace que, al menos hablo por la Universidad Nacional de La Matanza, que fue quien me formó como profesional, me dio las herramientas para liderar cambios positivos en el futuro que puedan tomar acción en nuestras sociedades y transformar muchas de las realidades complejas que tenemos en la Matanza o en la Argentina de por sí.
Por último, ¿qué significó para vos el representar a la Argentina en la Asamblea de Naciones Unidas?
M.C: Significó y significa mucho. Uno de los derechos del niño y del joven tiene que ver también con poder acceder a una educación gratuita y de calidad. Siento que Argentina, en algunas cuestiones, es como un oasis dentro de, por ejemplo, nuestra región o países o regiones como las de Sudáfrica, donde la educación pública existe pero diferente, en el sentido que no todos los niños y niñas, jóvenes u adultos pueden acceder dentro de su territorio a una institución que les permita tener una licenciatura o tener conocimiento a través de ir y sentarse en un pupitre para obtener conocimiento y poder desarrollarse en toda su vida.
Fuente fotografía: prensa Mauro Calvagna.
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