

Esta es una enfermedad poco frecuente, pero cada vez más diagnosticada en nuestro país, razón por la cual, el Jefe del Servicio de Neumonología de la Fundación Favaloro, Jorge Cáneva explicó sobre esta patología en Diario NCO.
Por Maira Palavecino
maipalinfo@gmail.com
En Argentina, el diagnóstico de HAP suele demorarse hasta 16 meses desde el primer síntoma, y más del 57% de los pacientes recibe un mal diagnóstico. El doctor Jorge Cáneva aseguró a Diario NCO que “la sensación de falta de aire, de alguna manera enmascara a la hipertensión arterial pulmonar y eso hace que se demore en el tiempo el diagnóstico definitivo”.
En ese sentido, la Hipertensión Arterial Pulmonar presenta síntomas como la dificultad para respirar, fatiga y mareos, que son comunes en otras enfermedades respiratorias o cardíacas. Según Cáneva, este solapamiento de síntomas es uno de los mayores obstáculos para obtener un diagnóstico temprano.
En relación a lo mencionado, la falta de aire es uno de los síntomas más comunes, pero también aparece en enfermedades como el asma, EPOC o insuficiencia cardíaca. Esto lleva a que se confunda con estas patologías más frecuentes, lo que retrasa la identificación de la hipertensión pulmonar.
El diagnóstico erróneo se debe a la tendencia a priorizar trastornos más comunes. En muchos casos, los médicos realizan un sinfín de estudios para descartar afecciones respiratorias y cardíacas, hasta que finalmente llega el momento en que se considera la posibilidad de HAP.
Cáneva aseveró que este proceso de diagnóstico puede durar hasta 16 meses en promedio en Argentina, lo que representa un tiempo crucial para iniciar un tratamiento adecuado y frenar el progreso de la enfermedad.
Sin embargo, una investigación latinoamericana, que involucró a 47 médicos argentinos y sus pacientes, arrojó datos reveladores sobre la Hipertensión Arterial Pulmonar (HAP) en el país, con una edad promedio de 53 años.
La causa principal de la enfermedad en Argentina es la HAP asociada a otras afecciones, representando el 60% de los casos. Entre las enfermedades más comunes vinculadas se encuentran las del tejido conectivo, como lupus, esclerodermia y artritis reumatoide (54%), y las cardíacas congénitas (32%). Además, un 37% de los casos son de origen idiopático (IPAH), mientras que solo un 3% tiene un componente hereditario (HPAH).
La operación como último recurso
La intervención quirúrgica de la HAP se realiza en una serie de pasos fundamentales, razón por la cual, el doctor Cáneva remarcó: El desafío asociado al trasplante de pulmón está en relación a la donación de órganos y la procuración de los mismos”.
En cuanto a los tratamientos, Cáneva explicó que tienen como objetivo reducir la presión pulmonar y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Sin embargo, en los casos más graves, cuando los medicamentos no son efectivos, el trasplante pulmonar sigue siendo una opción.
“Debería aumentar la tasa de donaciones para generar una cantidad de donantes que se correspondan con la cantidad de pacientes que tienen necesidades para ser trasplantados y el paso inmediato siguiente a la donación es la procuración, es decir, optimizar los medios a través de los cuales se necesita llegar a los lugares donde haya pacientes que puedan donar sus órganos y estos órganos que sean viables y vitales, puedan ser trasplantados en condiciones de seguridad a los centros de referencia donde se trasplantan los pacientes”, agregó.
La Prevalencia en mujeres
De acuerdo a lo que sostuvo Cáneva, la enfermedad HAP afecta a mujeres en una proporción mayor que a los hombres, especialmente en el caso de las hipertensiones pulmonares asociadas a enfermedades del colágeno, como el lupus y la esclerodermia, que tienen un mayor predominio femenino.
“La relación es de 2 a 1 en términos generales, pero en los casos de HAP asociada a enfermedades del colágeno, la relación llega a ser de 7 a 1. Esto se debe al predominio de estas enfermedades en las mujeres”, destacó.
Para Cáneva, uno de los aspectos más importantes es aumentar la concientización sobre la Hipertensión Arterial Pulmonar y la importancia de la detección temprana. “Es un tiempo muy rico que se pierde en tratar precozmente la enfermedad, donde por otra parte está demostrado que cuanto más precoz se trata esta enfermedad, mejores son los resultados, mayores son los beneficios y mejor es la calidad de vida”, informó.
Foto: Fundación Favaloro
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