
Lo escuchaste en No Te Duermas

Federico Mascaro en diálogo con radio Hexa comentó en primera persona cómo es seguir después de las inundaciones que sufrió Bahía Blanca.
Por Maira Palavecino
maipalinfo@gmail.com
A dos semanas del peor temporal de Bahía Blanca en la que se llevó la vida de
al menos 16 personas, cientos de casas destruidas, daños psicológicos y
grandes pérdidas, Federico Mascaro fue uno de los damnificados que puso el
pecho a la situación.
La mañana del 7 de marzo comenzó como cualquier otra, pero rápidamente se
transformó en una tragedia para muchas familias de Bahía Blanca, General
Daniel Cerri y zonas cercanas como Ingeniero White. Las lluvias torrenciales
desbordaron las calles, arrasaron viviendas y dejaron a miles de personas sin
hogar, sumergidas en el agua y el barro. Federico, vecino de General Daniel
Cerri, nos comparte su desgarradora experiencia de cómo vivió la tragedia y
cómo la comunidad respondió ante la emergencia.
“En General Daniel Cerri, por suerte, tengo entendido que drenó todo, no
sabría decirte bien de Bahía Blanca, entiendo por lo que he escuchado que hay
barrios todavía que no han terminado de drenar. White fue una de las ciudades
muy afectadas”, aseveró Federico Mascaro.
“El que no tuvo muchos daños materiales, tiene un amigo, una hermana, tiene
un papá, una familia, una suegra, una cuñada que le tocó perder todo. En mi
caso, a mis viejos y a otros familiares míos y seres queridos les entró mucha
agua. Para que tengan una idea vi a familiares míos que perdieron todo y de a
poquito están volviendo a las casas”, comentó Federico, visiblemente afectado
por los recuerdos de aquellos días de caos.
En ese sentido, volver a los hogares implicó un gran desafío: “No se podía
habitar los primeros días en algunos sectores porque era muy fuerte el olor y
había mucha humedad, entonces nos dedicamos todos a limpiar y ayudar a las
casas para que de a poquito vayan habitándolas”.
“Fue una semana a puro laburo, ayudando al pueblo, ayudando a los amigos,
familiares. Fue feo, muy doloroso el tema del día de la inundación. Ver a la
gente que perdía todo, que se les estropeaba todo, que entraba mucha agua,
no entendíamos nada”, lamentó.
La fuerza del temporal dejó estragos, pero también sacó lo mejor de la
comunidad ya que la ayuda no tardó en llegar. Familiares, amigos y
desconocidos se unieron para limpiar, repartir donaciones y ayudar a Bahía
Blanca a sobrellevar la tragedia. Aunque todavía falta mucho por hacer, la
solidaridad es lo que está permitiendo seguir adelante.
En ese contexto, agregó: “Los colchones llegaron porque también había
demanda, llegaron del municipio de muchos sindicatos y también vi muchos de
personas que donaron y que ayudaron a repartir”.
Si bien las donaciones fueron masivas y todo el país ayudó, Mascaro señaló:
“Hay una problemática que viene de un tema de clasificar y repartir y hay que
tener en cuenta que estamos aprendiendo de todo esto de la ropa porque no es
solamente recibir la bolsa y mandarla a la familia, sino que hay que clasificar y
ver qué necesitan y mandarla”.
Al respecto de los transportes aseguró que todavía no funcionan con
normalidad y que recién mañana empezarían a movilizarse. Además, tampoco
funcionan los jardines: “Donde va mi hija en Cerri no comienzan las clases y
estiman que recién será comenzando el mes de abril”.
A lo que subrayó: “El jardín fue afectado y están solicitando ayuda para poder
comenzar porque hay que tratar de limpiar todo y falta insumo para poder
comenzar las clases”.
La situación de salud también fue motivo de preocupación ya que, con el
contacto constante con el barro contaminado, Federico mencionó que
aumentaron los casos de gastroenterocolitis en la comunidad.
“Hace años nos viene pasando que no tenemos presión de agua. Administran
las presiones de agua, no nos llega bien el agua o nos cortan, directamente no
nos dan agua y llegan a las canillas que tienen 50 centímetros”, denunció
Federico Mascaro.
“La empresa esta es ABSA y después de haber laburado todo el día llegamos a
nuestras casas y no teníamos agua para limpiar y no solo eso, la gente estaba
en crisis porque tenían la casa de la miseria, la casa detonada y no tenía agua
para limpiar. ¿Sabés quiénes limpiaban solamente la casa? los que tenían
pileta”, apuntó indignado.
“Pasamos dos días prácticamente sin poder limpiar bien nuestras casas porque
no teníamos y al día de hoy todavía no cargan agua en los tanques. Y nos
mandan camiones de ABSA para cargar los tanques, sí es verdad, pero somos
miles de habitantes y no alcanzan esos cinco camiones que mandan. Hay falta
de inversiones y lo venimos solicitando hace rato”, concluyó.
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