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En el programa radial se habló con Monica Benítez, referente del colectivo trans de La Matanza, que analizó la situación del cupo laboral y contó parte de su lucha desde su juventud.
Tomás Modini
@ModiniTomas
La situación actual del cupo laboral trans
Al inicio de la charla, Monica Benítez opinó sobre el contexto hoy en día: “No estamos bien pero en realidad casi nunca estuvimos bien, después de haber pasado muchas cosas. Y ahora por supuesto estamos mucho peor que antes. La situación no amerita empatía en muchas cosas tampoco, dentro de lo que se pudo lograr a través del cupo trans y de varias referentes. Se logró algo como para que las chicas y los chicos estuvieran con su trabajo”.
“El cupo trans es para todo, donde más se respetó fue acá en La Matanza. Porque en Capital fueron los primeros pero ahora por el asunto de este nuevo gobierno quedaron todas sin trabajo. Acá en Matanza gracias a dios que ganó Kicillof, entonces tenemos un poquito más de resistencia dentro de lo que es el cupo laboral”, amplió.
En cuanto a su situación personal expresó que “yo soy psicóloga social y trabajo en una escuela primaria en Ciudad Evita” y que “trabajo en la parte de cocina, lo de psicología tiene que ver con empresas, grupos y esas cosas como para enseñar o educar dentro de ese tema”.
Las diferencias que aún persisten
En continuidad con lo anterior, analizó lo que pasaba antes del cupo laboral: “Hubiese sido difícil sin el cupo laboral trans, no creo que solo por la discriminación sino por muchas costumbres arraigadas que no estaban adaptadas al sistema. Aún seguimos teniendo diferencias cuando ya esto de los trans pasa hace muchos años. Y en muchas casos sigue igual, incluso tenemos problemas con chicas en los colegios que no las aceptan y tuvieron que renunciar”.
“Los directivos no las aceptan o la comunidad. Con los padres está todo muy bien, con los chicos más que bien. El problema pasa por las autoridades, osea que hay muchas diferencias”, sostuvo.
Además, mencionó que “por suerte no hay problema con los padres y hay mucha comunicación, son muy adaptativos a nuestro género”.
“Yo hace poco cumplí años y los chicos me cantaron el feliz cumpleaños cuando llegué a la escuela y me saludaban. La verdad el cariño de los chicos es tremendo y es un gran logro”, relató.
Su lucha personal
En otro orden de temas, y ante la pregunta de la mesa, la entrevistada retrocedió tiempo atrás y narró sus comienzos: “Mi vida no fue tan fácil. Yo me hice trans a los 13 años. Pasé muchas cosas feas en esa época que era militar y vivía presa. Fue muy difícil de vivir, estuve secuestrada, fui violada por los militares. Estuve también presa en el Mercado Central. Me pasaron muchísimas cosas y sin embargo la situación de sufrimiento no ameritó a que cambiara mi vida ni tampoco mi esencia”.
“A esa edad implicó empezar a vestirme de mujer y expresar lo que yo sentía. Para esa época la costumbre del machismo era muy grande. Hoy hay muchísima libertad pero muchas cosas ocultas. Cada uno es dueño de hacer lo que quiere de su vida”.
En torno a su infancia, deslizó que “mi infancia hasta los 7 años en CABA, después pasé a Las Antenas, entre Lomas del Mirador y Tablada, y después mi mamá me llevó de la mano a los departamentos de Tablada. Ahí nos quedamos y pasé casi toda mi juventud”.
“Cuando era más chica, mi familia era muy humilde pero no había críticas por lo que podía ser yo. Eran personas muy humildes, yo soy hija única, entonces todo lo que logré no me fue nada fácil. La lucha siempre fue constante, no era tan fácil”, aseguró.
Para cerrar la primera parte, hizo hincapié en el momento cuando retomó los estudios: “Después empecé a estudiar, dejé y después de grande retome y me puse a estudiar de nuevo. Siempre me preguntaba porque no lo hice antes y en ese momento una a través de un colegio era un problema. Hace 10 años volví a estudiar y se da en un momento de más aceptación”.
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