Número de edición 8481
La Matanza

La Matanza: La parálisis del sueño en primera persona

Las víctimas de la parálisis del sueño y la imposibilidad de moverse.
Las víctimas de la parálisis del sueño y la imposibilidad de moverse.

Diario NCO dialogó con una joven profesional oriunda de La Matanza, para conocer más sobre el miedo que puede experimentarse en este tipo de episodios.

El descanso es uno de los momentos y actividades más importantes de la rutina diaria ya que no solo permite reponer las energías que se gastan con los quehaceres cotidianos sino que también posibilita que la mente pueda drenar el estrés y las presiones que pueden resultar en afecciones contra la salud.

Sin embargo, puede ocurrir que a veces ese descanso se vea interrumpido por diferentes factores, de esta manera, las personas pueden enfrentar situaciones como dificultades para conciliar el sueño, pesadillas e incluso casos todavía más complejos como por ejemplo la parálisis del sueño.

En ese sentido, Diario NCO tuvo la oportunidad de dialogar con una joven profesional llamada Noelia, para profundizar de primera mano en los detalles acerca de este tipo de trastornos y lo que pueden experimentar las personas que lo padecen.

Con voz propia

 Noelia no es su verdadero nombre, pero pidió mantener el anonimato y por eso se la llamó así. La joven de 30 años es oriunda de la localidad de Ramos Mejía, en el partido de La Matanza y relató que su primer y más traumático episodio de parálisis del sueño tuvo lugar en agosto de 2017.

Esta experiencia la marcó a tal punto que, mientras charlábamos, la graduada de la  Universidad de La Matanza (UNLaM), por momentos hablaba con su voz entrecortada al  recordar lo que vivió.

“Era de noche. Estaba durmiendo boca abajo. De pronto sentí como si un gran peso se hubiera quitado de encima de mi cuerpo. Pensé que estaba soñando. Me di vuelta y sentí que había una presencia y vi que bajaba por la escalera de mi cuarto”, relató la entrevistada.

Contexto histórico

Los orígenes de la parálisis del sueño se remontan a 1664, cuando el profesor de anatomía y medicina holandés, Van IsbrandDiemerbroeck expuso el caso de una mujer que, al momento de dormir, sentía una fuerte presión en el pecho y no podía moverse.

De acuerdo con la investigación titulada “Parálisis del sueño: desenmascarando el fantasma, exploración holística y psicológica”, la parálisis del sueño o PS (por sus siglas) es un trastorno caracterizado por un estado consciente de inmovilidad involuntaria que surge como efecto de alteraciones internas de los mecanismos del ciclo sueño-vigilia.

Las víctimas de la parálisis del sueño experimentan la imposibilidad de moverse, de emitir sonido y dificultad para respirar y se enfrentan a situaciones siniestras porque estos episodios son acompañados por alucinaciones y provocan la sensación de estar en un estado del que será imposible salir.

Los terrores se manifiestan

En relación a lo que experimentó con su primer episodio de parálisis del sueño, Noelia recordó con detalles precisos “el monstruo” que apareció para aterrizarla esa noche..

“Era una sombra negra, larga y delgada. Cuando se dio vuelta no tenía cara. Se acercaba cada vez más a mí. Se apoyó en mi cama y de pronto estiraba lo que parecían ser sus manos, pero deformes y empezó a querer tocarme. Yo intentaba gritar, pero no podía”, describió la vecina matancera.

En ese sentido, cabe mencionar que uno de los aspectos que despiertan mayor curiosidad respecto de la parálisis del sueño tiene que ver con que las personas que lo padecen pueden experimentar alucinaciones de todo tipos desde visuales y auditivas hasta incluso olfativas.

Al comienzo de su relato,la joven afirmó que nunca creyó en fenómenos paranormales. Su personalidad escéptica hizo que en ese momento no pudiera comprender la experiencia que había vivido con el ser siniestro que había invadido su habitación.

Mientras tanto, la graduada en Comunicación Social de la UNLaM recordó cómo fue el momento previo a experimentar la parálisis “en esa época yo estaba estudiando para ser azafata y antes de despertarme había tenido una pesadilla en la que los instructores que me daban las capacitaciones se deformaban y comenzaban a perseguirne”.

A modo de conclusión, Noelia celebró que finalmente pude recibirse como azafata. Desde ese entonces, no volvió a experimentar episodios de parálisis del sueño similares a ese y con el tiempo también pudo comprender de qué se había tratado y que ello había ocurrido ante la presión y el descanso irregular que enfrentó.

En la edición de mañana del Diario NCO se publicará la segunda parte del informe realizado sobre el tema de la parálisis del sueño, pero con el aporte de una especialista en la materia para conocer más detalles sobre este trastorno y lo que la ciencia plantea respecto del mismo.

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