
En una entrevista exclusiva para Diario NCO, se entrevistó a Patricia Linardi y a María Julieta Cejas, ambas trabajadoras de la zona de Haedo, partido de Morón, una en la farmacia Central del Oeste y la otra en una clínica oftalmológica, con quienes buscó retratar como viven la inseguridad los trabajadores de la zona, en un momento en el cual se lleva a cabo un operativo, con un gran despliegue de oficiales de la policía en la zona.
Por Agustín Guerreiro
La localidad de Haedo, perteneciente al partido de Morón, está atravesando una ola de inseguridad que hacía mucho no se vivía en la zona, lo que genera el malestar de los vecinos, ya que, a pesar de que hay una comisaría a tres cuadras del centro, los chicos que salen de la escuela, los comerciantes o los trabajadores que esperan los distintos colectivos para poder llegar a su trabajo, sufren hechos de inseguridad constante.
Ante esta situación, en el último tiempo se vio un aumento considerable de personal policial, tanto de gendarmería como de efectivos de la policía federal, quienes se establecieron en las salidas de los colegios, por ejemplo. Esta medida está cumpliendo con lo que reclamó el Foro de Seguridad de Haedo en 2021 que, entre otras cosas para combatir la inseguridad, pedía por “pasillos seguros para los estudiantes.
Las entrevistadas concordaron en que esto que está sucediendo en la localidad de zona oesteno es nuevo, es decir “el problema es la mala gestión en tema de seguridad, los delincuentes entran y salen con impunidad y los que trabajamos tenemos que estar encerrados”, por eso, una solución a esto, para ellas, podría ser “aumentar el control policial y de gendarmería, un centro de monitoreo con cámaras reales, entre otras”.
Una postura optimista
María Julia Cejas, quien trabaja en una clínica oftalmológica de Haedo haciendo estudios, confirmó que notó la presencia de más efectivos policiales, tanto de la policía de la comisaría de la zona, como de la policía federal, pero criticó que dicho despliegue se realice únicamente en la zona céntrica de la localidad, es decir, en la avenida Rivadavia e inmediaciones, pero al alejarse sigue siendo tierra de nadie.
“Vi presencia de gendarmería que antes no estaba en algunos puntos, es más, creo que ayuda y nos da un poco de tranquilidad, pero no es la solución, porque la inseguridad va a requerir medidas serias y duras hasta que podamos volver a circular en paz”, expresó Cejas. De esta manera, reconoció que es una solución provisoria, que puede resolver la problemática temporalmente, per se deben tomar medidas más profundas para cambiar situación actual.
A pesar de que “la presencia policial da tranquilidad porque uno siente que no está solo en la calle”, María dio su punto de vista sobre la realidad detrás de este inconveniente: “Creo que detrás de todo esto hay una desidia de 40 años y un abandono total del Estado para con mucha gente que lo necesita y que perdió la cultura del trabajo, el estudio y el esfuerzo para conseguir las cosas”.
Una mirada distinta
Patricia Linardi, quien trabaja en la farmacia Central del Oeste con sede en Haedo, relató una vivencia totalmente distinta a la de María cejas, ya que, al venir caminando desde Ramos Mejía hasta la estación de Haedo, sin llegar a cruzar la vía para acceder a lo que es el centro de la localidad, la presencia policial en la zona es prácticamente nula.
“No veo policía por la zona de Haedo, es más, camino de Ramos a Haedo todo el tiempo y no me cruzo con personal policial”, declaró Patricia. Lo cual, agregó, es muy preocupante, ya que, al haber una fuerte presencia de personal de seguridad en una zona específica, se descuidan peligrosamente los lugares que están fuera de esa “área de cobertura”, y la inseguridad se “muda” a las inmediaciones, lo que genera que se creen “zonas liberadas.
Al hablar de experiencias propias de inseguridad que haya vivido, fue graficó lo que ve a diario: “Tengo compañeros que les robaron el celular cruzando la estación en pleno día, robos de bicicletas en la puerta de la farmacia, y a mí me han intentado robar la mochila volviendo del trabajo, lo que provocó que me diera un fuerte golpe por el forcejeo violento de los ladrones, yo se las iba a dar pero la violencia con la que se manejan, no les permite pensar si van a herir al otro van a su objetivo y lo van a cumplir si o si”.
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