El refugio, fundado por Giselle Ferrero, funciona hace más de diez años y cuida a más de 160 animales, pero su labor no termina ahí, dado que también trabajan en la concientización y prevención del abandono.
Por Rocío Viveros
El refugio para animales Las Renatas, que se encuentra ubicado en el kilómetro 40 de Virrey del Pino, partido de La Matanza, al manejo y cuidado de Giselle Ferrero, quien inició el refugio hace, aproximadamente, diez años atrás en su vivienda de Villa Madero, continúa con su labor.
El lugar, que se encarga de recibir animales con diversas discapacidades, en el último tiempo se vio forzado a recibir animales sanos que fueron abandonados en la puerta del refugio, y que ellos, por su vocación del cuidado hacia estos seres no humanos, los reciben para darles un lugar digno.
“Desde que llegamos a Virrey del Pino, se producen muchos abandonos en la puerta del refugio, lo que nos obliga a nosotros a desarrollar nuevos lugares, que por ahí no teníamos previsto, porque nosotros nos dedicamos a discapacidad, nos dejan en la puerta, además de animales discapacitados, camadas y camadas de bebés”, afirmó Giselle, en diálogo con Diario NCO.
Actualmente, el refugio alberga 160 animales, de los cuales 120 son perros, y de esos el 30% fueron por “ingreso involuntario o forzado”, es decir que, no estaba previsto ingresarlos. La entrevistada explicó: “Obviamente nos conmovimos por la situación y los ingresamos, pero nos juega en contra a todo lo organizado desde el refugio”.
La fundadora explicó que se los puede ayudar a través del voluntariado, de donaciones de alimento, dinero y materiales de construcción, dado que se vieron obligados a construir nuevos espacios para albergar a los animales que llegan, pero aseguró que, probablemente, en los próximos meses el espacio se agote y ya no puedan seguir recibiendo más animales.
Sin ayuda del Estado
El refugio no solo recibe a perros, también tienen a su cuidado chanchos y otros animales de granja y funciona gracias al trabajo de su fundadora, los voluntarios, padrinos, que ayudan económicamente, y donaciones de todos aquellos que los ayudan.
“El Estado debería cumplir con las castraciones previstas, eso haría que haya menos animales en las calles. Ahora, directamente, con nosotros, al recibir animales de zoonosis, estaría bueno que podamos tener algún tipo de subsidio, al menos, para que cubrir las necesidades básicas nuestras, porque si bien recibimos animales de zoonosis, estamos haciendo una tarea que, por parte del Estado, no existe y zoonosis pertenece al Estado”, explicó la entrevistada.
Por esta razón, Giselle afirmó que “el Estado no está cumpliendo con la cantidad de castraciones que debería cumplir”, y que este incumplimiento no es algo nuevo, sino que sucede desde siempre. A su vez, pidió que se cumplan con las leyes que protegen a los animales, y que se sancione a quienes la rompan.
Además, agregó: “Estaría piola y es una gran necesidad que sea obligatoria la vacunasextuple, porque hay muchos casos, muchísimos de parvovirus y moquillo, especialmente de moquillo en este momento, y al no ser obligatoria la vacuna y no darla del parte del Estado hay muchísimos animalitos en este momento padeciendo moquillo y es de alto contagio, entonces se va transmitiendo de uno a otro”.
La importancia de la concientización
“Es concientización para que un animalito sea concebido como un ser sintiente y no como una cosa que uno puede dejar, tirar y abandonar.”, afirmó Giselle, quién además asegura que cada vez más les dejan animales recién nacidos en la puerta del refugio, algo que los preocupa porque las adopciones no se están dando como lo esperan.
El refugio, al estar dedicado a animales discapacitados, y tener que recibir, forzosamente, a animales sanos, los lleva a tener que adaptar lugares para que los ingresantes realicen una cuarentena, ubicándolos de manera que no pongan en riesgo a la población estable, por lo que “los nuevos sectores que se tuvieron que hacer, por las situaciones que se presentan, destartala toda la economía del refugio”.
Recorriendo un poco de historia
Las Renatassurgió como una fundación que para llegar a donde se encuentra actualmente, tuvo un largo recorrido y pasó por diferentes lugares, hasta que finalmente pudieron comprar su propio predio, pero para eso, la fundadora, explicó que “se realizó la venta de merchandising, colectas, ferias y dos préstamos personales para comprarlo”.
El primer refugio funcionó en la casa de Ferrero, su fundadora, en el barrio de Villa Madero, tiempo después, pasó a funcionar en predio de la misma localidad, hasta que finalmente se pudieron instalar, hace aproximadamente tres años, en el kilómetro 40, en Virrey del Pino, cuya dirección se da a quienes la soliciten, ya que muchas personas abandonan a sus mascotas en la puerta de lugar.
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