
Segunda parte de la entrevista a Gisela, la fundadora del centro, que, en conversación con Diario NCO, contó las actividades que realizan y sus expectativas sobre el futuro de los chicos que acuden al centro.
Por Rocío Viveros
En el Centro Comunitario Lázaro, del Barrio Nicole, en Virrey del Pino, fundado por Gisela y Raúl, también colaboran jóvenes que los ayudan en las distintas actividades que el centro realiza para los más chicos, puesto que reciben chicos desde los dos años hasta jóvenes de 22.
Allí además de los espacios de escucha y las charlas para la prevención de la violencia y el suicidio adolescente, otra de las preocupaciones que tienen es la deserción escolar, una problemática que atraviesa al barrio pero que, a la vez, es ajeno a ellos.
“No hay escuelas”, afirmó Gisela, en relación a que las escuelas de la zona ya no cuentan con vacantes disponibles, lo que obliga a muchos padres a salir del barrio para poder conseguirle, a sus hijos un lugar para estudiar, pero, que, en el caso de los adolescentes, muchas veces los lleva a abandonar los estudios porque el hecho de asistir termina siendo un problema.
Por eso, desde el centro lo que se busca es motivarlos a que salgan adelante. La entrevistada afirmó: “Hay que crear personas que tengan confianza, que crean que puedan crear cosas”, más allá de las circunstancias que hayan tenido que atravesar.
Apostar a las nuevas generaciones
“Nuestro trabajo, yo creo que no va a ser inmediato, yo creo que va a ser en un futuro cuando estos pibes que vienen al centro puedan llegar a ser adultos, ahí va a ser el momento de empezar a ver los frutos”, expresó Gisela.
También aseguró que entiende que, muchas veces no es cuestión de que la gente no quiera avanzar, porque salen a trabajar todos los días para poder progresar, sino que la cuestión está en que no se les da las condiciones o herramientas suficientes para poder superarse.
La fundadora expresó: “Nosotros confiamos y apostamos de que la generación que viene, la de los cuales ahora estamos abrazando, que puedan llegar a cambiar las cosas”.
Además, agregó que tanto ella como su esposo, con quien lleva adelante la fundación, están sorprendidos y contentos por las muestras de afecto de los chicos que acuden al centro, lo que para ellos es más que gratificante.

Actividades que ofrece el centro
Aparte de los espacios de charlas, también se realizan distintas actividades recreativas para los chicos, pensadas según su edad, como el patio de juegos para los más chicos, y las clases de Taekwondo o folclore, que son gratuitas y abiertas a toda la comunidad.
Las clases son dadas por profesores recibidos, que trabajan sin remuneración alguna, solo impulsados por el hecho de ayudar, y se dan dos veces por semana en el Centro Comunitario.
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