
Una encuesta de Greenpeace reveló que el 86 por ciento de la población considera a los bosques esenciales para enfrentar la crisis climática y que el 80 por ciento estima que el Estado debería incrementar sus políticas de protección ante la pérdida de ecosistemas forestales.
Por Florencia Belén Mogno
La deforestación en Argentina se consolidó como un problema ambiental de gran magnitud y con consecuencias directas sobre el cambio climático, la biodiversidad y los servicios ecosistémicos.
Los estudios y monitoreos satelitales demostraron que el país figura entre los quince con mayor pérdida de bosques del mundo, particularmente en las provincias del norte, donde los desmontes se concentraron en Santiago del Estero, Chaco, Formosa y Salta. Los incendios forestales en la Patagonia sumaron además un factor de destrucción adicional, alcanzando decenas de miles de hectáreas en pocos meses.
En ese sentido y de acuerdo con la información a la que tuvo la oportunidad de acceder Diario NCO, Greenpeace realizó un relevamiento en el cuál destacó la preocupación de la ciudadanía Argentina por la importancia de preservar los bosques y de implementar políticas públicas para lograrlo.
Datos y contexto sobre la deforestación en Argentina
Según el documento facilitado a este medio, Greenpeace advirtió que en lo que va de 2025 se deforestaron casi 11.000 hectáreas en Salta, mientras que durante 2024 se perdieron cerca de 150 mil hectáreas de bosques nativos en el norte argentino.
Los incendios forestales en la Patagonia destruyeron aproximadamente 32 mil hectáreas en los primeros meses del año. Estas cifras reflejaron un escenario de alta presión sobre los ecosistemas y evidenciaron la insuficiencia de recursos humanos y financieros para prevenir y controlar los desmontes.
El relevamiento también indicó que los ciudadanos consideran que los acuerdos globales pueden contribuir significativamente a la protección forestal, y que las comunidades locales e indígenas deberían recibir apoyo económico y logístico para conservar los bosques.
Asimismo, más de la mitad de los encuestados opinó que la aplicación de la ley debería fortalecerse y que los delitos ambientales, como la deforestación ilegal, debían sancionarse de manera efectiva.
Desfinanciamiento y falta de recursos en la protección forestal
El estudio de Greenpeace advirtió que el proyecto de Ley de Presupuesto 2026 asignó apenas el 3,5% del financiamiento necesario para la Ley Nacional de Bosques, lo que redujo la capacidad de control sobre desmontes ilegales y limitó la promoción de prácticas sustentables en los bosques.
Además, se señaló que los Parques Nacionales contaban solo con la mitad de los brigadistas necesarios para cubrir cerca de cinco millones de hectáreas bajo su jurisdicción y asistir a las provincias en caso de incendios forestales.
La organización ambiental alertó sobre la aceleración de la deforestación debido a nuevas leyes provinciales, que facilitarían la expansión de los desmontes en territorios sensibles. La combinación de marcos normativos insuficientes, falta de financiamiento y recursos humanos limitados constituyó un factor crítico en la pérdida de ecosistemas estratégicos.
Greenpeace convocó a la ciudadanía a sumarse a iniciativas como votaporlosbosques.org, donde más de 270 mil personas participaron exigiendo que la destrucción de bosques sea considerada un delito penal. La participación pública se consolidó como un mecanismo clave de presión social para que el Estado mejore sus políticas de conservación y protección ambiental.
Implicancias para la política ambiental
Los datos de la encuesta y los informes de Greenpeace evidenciaron que la población argentina está alineada con estándares internacionales de protección ambiental y exige mayor compromiso de sus autoridades.
La combinación de percepción ciudadana, monitoreo satelital y análisis de políticas públicas permitió demostrar la gravedad de la crisis forestal y la necesidad de una respuesta integral que incluya financiamiento adecuado, brigadistas capacitados y apoyo a comunidades locales.
El informe también subrayó que los bosques desempeñan un papel central en la mitigación del cambio climático, la preservación de la biodiversidad y la regulación de los ciclos hidrológicos. Ignorar estas alertas podría comprometer la sostenibilidad de ecosistemas estratégicos y afectar la calidad de vida de millones de personas, especialmente en regiones vulnerables del norte y sur del país.
Por último, la investigación concluyó que la acción ciudadana, combinada con políticas públicas efectivas y cooperación internacional, constituye un eje fundamental para detener la deforestación y asegurar la conservación de los bosques nativos.
Fuente fotografías: Greenpeace.
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