
A poco menos de dos meses luego del desalojo de la popular Feria de “Las Flores” de Moreno, y la apertura continua de las instalaciones de la nueva feria, hablan algunos feriantes y trabajadores de la economía popular del distrito.
Por Carolina Caramadre
carolinacaramadre@outlook.com
La Ex Feria de “Las Flores”, que estaba ubicada en la intersección de la avenida del Libertador (ruta provincial 23) y Dalmacio Sánchez en Trujui, fue desalojada por la Policía bonaerense en un procedimiento ordenado por el juez Antonio Tornolorenzi, titular del Juzgado de Faltas N°1 de Moreno.
Si bien la Intendenta, Mariel Fernández, defendió su postura y la decisión de su administración de “recuperar terrenos” del distrito que, según sus afirmaciones, estaban usurpados por “bandas” que realizaban ferias,y en donde se vendían cosas robadas, no se puede negar que la manera en la que se llevó adelante el desalojo fue violento y represivo.
“El desalojo significó a parte de violencia institucional, el que muchas personas se queden sin trabajo. Este espacio era un pilar fundamental en su economía familiar” sostuvo Belén, feriante de Moreno. Prosiguió; “Yo por suerte pude conseguir un puesto en la nueva feria, pero hay demasiada gente que quedó afuera, es insuficiente lo que brinda el municipio” sentenció.
La capacidad de la histórica feria de Moreno rondaba entre los 500 puestos, en ocasiones completos, que se suma a los 1200 puestos del predio que está en frente de la misma al aire libre. La capacidad del nuevo espacio dispuesto por el Municipio en calle O´brien y ruta 23, para los mismos trabajadores es cerca de los 400 puestos, dejando un groso de la comunidad afuera.
“El Estado debe garantizar el derecho al hábitat en un medioambiente saludable y condiciones seguras de trabajo”, sostuvo Mariel Fernández en una entrevista brindada a otro medio. Es real que la diferencia de los predios es notoria, en materia, seguridad, iluminación, limpieza, y estructura, pero la mayor denuncia es la poca capacidad y el valor de alquiler y permanencia.
“Nos dieron un día para desalojar, nadie puede conseguir un nuevo espacio donde feriar o un trabajo en un día”, expuso Marta García, feriante de Moreno. Por su parte, otra trabajadora de la economía popular sostuvo de manera anónima que no fueron avisados del desalojo y se enteraron en ese mismo momento cuando llegó la policía. Además, ratificó no haber tenido tiempo para mudar todas sus cosas.
“Trabajamos, estábamos trabajando. Nosotros no robamos. Yo no tengo ningún plan, no es justo. Todos nuestros compañeros se quedaron sin trabajo. Necesitamos que nos ayuden”, remarcó entre lágrimas una señora desalojada, entrevista de archivo durante los hechos. Fue uno de los testimonios más sentidos durante la represión por la angustia y la incertidumbre que transmitía.
Fernández nunca brindó declaraciones sobre la represión y la violencia de la que sufrieron cientos de vecinos de Moreno, al recibir balas de goma, gases lacrimógenos, y golpes. Tampoco se disculpó ni habló con los trabajadores. En una realidad paralela, la mandataria sostuvo para Télam; “Les propusimos un nuevo predio ferial que será administrado por el Estado municipal con 420 puestos con condiciones dignas, muy seguras y confortables tanto para los trabajadores como para los consumidores”.
En el reparto de los nuevos puestos, muchos hombres y mujeres que no pudieron acreditar domicilio morenense, quedaron por fuera de la manta municipal. Es un lanzamiento ideológico y político, que si es honesta la oposición de derecha que tiene el distrito, deberá reconocer y celebrar.
Finalmente, Mariel Fernández sostuvo; “Nos entrevistamos con cada trabajador para conocer su realidad y así se logró que no perdieran ni un solo fin de semana de trabajo”.Hasta el momento, las personas consultadas, feriantes de la histórica y la nueva feria de Moreno, negaron el contacto con Fernández.
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