
El método resultó del trabajo de un equipo de científicas y científicos del CONICET que se caracteriza por su precisión y bajo costo.

En el marco del avance de la campaña de vacunación contra el coronavirus, en la Argentina, aumenta la esperanza de que de a poco, la pandemia que castigó al mundo durante los últimos dos años finalmente pase a formar parte del pasado.
En este contexto, además, continúa el desarrollo de trabajos científicos y médicos que tienen como propósito principal el poder implementar diversas herramientas que contribuyan a prevenir y disminuir los niveles de contagio de covid.
En ese sentido y de acuerdo a la información a la que tuvo la oportunidad de acceder Diario NCO, un equipo de investigadoras e investigadores del CONICET desarrolló un test rápido que permite distinguir entre las personas que aún contagian y las que ya no.
Batalla contra el virus
En relación al desarrollo realizado por el CONICET, el informe lo caracterizó como: “Un método de detección de virus directo, muy sensible, rápido y económico”.
Asimismo, el material brindado a Diario NCO hizo hincapié una característica que distingue al mencionado test y así subrayó que “tiene una particularidad adicional: permite diferenciar virus que están en estado infeccioso de aquellos que ya fueron inactivados”.
Por otra parte, el estudio también se refirió a otros métodos de detección y en ese sentido apuntó y aclaró que “las pruebas diagnósticas que se utilizan en la actualidad para determinar la infección por SARS-CoV-2 sufren de dos limitaciones fundamentales”.
De esta manera, y en relación a lo expuesto anteriormente, el escrito brindó una serie de precisiones vinculadas a las limitaciones de los diagnósticos de Covid preexistentes en comparación con el método desartollado por el los y las profesionales del CONICET.
Características del test
“La técnica denominada PCR, requiere mucho tiempo para obtener resultados y materiales y equipos muy costosos; mientras que los llamados test rápidos, son más inmediatos pero tienen baja sensibilidad o límite de detección, por lo que pueden arrojar, en algunos casos, falsos negativos”, explicó el informe.
En ese sentido y con respecto al nuevo método creado por la institución científica argentina, se destacó que “la nueva tecnología desarrollada consiste en un sensor compuesto por una membrana plástica con una perforación a escala nanométrica en su centro”.
“En esta perforación se ubican moléculas de ADN con un alto grado de selectividad y sensibilidad frente a diferentes tipos de muestras, que pueden ser saliva, suero o, incluso, agua”, puntualizó el documento difundido.
Antecedentes del proyecto
Por otro lado, en el informe citado, la investigadora del CONICET en el Instituto de Química, Física de los Materiales, Medio Ambiente y Energía, Ana Sol Peinetti, dio a conocer detalles con respecto a cómo surgió el proyecto que dio origen a la creación del tesr.
“El trabajo comenzó hace unos tres años, durante mi formación posdoctoral en la Universidad de Illinois, enEstados Unidos, con la idea de desarrollar un método de detección de virus en general”, relató Peinetti.
Además, en el escrito publicado, la profesional agregó que “en ese momento decidí combinarlo con la tecnología que aprendí durante mi primer posdoctorado en La Plata en el Instituto de Investigaciones Fisicoquímicas Teóricas y Aplicadas que es la que permite lograr una gran sensibilidad”.
Asimismo, la investigadora se refirió a cómo decidieron implementar el test para el caso del coronavirus y así señaló: “En 2020, durante el surgimiento de la pandemia, nos encontrábamos en el proceso final de testeo, y decidimos aplicarlo sobre el SARS-CoV-2 para comprobar la generalidad del método”.
Desarrollo del método
El informe facilitado a este medio también brindó detalles sobre el proceso para realizar el test y así explicó que “el primer paso del desarrollo consistió en la selección in vitro de las moléculas de ADN específicas que debían tener la capacidad de adherirse al virus activo al entrar en contacto con él”
“Una vez obtenidas, hicimos un proceso de selección inverso: las pusimos en contacto con el virus inactivo, para descartar las que se le unían. De esta manera, seleccionamos solo aquellas que tienen la capacidad de unirse al virus en estado infeccioso, pero no al desactivado”, precisó Peinetti.
A su vez y vinculado a las implicancias del trabajo que realizaron junto a los y las demás especialistas, la investigadora informó y remarcó: “Esto nos permitió obtener moléculas de ADN específicas, que denominamos aptámeros, que presentan esa selectividad particular: solo se pegan al virus activo”.
Por otro lado, y como continuación del proceso de desarrollo del proyecto, el estudio agregó que “el siguiente paso fue incorporar esos aptámeros dentro de un nanoporo, un pequeñísimo orificio de 15 a 20 nanómetros de diámetro ubicado en el centro de la membrana plástica del sensor”.
Implicancias médicas
Cabe mencionar que el uso de esta tecnología es un proyecto que el laboratorio Azzaroni desarrolla conjuntamente con investigadoras del centro de investigación GSI Helmholtzzentrum für Schwerionenforschung de Alemania, también autoras del trabajo.
Respecto del funcionamiento del test, el informe expuso que “como el nanoporo mide lo mismo que el virus, cuando se deposita la muestra en el dispositivo y el virus encaja en él, los aptámeros actúan como anticuerpos, es decir nos dan la señal apenas entran en contacto con el virus activo”.
Además, el estudio añadió: “El sensor agudiza la vista sobre el virus infeccioso, porque los aptámeros seleccionados se le unen solo en ese estado. Entonces puede ser un cambio de paradigma importante para la etapa que viene luego de la pandemia”
“Este test puede determinar que ese resabio permanece, aunque en realidad el virus ya está desactivado y, por lo tanto, la persona no contagia y no es necesario su aislamiento. Esa es la principal novedad”, destacó el reporte científico.
Aplicación del test
Tal como expusieron los y las expertos y expertas en el informe, el método se puede aplicar a distintos tipos de muestras, además de saliva, como es el caso del suero y el agua, así como también a diferentes virus.
Respecto de este punto, Peinetti explicó: “Esto hace que sea útil para el diagnóstico y para el monitoreo ambiental, ya que hay proyectos para identificar focos de infección antes de que se lleguen a expandir siguiendo la presencia del virus en aguas residuales, y así el sensor serviría como alarma temprana”.
Además, la investigadora del CONICET, añadió que “para detectar otros virus hay que buscar el pool de moléculas que sirvan como aptámeros: moléculas nuevas para virus nuevos. Incluso tenemos la intención de obtener aptámeros que puedan discernir entre distintas variantes de SARS-Cov-2”.
En este contexto, el equipo científico aguarda a poder obtener el financiamiento necesario que les permita producir el sensor a mayor escala, y en una versión portable y versátil que facilite su uso en espacios donde se requiera determinar rápidamente si una persona transita o no un estado infeccioso.
“Pensamos que puede ser utilizado en ámbitos públicos, como aeropuertos, estaciones de trenes o micros, u hospitales. En un período de entre 30 minutos y dos horas, y sin la necesidad de procesar las muestras, se puede obtener un resultado tan preciso como el que arroja la PCR”, concluyeron desde el equipo científico.
Fuentes fotografías: notijenck.com.ar y conicet.gov.ar
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