Inseguridad: Un puente que une a los Municipios de la Zona Oeste
La semana pasada se registró otro delito más, en este caso con final feliz podría decirse, aunque no es un hecho que deba ser parte de la cotidianeidad de los ciudadanos matanceros. En este caso, el incidente unió al partido local con otro partido del Oeste, Morón, también historizado en NCO, en el ciclo Mi Matanza, como partido limítrofe. ¿Cómo se da esta comunión? Entérese en esta nota.
Por: Melanie Martínez
martinez.melanie@outlook.com
El hecho en cuestión
Eran aproximadamente las 21:00 del jueves 11 de mayo en las calles de Isidro Casanova, localidad iluminada con algunos faroles y la plena luna de la noche caída temprano en la tarde. Una fría noche que palpita el invierno. En este contexto, la odisea de la vuelta del trabajo desde Capital Federal termina caminando unas cuadras a su hogar de un joven de identidad que se mantendrá reservada.
El estudiante de la casa de altos estudios local, fue interceptados por ladrones que lo golpearon, le tiraron los anteojos, dejándolo reducido para poder manejarse solo. De esta manera le quitaron el celular, un Samsung que ya cumplió varios años, y se dieron a la fuga. Con un rasguño en el cuello y de la manera que pudo, declaró a este medio, llegó a su hogar y pudo volver a recuperar sus lentes que habían resultado intactos.
Resignado, cansado de su día de trabajo y sus próximos exámenes, se acostó a dormir horas más tarde. Llegaron las tres y media de la mañana, suenan teléfonos de tres personas cercanas a la víctima. Dos de ellas no atienden. La tercera accedió al sonido del celular y resultó ser la policía de la comisaría cuarta de Morón, hecho que hace que se contacten con el trabajador matancero que daba por perdido su modo de contacto.
Ya habiendo constatado la dirección de la comisaría que se les facilitó por teléfono, viajó en remis hacia el lugar y efectivamente habían recuperado su celular. Para ello debieron atrapar al delincuente que ya sumaba varias víctimas en diversos puntos de ambos partidos. Debió seguir los burocráticos pasos para retirarse de la central policial y dejó asentada su denuncia de robo, derecho gratuito que tienen todos los ciudadanos.
Cuando los argentinos se enteran de casos como este se extraña de que finalmente funcionen las instituciones, como la policía, al menos ocasionalmente. Lo cual debiera ser algo normal para paliar la situación general de inseguridad. Pero, de todas maneras, resulta interesante exponer el caso para resaltar que existen trabajadores honestos en todo ámbito, y que se puede cambiar, mejorar y aspirar entre todos para dar soluciones permanentes.
Para colaborar con ello, puede ser de gran ayuda que se realicen obras de infraestructura, dicen algunos matanceros encuestados, sobre todo de los kilómetros del fondo de la Ruta 3. Donde hoy llega el incipiente Metrobus, y aquellos puntos en los que no. Pavimentación de calles que todavía hoy son de tierra y obras para evitar inundaciones, son algunas de las sugerencias, entre otras obras de mantenimiento que ayudarían en materia de seguridad. Más allá de las obras de plazas con permanentes fuentes de agua que se inauguraron también.
Mismo caso, otro final
La Ciudad Autónoma de Buenos Aires no está exenta de que ocurran los delitos que asolan a la zona Oeste, Zona Sur y todo el resto del país. En este caso se abordará una situación similar ocurrida en el barrio porteño de Almagro hace un par de semanas, donde el final fue distinto, más a lo que la Argentina está lamentablemente acostumbrada: no hubo devolución ni acción alguna al respecto.
En una de las paradas del colectivo 105 que une el bajo de la Capital Federal con el Oeste, promediaban las siete de la mañana, momento en el que la protagonista sale rumbo a su trabajo. Solucionando algunas cuestiones de su labor, previo a su ingreso en el mismo, la sorprendieron delincuentes encapuchados, lo que no le permitió verle la cara al malviviente que le arruinó el día y el fin de semana completo.
Los motochorros se llevaron su celular, adquirido con su primer sueldo recientemente, el cual debió renovar. Si bien no era último modelo, era su herramienta de estudio, trabajo y contacto. Debió invertir en otro, siendo que para ella la situación para andar gastando demás no está. Se mantiene con su trabajo, estudia, es un ejemplo para esta sociedad. Nada tiene que ver con quienes la afectaron aquella mañana.
Declaró no haber hecho denuncia alguna debido a que no recibiría una respuesta contundente, ni tiene certezas de que se la tomen como su derecho así lo asienta en nuestra Carta Magna, en base a sus experiencias anteriores en uno de los centros polémicos. Sin embargo, fuera de lo acontecido, está conforme con su zona, una localidad bien de barrio, con almacenes radicados, vecinos amables, accesibilidad, zona de universidades y gran circulación.
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