El bachillerato travesti-trans tiene como objetivo el hecho de proporcionar formación, acompañamiento y facilitar el acceso a múltiples derechos a las personas del colectivo LGBTIQ+ y otros grupos disidentes.
En los últimos años, la lucha y los avances conquistados en lo que respecta al tema de género en la Argentina, constituyeron un antes y un después en la historia del país.
Sin embargo, a pesar de los cambios logrados, aún en la actualidad, en el caso particular de la comunidad LGBTIQ+ y otros colectivos disidentes, los niveles de discriminación y exclusión social que padecen las personas continúan siendo elevados.
En este contexto, desde el colectivo LGBTIQ+ mantienen su lucha por el reconocimiento de derechos que les son privados en múltiples ámbitos de la sociedad, como en en caso del sistema educativo y el mercado laboral, entre otros.
En ese sentido, Diario NCO tuvo la oportunidad de dialogar con el integrante del bachillerato travesti-trans Mocha Celis, Matías Soich, para conocer detalles acerca del proyecto que ofrece un espacio educativo y de acompañamiento integral para las personas del colectivo y otros grupos disidentes.
El surgimiento del proyecto
En relación a cuándo y de qué manera tuvo lugar la conformación de la Mocha, Soich explicó: “El bachillerato se inaugura formalmente en 2011, pero la iniciativa empieza antes”.
En ese sentido y vinculado al motivo que dio impulso a la creación del bachillerato, el bibliotecario de la institución recordó que “surgió cuando un grupo de compañeros y compañeras empieza a tomar contacto con la realidad de las personas trans y travestis en Argentina y de la exclusión sistemática que sufren”.
En línea con este planteamiento, Soich hizo hincapié en “la expulsión del sistema educativo, laboral, del acceso a la salud, a la justicia, a la vivienda; son derechos negados por el Estado y la sociedad que se van concatenando y dan como resultado 35 años de expectativa de vida para travestis y mujeres trans”.
“Al tomar contacto con esta realidad, este grupo de compañeros y compañeras decide hacer algo para revertirla y empezar por garantizar el acceso a la educación que el Estado estaba negando para personas travestis y trans y así es como surge el bachillerato popular travesti- trans Mocha Celis”, subrayó el entrevistado.
La historia de la escuela
Cabe señalar que de acuerdo a la información facilitada a este medio por la institución educativa, el bachillerato adoptó su nombre en homenaje a “Mocha Celis”, una travesti tucumana que trabaja junto a Lohana Berkins en el barrio porteño de Flores.
De acuerdo a la información consultada por este medio acerca de la historia del bachillerato, “Celis fue asesinada de tres tiros en una situación que aún continúa sin ser esclarecida”.
En ese sentido, dicho documento detalló: “Mocha no sabía ni leer ni escribir y Lohana Berkins contó que ‘cuando estábamos en los calabozos había otra trava súper erudita, y le dije ‘aprovechemos que estamos adentro y enseñale a Mocha, pero hacelo de manera que ella no se sienta menos. Sin embargo, murió sin poder terminar el secundario’ ”
A su vez, según la historia de la institución “la Mocha también fue bautizada por sus estudiantes como la “escuela ternura” por constituirse como un espacio que brinda amor, cuidado y contención”.
Acciones del bachillerato
Por otra parte, Soich se refirió al propósito al que se apunta desde la Mocha y en ese sentido planteó que “el objetivo es garantizar el acceso a la educación para personas travestis y trans a través de un programa de estudios de tres años para jóvenes, adultos, adultas y adultes”.
Asimismo, el integrante de la escuela explicó y precisó: “El programa de estudios está pensado para favorecer la inclusión, la terminalidad educativa y el acceso a los derechos y el empoderamiento para poder reclamar por los derechos”.
“Además, tenemos un gabinete compuesto por psicólogues trabajadores y trabajadoras sociales con perspectiva de género que articula con diferentes instituciones del Estado para garantizar múltiples derechos”,añadió y destacó el bibliotecario.
En ese sentido, otras acciones encaradas por el bachillerato tienen que ver con la realización de los libros “La Revolución de la Mariposas” junto al Ministerio Público de Defensa y “Travar el Saber” con la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV), Universidad de Madres de Plaza de Mayo y la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).
En línea con lo expuesto, otras producciones surgidas de la Mocha son el documental titulado “Mocha” y estrenado comercialmente en América Latina y Europa; una muestra fotográfica en conjunto con el Archivo de la Memoria Trans; obras de teatro, cortos documentales, recitales de poesía y festivales.
La familia que sostiene la “Mocha”
Por otro lado y vinculado a la manera como logran llevar adelante la escuela, el bibliotecario de la Mocha manifestó y remarcó que “Es complejo y diría que como podemos”.
En ese sentido, Soich agregó y aclaró: “Está reconocida or el Gobierno de la Ciudad como una unidad de gestión educativa experimental, reconoce su existencia, expide los títulos y paga el sueldo de una planta docente básica y los directivos”.
“Sin embargo, el Gobierno de la Ciudad no se hace cargo de nada más. No hay dinero para pagar los sueldos de personas que trabajan en biblioteca, maestranza, el gabinete de acceso a derechos y tampoco hay financiamiento para los servicios y las expensas del lugar”, cuestionó el entrevistado.
En línea con lo expuesto, el integrante del bachillerato destacó que “la Mocha se fue sosteniendo por el aporte de les docentes de la comunidad educativa, la organización de fiestas, festivales y donaciones de personas particulares y circunstancialmente el apoyo de algunas entidades”.
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