En una nueva emisión de Microfútbol repasamos el discreto partido del xeneize frente a Claypole que casi lo deja eliminado de la Copa Argentina y el milagroso pase a la final de la Copa del Rey del conjunto blaugrana.
Un fuerte remate de Gonzalo Maroni con complicidad del arquero fue la única diferencia que salvó al equipo que dirige Miguel Ángel Russo de hacer uno de los papelones más grandes de su historia si caía con un equipo que recién ascendió a la Primera C, cuarta categoría del fútbol argentino, y ahora tendrá más aire para pensar en el trascendental choque frente a Vélez por la Copa de la Liga Profesional.
Desde el primer minuto se vio un Boca dormido, que entró con el freno de mano puesto, como sabiendo que terminaría ganando el partido tarde o temprano y, por el contrario, Claypole mostró mucha enjundia y juego colectivo para lastimar al equipo de Russo. Era el cuento del revés y el xeneize se mostraba apático, casi sin ganas de querer jugar el partido.
Fue así como después de tanto insistir, que tras dos córners seguidos llegó un cabezazo que se estrelló en el travesaño, un remate que atajó Javier García y finalmente el gol de Rubén Landaburu que desató la locura de todo Claypole con la ventaja en el marcador frente a uno de los equipos más grandes del país y del continente.
Sin embargo, ese gol despertó a Boca que salió como una tromba por el empate y en tan solo cinco minutos logró la igualdad con un gran gol de Sebastián Villa, tras una nueva asistencia del jugador más desequilibrante que tiene hoy en día el equipo: Edwin Cardona. El enganche volvió a dar un nuevo pase gol y se erige como la única usina de fútbol que conecta a los laterales con los volantes y los delanteros.
Ya en el complemento, el xeneize se paró en posición ofensiva y el equipo de la Primera C se dedicó a aguantar el empate a ver si podía llegar a los penales, pero a menos de 15 minutos para que termine el partido, otro pase de Cardona, esta vez para Maroni, y un fuerte remate que se le escapó de las manos al arquero puso el 2 a 1 final. Una actuación preocupante, una victoria con dudas y mucho para trabajar en el futuro.
El Barcelona logró el milagro: le ganó 3 a 0 a Sevilla
Luego de muchas amarguras en los últimos encuentros, el conjunto culé logró una épica victoria frente al equipo sevillano para meterse en la final de la Copa del Rey, torneo que lo tiene como máximo ganador. Con un Messi encendido desde el juego, a los 11 minutos abrió el marcador con un tanto de Ousmane Dembelé para quedar a un solo gol de los penales.
Con la posesión del balón, pero sin ser profundo, el Barsa fue el amo y señor del juego y llenó de centros el área del visitante. Ya con el tiempo cumplido, el Sevilla se quedó con un jugador menos y en la última pelota del partido Gerard Piqué empató la serie y con el 2 a 0 llevó el partido al alargue.
Ya con uno menos, el local metió mas jugadores en zona ofensiva y Martin Braithwaite puso el 3 a 0 final que le dio el pase a la gran definición del torneo ante un viejo conocido al cual ya enfrentó en esta instancia a lo largo de su historia: el Athletic Club de Bilbao. Los leones serán su rival en el duelo que puede significar el último título con la camiseta para Lionel Messi en el Barcelona.
Después de la victoria se lo vio al 10 muy feliz, festejando con sus compañeros. Es posible que esta victoria haya sido un alivio y una descarga muy importante en medio de dos temporadas en las que solo han acumulado frustraciones en todos los torneos que disputaron y con la ida de varios de sus históricos compañeros.
Pronto serán las elecciones presidenciales en el club y el único candidato que podría convencer al astro argentino para que se quede en la institución y se retire en la misma es Joan Laporta, caso contrario, la pulga tendrá que decidir entre el PSG y el Manchester City, los clubes que tienen más posibilidades de ficharlo de cara a la temporada 2021/22.
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