
El hecho ocurrió en un kiosco ubicado en la calle Florencio Varela al 4300 de la localidad matancera, en el que el hijo de la dueña del local presenció el robo junto a su padre, aunque lograron salir ilesos del hecho.
Nuevamente la inseguridad es noticia en una localidad de La Matanza, esta vez con un robo en el que un niño de tan solo nueve años tuvo que presenciar cómo asaltaban y lastimaban a su mamá para sustraerle dinero, pertenencias e intentar llevarse el auto de la damnificada.
Thiago estaba junto a su papá en las inmediaciones del kiosco que atiende su mamá, de nombre Paola, sin pensar en lo que ocurriría en tan solo unos minutos. En horas de la noche la fueron a buscar porque ya estaba por cerrar el local cuando su madre fue interceptada por dos delincuentes en moto y armados que la hicieron ingresar adentro del kiosco.
Esta situación ocurrió el domingo en horario nocturno, justo en el momento que la mujer se aprestaba para buscar una mochila con dinero para pagarle a sus empleados, acción que realizaba al finalizar la semana de trabajo y que ya era estudiada con anterioridad por los malvivientes.
Uno de los motochorros se bajó del rodado con un arma de grueso calibre en la mano y fue en busca de ese bolso con dinero. El ladrón agarró a la mujer y la tironeó de los pelos y la golpeó ferozmente y terminó agarrando el bolso con el dinero.
Cómo siguió el hecho delictivo
Más allá de conseguir el dinero que estaban buscando, los delincuentes no habían saciado su sed de delinquir y buscaron llevarse más cosas. Al mismo tiempo, Thiago y su papá estaban afuera mientras ocurría el hecho delictivo y al ver la situación, salió corriendo junto a su madre, que logró escaparse de los ladrones, para ponerse a resguardo de posibles represalias de los delincuentes.
No conforme con robar el dinero para pagar los sueldos de los empleados, los ladrones intentaron llevarse el auto de la familia de Thiago, pero las llaves que sustrajeron eran las del local y no las del auto y no pudieron robar la camioneta.
Frente a la imposibilidad de llevarse el vehículo uno de los ladrones le pegó dos culatazos al padre de Thiago y cuando este escapaba también gatilló en dos ocasiones sin que saliera ninguna bala, para luego sí finalmente irse en la moto con su cómplice. La familia realizó la denuncia a la policía, pero hasta el momento no hay novedades sobre el paradero de los delincuentes y el dinero sustraido.
El relato del horror en primera persona
Paola, la mamá de Thiago, habló para Telefé Noticias y narró lo que vivió en esos furtivos minutos de tensión: “Fue terrible porque la verdad que fue un segundo, porque nosotros tratamos de tomar todas las precauciones para no estar en la calle a estas horas, pero la verdad que nos tomó de sorpresa y fueron muy violentos”.
“Me pedían las llaves de la camioneta, me pedían la cartera, fue una desesperación total. Con los vecinos estamos acá presentes porque estamos cansados de sufrir robos todos los días”, criticó con dureza la mujer damnificada.
Por último, contó la secuencia que vivió junto a su cuñada y por la que terminó corriendo junto a su hijo para escapar del horror: “Ella empezó a gritar ´Thiago, Thiago, el nene dónde está, el nene dónde está´ y yo ahí me fui corriendo a buscarlo. Mi marido siempre monitorea si pasa alguno antes de cerrar y me lo dice, pasaron estos, no te quedés charlando, pero esta vez no se dio cuenta”.
Una triste realidad que parece no tener fin ni una aparente solución. Las entraderas, los robos a mano armada, con violencia y sin escrúpulos ni respeto por la vida humana fue una realidad en un kiosco de San Justo, en el que por el azar de que no salieran balas al gatillar no terminó en una tragedia, pero que sí dejó a un niño en medio de un robo que cambiará su vida.
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