
La docente y artista plástica matancera, Eliana Pernigotti, contó la dramática situación que está viviendo junto a su hijo por los reiterados hechos de violencia de género que sufrió por parte de su marido.
En una nueva emisión de Haciendo Radio, que sale de lunes a viernes de 10.30 a 13 por la 2020 Radio NCO (www.diario-nco.com/Radio) la entrevistada desarrolló la forma en que fue escalando la violencia de su marido, la actitud de la justicia y el deseo de poder volver a tener una vida normal junto a su hijo.
En el inicio de la conversación, la docente y artista plástica explicó cómo inició su tortuoso camino de violencia al lado de su marido: “Una va normalizando ciertas actitudes, dichos y hábitos que en realidad no se tienen que normalizar. Y después empiezan las intimidaciones, las humillaciones y van ganando territorio”.
“Una termina justificando esas actitudes. Ellos vienen con argumentos y una dice ´él me quiere, me hace regalos y me lleva de vacaciones´, y al final terminan tirando la cuerda para ver hasta donde pueden llegar”, aceptó la entrevistada.
Del mismo modo, relató cuando la violencia comenzó a ser más recurrente: “El problema surge cuando empezás a defenderte y dejás de permitirlo y ahí apuestan a más y quieren inhibirte para que vos te calmes. El nivel de violencia va creciendo. Es un círculo de violencia”.
“Él me daba empujones y una vez que le discutí algo con lo que no estaba de acuerdo me revoleó con unos bancos de plástico que había en la casa. Es un psicópata mi marido”, enfatizó la docente y artista plástica matancera.
El día que tomó la decisión de irse junto a su hijo
A sabiendas de que la violencia iba en aumento, el 21 de abril se dio el episodio final donde tomó real conciencia de la situación en la que se encontraba junto a su hijo y el peligro latente que existía.
“Un día estaba discutiendo porque se enojó porque quería que yo conectara el zoom de mi hijo para sus clases mientras estaba hablando por videollamada con un amigo y le dije que podía hacerlo él”, indicó la entrevistada.
Asimismo, complementó que “se fue a dar una vuelta y hablé por WhatsApp con mi madre y con un amigo que me tranquilizaron y me dijeron que haga algo porque me iba a matar. Encima estábamos en medio del aislamiento estricto. Me había dicho ´te voy a quemar a vos y todas tus mierdas´”.
En ese instante de parálisis la entrevistada entendió que debía escapar de la casa que compartía junto a su marido: “Era una película de terror y tuve que recapacitar y pensar que no podía seguir exponiendo a mi hijo a estas situaciones porque una vez más que lo dejaba pasar y me mataba y lo tuve que denunciar. Tenía mucho miedo”.
Soñar con un futuro libre de violencia junto a su hijo
En el tramo final de la entrevistada, Pernigotti evidenció lo que sucedió después de haber tomado la decisión de alejarse del círculo de violencia en el que se encontraba inmersa: “Mi marido ya violó la restricción perimetral tres veces, no puedo salir a la calle sola, hasta que me ha venido a filmar un drone mientras tendía la ropa”.
Conjuntamente, recibió asesoramiento legal y avisó que deben ocurrir ciertas situaciones para que la justicia actúe con su marido violento: “Me aconsejaron que lo siga denunciando porque eso va a hacer que se siga agrandando su expediente penal y cuando el fiscal vea que el tipo no va a cambiar recién ahí lo van a meter preso”.
“Proyecto en algún momento poder reiniciar mi vida tranquila con mi nene y él preso, poder empezar de cero. Él nos imponía todo. Queremos elegir cómo vivir, antes no teníamos libertad de elegir, hacíamos lo que él quería. Son personas malvadas”, concluyó la entrevistada.
Un caso testigo de una situación que cada día se agudiza aún más. Más allá de la pandemia de coronavirus que azota al país, la violencia de género se extiende y no cesa en la Argentina y deberán existir políticas concretas que comiencen un camino de reconstrucción social libre de violencia.
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