En medio de una pandemia mundial que ya tiene más de dos millones de infectados en 175 países, hay una nación de Asia Central que aún no reporta casos en su territorio.
Anticipación y conciencia social, algunas de las medidas determinantes.
La República de Tayikistán es un país muy poco conocido a nivel mundial, que tiene alrededor de ocho millones y medio de habitantes, que fue una de las 15 naciones que conformó la Unión Soviética hasta 1991 y que en la actualidad se destaca por ser uno de los 19 territorios soberanos que todavía no presentan casos de coronavirus.
Anticipándose a muchos países que tuvieron acciones tardías para contener el virus, el presidente Emomali Rahmon, lideró una reunión el 29 de febrero para discutir las medidas que se tomarían para hacerle frente a la pandemia que ya causaba estragos en China y algunas regiones de Europa.
Incluso antes de esa fecha, los pasajeros que llegaban por aire debían tomarse la temperatura, y las personas que venían de China debían entrar en cuarentena, lo que se extendió después para quienes llegaran de Afganistán, Irán, Italia y Corea del Sur.
Tan confiado estaba el mandatario de las medidas tomadas, que pasó ese fin de semana asistiendo a celebraciones de más de 12 mil personas y marchas masivas celebradas en el contexto de las vacaciones de primavera, rechazando las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), aunque el 20 de marzo decidió cerrar sus aeropuertos para evitar que entrara y saliera gente en medio del desfavorable contexto general.
La limpieza, uno de los pilares de la inmunidad
Ya con los primeros días de abril en la agenda, Rahmon volvió a dar declaraciones de porqué uno de los países que geográficamente más cerca se encuentra de China no había confirmado casos y afirmó que sus habitantes “mantienen impecables sus casas”.
“Mantener las casas limpias y cuidar las normas sanitarias es una de las mejores cualidades de nuestra gente, especialmente en situaciones en las que todo tipo de enfermedades infecciosas se están propagando rápidamente. Nuestra salud está, ante todo, en nuestras propias manos”, señaló el primer mandatario tayiko.
Con todas esas decisiones premonitorias, rápidas y eficaces, el país comenzó el mes con las actividades habituales como el inicio de clases de los estudiantes o el festejo del día del tulipán el cuatro de abril, mientras cientos de países seguían contando fallecidos e infectados y los gobiernos decidían las extensiónes de sus cuarentenas.
Más precauciones y el futuro inmediato
Aunque el virus aún no llega a su país, los médicos han comprado trajes protectores, desinfectantes y mascarillas por iniciativa propia, adelantándose a una posible crisis.Las autoridades, por su parte, piden ayuda a otros países e instituciones financieras internacionales, mientras siguen recibiendo kits de testeo de Rusia y equipos de protección de China.
Y no es para menos, considerando la situación regional. Las provincias del norte del país, fronterizas con Kirguistán, fueron las primeras en recibir la alerta. En ese país, los primeros casos de Covid-19 se detectaron el 18 de marzo.
Recién el ocho de abril se instalaron barreras físicas y guardias fronterizas en Tayikistán, para intentar frenar los casos importados. Hasta esa fecha, más de mil personas habían sido puestas en cuarentena luego de que un hombre muriera de neumonía a fines de marzo, aunque sus pruebas de coronavirus habían dado negativo en dos oportunidades.
Es preciso recordar que Comoras, Kiribati, Lesoto, Malawi, Islas Marshall, Micronesia, Nauru, Corea del Norte, Palau, Samoa, Santo Tomé y Príncipe, Islas Salomón, Sudán del Sur, Tonga, Turkmenistán, Tuvalu, Vanuatu, Yemen y la propia Tayikistán son los países sin casos hasta el momento, aunque los tayikos son el segundo país con mayor población, solo detrás de Corea del Norte, que tiene alrededor de 25 millones de habitantes.
Medidas preventivas con mucha antelación, cierre de fronteras y extrema limpieza de sus ciudadanos permiten hoy decir que este territorio de Asia Central, a pesar de su cercanía geográfica con el epicentro del virus, es uno de los países que aún está libre de la terrible enfermedad y deja en evidencia que por encima de la prepotencia y la soberbia está el orden y la gestión para contener pandemias y cuidar a su población.
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