El pasado viernes 6 de marzo en la sede de SUTEBA de San Justo, se presentó oficialmente el libro de Gerardo Szalkowicz “Norita, la madre de todas las batallas”, donde narra la vida de una de las personas que marcó un hito en la Argentina.
Allí estuvieron presentes, entre otros referentes del Distrito, Romina del Pla, secretaria general de SUTEBA Matanza y diputada nacional del PO-FIT; Pablo Pimentel, de la APDH Matanza; Vanesa Orieta, hermana de Luciano Arruga y referente de la lucha contra la represión estatal.
Pablo Pimentel sobre todo habló de la lucha constante que realiza Nora, quien próximamente cumplirá 90 años.
¿De que trata la presentación del libro en homenaje a Norita?
“En el SUTEBA se presentó oficialmente el libro que escribió Gerardo Szalkowicz y que dedicó en vida a Nora Cortiñas, una autobiografía titulado Norita, la madre de todas las batallas.
En él refleja la actitud de una madre que no se ahogó en el dolor y no se quedó en su casa, salió a descubrir a todos los Gustavos que están en la calle peleándola.
Es así que nos hicimos amigos y personalmente le dije que era como mi segunda madre, mi madre adoptiva. El evento también es para agradecerle tantos testimonios, tantos compromisos.
Hubo bailes, muestras fotográficas, un poema que leyó Vanesa Orieta, hermana de Luciano, aquel caso del chiquito desaparecido tantos años. Se hizo en un lugar de lucha como es el SUTEBA y con organismos que defienden los derechos humanos.
Se homenajeó a una de las madres que hizo historia y que no se doblegó ante ninguna presión ante ningún partido, ante nada, Norita es Norita, dice lo que siente y la respeta todo el mundo”.
Muchos argentinos tienen a Norita Cortiñas como su segunda madre…
“Sí, mucha gente de mi generación. Somos de la generación de Gustavo y me imagino que ella ve en cada uno de nosotros a su hijo. ¿Qué hubiera sido Gustavo si seguía militando?
Y, parecido a Pablo Pimentel, o al sueco que tiene su misma edad. Ella lo ve a Gustavo reflejado en nosotros y muchas veces lo dijo. Norita se levanta cada mañana pensando en Gustavo, pensando ‘¿dónde estarán sus huesitos?’.
Esto, para que se entienda, cuando se habla de desaparecidos hay que ponerle nombre apellido y cuerpo, fue una persona que tuvo familia y lo esperaron.
Todavía Norita se despierta pensando como habrán sido los últimos minutos de Gustavo, ¿habrá tenido frío? ¿habrá tenido hambre? Escuchar esto de Norita a mí, me parte.
La conozco hace más de 40 años cuando era una mujer joven y la vi por primera vez, era muy elegante, hacía alta costura, vivía en cuatro paredes. Gustavo siempre le decía cuando ella le pedía que se cuidara “Mamá, lo que pasa que vos vivís en cuatro paredes”.
Gustavo iba a la Villa 31 a acompañar al padre Carlitos Mujica en sus tareas pastorales, eso hacía Gustavo. Era contador, trabajaba en el Banco Nación. Pero ahí está, desaparecido hace 43 años.
El viernes se hizo un homenaje a la madre que marcó un hito en la historia de No decir que no a ningún caso de violación en ninguna parte del mundo. Norita es una mujer que estuvo en países conflictivos como Haití, lugares donde corrés riesgos, pero ahí estuvo Norita”.
Nora Cortiñas irradia una gran fortaleza.
“Pero, además, alegría. Fíjate, terminamos una jornada y te dice ‘¿Dónde está la cervecita?’. Esas cosas que te hace pensar. Tuvimos una jornada en Córdoba y ella siempre predispuesta.
La pasé a buscar por su casa, llegamos al aeroparque, tomamos el avión, hicimos tres actividades y me pidió tener una siestita. Más vale, nosotros nos quedamos dormidos en las reuniones.
¡Va a cumplir 90 años! Llega las 10 de la noche y te dice que va a una cena de una embajada de no sé quién y decís ¡la fortaleza que tiene esta mujer!”.
El 22 es su cumpleaños ¿Dónde lo piensa festejar?
“En la Plaza de Mayo, allí va a festejar sus 90 años”.
Fueron duras las palabras de Estela de Carlotto…
“Y sí, pero el que se equivocó fue Alberto (Fernández) y después no lo reconoció. Alberto reconoció cuando dijo que había que dar vuelta la página, papá tenés que ponerte los pantalones y las polleras de las madres por sus desaparecidos.
Si tenés un familiar desaparecido no decís eso, decís que se haga justicia, que no haya venganza, que se haga justicia y que los genocidas vayan presos si se les demuestran que han sido genocidas”.
Pero Alberto reconoció su error.
“Si Alberto reconoció que se equivocó, con más razón, Estela debería reconocerlo también y pedirle disculpas a Norita, sería un error que ellas se peleen. Son el baluarte más grande que tenemos.
¿Sabías que esto es inédito en el mundo? ¿Qué no hay país que haya juzgados a sus genocidas? Cuando pasó lo de los genocidas nazis, tuvo que intervenir E.E.U.U para que en Alemania se realicen los famosos juicios de Nuremberg.
Pero fue un país externo el que lo hizo, los alemanes no juzgaron a sus propios genocidas, la Argentina sí, y eso tiene un valor, tiene nombre y apellido, Las Madres de Plaza de Mayo, Las Abuelas, Los Hijos y los organismos que venimos peleando desde hace más de 40 años.
No tenemos que pelearnos entre nosotros, hay que lograr que se junten las dos, que se tomen fotos. Entendemos que Estela quiso defender a Alberto en un momento que el presidente necesitaba apoyo.
Pero le hemos dicho a Alberto, cuando me reuní con él, que cuente con nosotros para asesorarse de algunas cosas, ¿por qué no nos preguntó lo que tenía que decir en la Escuela Militar cuando se recibían esos pibes?
Por supuesto que estos pibes no tienen nada que ver con la dictadura, pero ideológicamente si vos decís que hay que cerrar la página ¡cuidado! Porque es jodido eso, es como decir basta de justicia. Es una señal negativa a los procesos que todavía están en curso y que son muchos”.
Archivos que aún no se han abierto y que no se sabe que pasó con esa gente.
“Creo que se comprometió al gesto de Norita, fijate qué humildad la de ella, fue a saludar y abrazar al presidente y a pedirle perdón porque lo trató muy mal en una nota. Alberto lo reconoció y le dijo a Norita que iban a abrir los archivos”.
