
La impunidad que dejó que la muerte de Gabriel Eiriz quede sin resolver, hizo que sus familiares trabajaran día y noche para que los medios vuelvan a sacar a luz el caso.
Gisel Eiriz, hermana de Gabriel, contó cómo fue el trasfondo de los hechos que acaecieron aquel 8 de octubre del 2013.
Gabriel Eiriz vivía en el barrio La lonja, del partido de Pilar y tenía tres hijos. Por el simple hecho de conservar su paz fue asesinado por unos sicarios en el jardín de su casa.
Contanos cómo fueron los hechos.
“A Gabriel Eiriz lo matan el 8 de octubre del 2013 en el barrio de La Lonja, Pilar. En el jardín de su casa lo esperan dos sicarios y le dan un disparo en la cabeza.
Veinticinco días antes él había recibido en su teléfono celular mensajes de textos de un número desconocido para él diciéndole que dejara de reclamar o de quejarse por las fiestas clandestinas que se hacían en la quinta de al lado de su casa.
La dueña de esa casa se llama Amelie Alicia Storani Domínguez, una vecina del barrio de hace mucho tiempo; mi hermano hacía 12 años que vivía ahí y tenían una relación de buenos vecinos, ella le pedía que mirara su casa por si alguien quisiera entrar.
Esta señora en el último tiempo le empieza a alquilar su casa a Ezequiel Salsamendi, que era quien estaba haciendo las fiestas clandestinas en esos tiempos. Fiestas con todos los servicios, prostitución, alcohol, drogas un montón de gente, muy fuerte todo.
Entonces mi hermano, que había elegido ese lugar para vivir tranquilo con sus hijos, obviamente él y los vecinos estaban muy preocupados por este tema por lo que pensó que podía arreglar la situación hablando con esta señora.
En realidad, no sabía quién era esa señora que se hacía llamar Patsy Domínguez, pero no era ese su verdadero nombre. Mi hermano empieza a pedirle que no le alquile más la quinta a Ezequiel Salsamendi.
Ella se desentiende del problema, se cansa de los reclamos de mi hermano y le dice que se va de viaje, que lo deja con la prima a ver si con ella se entienden mejor.
Y así, la supuesta prima, porque no lo es, le manda mensajes de textos uno tras otro en tono muy amenazante con un vocabulario fuera de lugar, le dice que ella trabaja en el juzgado que sabe dónde vive, que sabe dónde trabaja y que deje de molestar a su prima y a los inquilinos porque le van a caer en su casa y va a terminar muy mal.
Esto fue el 13 de septiembre del 2013, el 8 de octubre a mi hermano lo matan en el jardín de su casa. Pero antes de esto él hizo las denuncias en la fiscalía de Pilar.
Ahí dejó asentado que si algo le pasaba hacía responsable a ese número desconocido, a Patsy Domínguez y a Ezequiel Salsamendi, pocos días después hace una ampliatoria de la denuncia porque pudo saber quién era el titular de ese teléfono desconocido y averiguó que la titular era Mariela Fernanda Pérez Arguello y que era oficial de la Policía Federal.
Aporta estos datos y también aporta el verdadero nombre de quien se hacía llamar Patsy Domínguez que es Amelie Alicia Storani Domínguez, deja asentado esto y sigue marcando a esas tres personas como responsables si a él le llega a pasar algo. Veinticinco días después lo matan en el jardín de su casa”.
¿La justicia no indagó ni investigó?
“Absolutamente nada, no escuchó a mi hermano, no le puso custodio, no lo resguardó ni llamó a nadie para hacer ningún tipo de indagatoria, así fue que estas personas pudieron actuar como quisieron y así lo hicieron, ese mismo día del 8 de octubre a las 12.30 de la noche lo matan a mi hermano.
No se presentó nadie de la justicia, Cecilia Chaieb, quien era la fiscal de turno en ese momento, no se presentó en el lugar del hecho y el subcomisario Javier Sastre, que era el subcomisario y jefe de departamento de la Lonja en ese entonces. Se presentó al instante que los vecinos lo llamaron.
Creo que se hubiera presentado si siquiera lo hubiera llamado, porque la verdad no sé que hacía tan cerca y porque llegó tan rápido, pero hizo que manipularan el cuerpo de mi hermano como quisieron, se llevaron en pocos minutos, el celular de mi hermano, su computadora y su mochila donde tenía las copias de todas las denuncias hechas.
Mi hermano había hecho fotocopias de esas denuncias por amenazas y la llevaba consigo siempre. Él de eso no dijo nada a la familia, seguro por resguardarnos y no preocuparnos.
Lamentablemente creo que se equivocó en hacer esto, pero sí dejó dicho a unos vecinos y a un amigo que él había recibido esas amenazas y si algo le pasaba ya sabían por dónde pedir justicia.
La fiscal Cecilia Chaieb apareció recién al día siguiente. La policía cerró la casa de mi hermano con las llaves y se las entregó a un vecino, se retiraron del lugar sin perimetral, sin resguardar el lugar del crimen y sin llamar a los familiares, sin comunicarse con nosotros.
Los vecinos, que sabían el nombre de mi hermano Gustavo, lo buscaron por la guía telefónica y se comunicaron con él, era tan sencillo como eso, si la policía quería hacernos saber.
Dentro del shock y dentro de todo lo que nos estaba pasando en ese momento, recién llegamos a la casa de mi hermano Gabriel a las 11.30 de ese día 8 de octubre.
Y en el mismo momento que pusimos un pie en la calle de tierra, llegó la fiscal y los policías para hacer, supuestamente, las pericias de día. La fiscal Cecilia Chaieb hizo las investigaciones de rutina, o sea las mínima e indispensables y dejó dormir la causa.
Hasta el día de hoy, la causa por homicidio no se mueve. Además, hizo otra cosa por la cual nosotros denunciamos como distracción para la investigación de homicidio, porque desdobló la causa por amenazas e hizo armar otra causa por homicidio, pero independiente de la causa por amenazas que recibió mi hermano Gabriel por parte de esa oficial de policía Pérez Arguello.
En marzo del 2016 requirió la elevación a juicio de esa causa y dejó que el defensor de la policía hiciera lo que quisiera como retarde la fecha de juicio, tanto es así que la fecha para el juicio recién se hizo cuatro años después.
La fecha para el juicio la tuvimos para el 11 de febrero pasado, pero ninguno de nosotros fue notificado, ni siquiera a nosotros, que la fiscal nos puso como testigo de la causa nos llegaron las notificaciones correspondientes, las cédulas que nos tenían que llegar notificándonos el juicio a ninguno de los testigos nos llegó”.
¿Tienen abogados?
“No, en el caso por amenazas no, porque no se nos avisó que se iba a elevar a juicio, por lo que no nos pudimos constituir como querellantes. Una vez que se eleva a juicio y se tiene la fecha no se puede constituir como querellantes.
Si estamos como particular damnificados en la causa por homicidio con un abogado que se llama Walter Brisio que es de la Liga de los derechos del hombre y al cual también denunciamos porque jugó en contra nuestro.
No nos avisó que esto se había elevado a juicio y que él no nos iba a representar, a pesar de que la fiscal dijo que le avisó y que él nos iba a avisar, no sucedió. Por eso nosotros denunciamos que la justicia juega a favor de la amenazadora y no a favor de la víctima.
Por esta razón empezamos a reinstalar el caso en los medios, a movernos a trabajar día y noche para que esto llegue a donde llegó, finalmente se elevó a juicio y hubo una fecha de juicio.
El 11 de febrero no se realizó el juicio porque ni imputada ni defensor se presentaron ese día, el defensor dijo que se encontraba enfermo y por eso no podía ir, pero es una estrategia más que garantizó a Cecilia Chaieb dejar pasar tanto tiempo.
Sabiendo que la pena máxima por amenazas es de cuatro años y estamos a días de que se efectivice esos cuatro años y la acusada quede libre de culpa y cargo.
Sí, se encontraron con una familia que había dejado de estar encima de la justicia, había esperado que la justicia investigue y que haga su trabajo sola pero evidentemente no, tenemos que estar detrás, empujando, observando, señalando.
Fue la única manera que pudimos, finalmente iniciar el juicio, el miércoles pasado (por el 19 de febrero) se desarrolló normalmente el juicio, se llegó a los alegatos, los fiscales acusadores, que actúan en representación nuestra, digamos por parte del Estado, pidieron la pena máxima para Pérez Arguello.
De esos cuatro años que comenté, si le dan esa pena tiene que tener prisión efectiva y también pidieron que se notifique o quede registro del falso testimonio del marido de Pérez Arguello.
Esta persona se desempeña como bombero en la fuerza y ha dado falso testimonio porque, de acuerdo a las pruebas que consta en el expediente, esas falsas declaraciones se caen.
Las pruebas dicen, por ejemplo, que no hay ninguna llamada saliente del teléfono de mi hermano hacia Pérez Arguello y ellos afirman que el primero en llamar fue mi hermano Gabriel, igual no había modo de que mi hermano llamara porque no había relación, ni vínculo y ni siquiera conocía a la oficial”.
¿Cómo queda la causa ahora?
“Ahora la sentencia final queda en manos de la jueza Andrea Pagliani, esto se llevó a cabo en el Juzgado Correccional N°5 de San Isidro; el miércoles 26 de febrero a las 10 de la mañana ella va a leer la sentencia (N.d.R. Se puede ver al final de la nota).
Dijo que se tomaba este tiempo porque tiene, justamente, que ver todas las pericias, todas las pruebas concretas que hay en el expediente. Ella ya escucho a los testigos, a los alegatos, ahora queda en ella, en sus manos y en su voz la sentencia final”.
¿No se acercaron a las organizaciones de los derechos humanos?
Gisel: “Tuvimos haciendo llamados amplios a todas las organizaciones de los derechos humanos, a Norita Cortiñas la vimos dos veces cuando fuimos a las rondas, nos dio el lugar para que expliquemos el caso, está al tanto.
En cuanto a la fiscal Cecilia Chaieb, la fiscal que estaba cargo de las dos causas, una vez que tengamos la sentencia también iremos por ella, porque su accionar dejó mucho que desear”.
La sentencia
La Justicia Correccional de San Isidro condenó el miércoles 26 de febrero a dos años de prisión en suspenso a la oficial de la Policía Federal Pérez Arguello.
Fuentes indicaron que la acusada no se presentó el día del juicio a notificarse de la pena cuyo cumplimiento quedaba en suspenso; la fiscal de San Isidro, Carolina Carballido, había solicitado para la policía una condena de cuatro años de prisión de cumplimiento efectivo, mientras que la defensa reclamó la absolución por prescripción de la causa o, subsidiariamente, una pena mínima por el delito de amenazas.
Gisel Eiriz dijo estar muy disconforme con la decisión de la jueza Pagliani, quien no permitió la entrada a la sala y cerró el camino a las dos cuadras, vallando el acceso y con la policía agrediéndolos para que no avancen. “Todo un desastre. Ni Pérez Argüello estuvo porque ella ya sabía lo que lo iban dar de pena”, acotó Gisel.
“Ahora vamos a buscar que los responsables del homicidio de mi hermano sean detenidos y que la causa se reactive. Creo que no la sacamos tan mal porque se logró que la justicia se acuerde de Eiriz. También vamos a pedir que a Argüello la expulsen de la fuerza porque tuvo algo de participación en un hecho delictivo y eso no puede pasar”, concluyó la mujer.