Rubén Darío Castiñeiras, cantante de cumbia, volvió hablar después del trágico accidente en el que murieron dos personas, en la Ruta 63, cuando se dirigían a la Costa Atlántica.
En una entrevista exclusiva con Infobae, en la casa del cantante cumbiero debido a su prisión domiciliaria, comentó que tenía una mezcla de bronca, impotencia, vergüenza y dolor por haber dicho que no era él quien manejaba el auto la noche del accidente.
“Casi todas las noches pienso en el momento del impacto. Ese día habíamos salido de mi casa y no tuve inconvenientes para manejar en los 200 kilómetros que fui conduciendo, en el camino estábamos tomando vodka, pero eso no dice que estaba en un estado deplorable, porque no tuve ningún problema hasta que se cruzó un animal en la ruta”, afirmó.
El Pepo dijo que había tramos en los que había niebla y la velocidad en la que manejaba no era muy fuerte y aunque hay pericias en las que dicen que en el momento de la tragedia conducía a 140 kilómetros por hora, hay otras que sostienen que la velocidad máxima que llegó alcanzar fue de 85.
La noche del accidente
“Cuando manejaba trataba de estar siempre atento, porque trabajando en el mundo de la noche, nos encontramos expuestos a los accidentes. Conozco miles de accidentes en los que se cruzan animales en la ruta, tragedias iguales o peores que el que tuve que atravesar, cuando vi que se me cruzó algo pegué el volantazo porque sabía que pudo haber sido peor”, sostuvo.
Por otra parte, el artista manifestó que no tiene recuerdos claros de lo que pasó esa noche, pero que en su cabeza quedaron sonidos y que recuerda haber socorrido a su amiga “del barrio” Romina Cándias y a Nicolás Carabajal, el trompetista de la banda.
“Creo que la justicia va actuar como tenga que actuar, con una persona que va a estar a disposición siempre y verán qué decisión tomarán, no pienso si volveré o no a la cárcel porque me estaría yendo de lo que debería pensar hoy, que son mis ganas de estar bien mediante un tratamiento, para poder llevar adelante mi rehabilitación con las adicciones”, remarcó.
El Pepo resaltó que cuando se tenga que presentar al juicio oral lo hará, pero mientras tanto no debe bajar los brazos, lograr estar bien por él y su familia y que le pone el pecho a todas las situaciones que le tocó atravesar y esta, no es una excepción.
Rehabilitación
“Tuve la primera charla con el director de la Fundación Delta, tuve una entrevista con la psicología del lugar, y hablaron con mis abogados para ver como coordinaremos el tratamiento. El juez en su resolución apuntó a la importancia del tratamiento, lo resalta tres veces y depende de lo que se arregle, se verá donde hago el tratamiento”, agregó.
También, en la entrevista aludió que por ahora hará el tratamiento en su casa hasta que el juez diga lo contrario y contó lo que es vivir con una tobillera por la prisión domiciliaria. Dijo que no tienen ninguna restricción, salvo consumir bebidas alcohólicas y sustancias, pero de todos modos no es algo que quiera volver hacer, ya que por eso comenzó la rehabilitación.
“No tengo contactos con nadie que venda o consuma y tampoco hay sustancias en mi hogar, en mi casa me dedicaré a componer, junto a mi mujer, los integrantes de mi banda de rock y cumbia, así que me dedicaré a mejorar mi vida y hacer cosas que me hagan bien, la música me hace bien”, indicó.
El cumbiero dijo que va a dejar todo en manos de Dios y que escribió canciones sobre lo que le pasó y que por una cuestión legal, por el momento, no lo compartirá. A su vez, manifestó que trata de hacer un tratamiento a conciencia y que va a ser diferente a todos los demás porque nunca pensó que iba a pasar esta situación.
“No me voy a permitir distraerme, ni el ingreso de personas con malas intenciones a mi vida. Mi sueño es poder estar en paz, trato de buscar la paz en las cosas que me hacen bien, y busco no contaminarme y quiero conectarme conmigo mismo para alejar todo lo que me hace mal, por eso también leo la Biblia”, finalizó.
