Número de edición 8481
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El martes se presentó por octava vez el proyecto por la interrupción voluntaria del embarazo

El martes se presentó por octava vez el proyecto por la interrupción voluntaria del embarazo.

Concentración, cantos, festejos y aplausos fueron algunos de los condimentos de un martes verde dentro y fuera del Congreso de La Nación. Durante ocho años consecutivos se presentó dicho proyecto, pero nadie imaginó que en este año, su presentación iba a contar con la presencia de miles de personas pidiendo la legalización del aborto.

22 grados hacían el martes por la tarde en Buenos Aires, el cielo estaba despejado y el sol asomaba con fuerza, la misma fuerza que tiene el movimiento feminista para lograr que la interrupción voluntaria del embarazo sea ley en nuestro país. Del tren sarmiento, comenzaron a bajar miles de militantes con sus pañuelos verdes en la cabeza, el cuello o la muñeca.

El glitter -ícono de cada marcha- abundaba en la cara de aquellas personas, que con el paso apurado, se dirigían a congreso. Más glitter se pudo observar cuando ya estábamos en territorio verde, cada persona tomando mate, compartiendo momentos con amigas o cantando, tenía en su cara al menos un brillo de color esperanza.

Concentración

A las 15.30 aproximadamente, comenzaron los talleres en las tres carpas de la Campaña Nacional. En dichos talleres se habló del aborto voluntario como un derecho, del proyecto que se presentaba en algunas horas en Congreso y de los cambios en el Código Penal.

También se habló del caso de Ana María Acevedo, de los mitos y verdades sobre el aborto desde la perspectiva de la Educación Sexual Integral. Con el correr de la tarde, más gente fue llegando y abrazando al palacio legislativo, mientras aguardaban que se hagan las 17.30 para levantar sus pañuelos en alto y hacer un pañuelazo federal y mundial.

Además de talleres, festival, música y mates compartidos, también habían puestos que vendían distintos productos. Remeras, aros, colitas, álbumes de figuritas y mochilas feministas eran algunas de las cosas que se encontraban en las mantas tendidas en el piso de la plaza de los dos congresos.

Las canciones no tardaron en llegar. Diferentes agrupaciones tenían bombos, repiques y silbatos para dar pie a los cantos clásicos de cada marcha: “Aborto legal en el hospital”, “Que los curas se vayan a laburar” y “América latina va a ser toda feminista”, resonaban al unísono en la capital. Cada persona que iba llegando desde diferentes puntos del país, se sumaban a los cantos con el pañuelo en alto agitándolo.

Presentación en vivo

En la intersección de Rivadavia y Combate de Los Pozos -a metros del anexo C donde se estaba presentando el proyecto- se encontraba el escenario de la Campaña Nacional por el derecho al aborto y una pantalla que iba mostrando el minuto a minuto de lo que sucedía dentro del anexo.

Los cantos no cesaban, había gente de pie prestando atención a cada palabra emitida por cada diputada, diputado e integrante de la campaña pero también había gente en el piso, merendando, tomando mate, pintándose con glitter o poniéndose pegatinas verdes o violetas en la cara.

Cerca de las 19.30 finalizó el encuentro en el Congreso de La Nación. En ese momento, dentro del anexo todos los presentes comenzaron a cantar “Aborto legal en el hospital” y “Abajo el patriarcado se va a caer; arriba el feminismo que va a vencer” dando pie a que quienes estaban afuera, canten lo mismo, con más fuerza, y con bengalas de humo color verde.

Luego de eso, por el escenario empezaron a desfilar diferentes organizaciones: se presentaron las chicas de MOSFA -Movimiento de Sordas Feministas Argentinas- y comentaron las problemáticas que tienen para comunicarse. Acto seguido, subieron las chicas del colectivo “Nosotras proponemos”, “Poetas por el derecho al aborto legal” y el colectivo de mujeres afronegro-indígenas, que reclamaron por la discriminación que sufren.

Historia al máximo

Una vez terminado el discurso de las mujeres afronegro-indígenas, el escenario se iluminó y la historia entró en campo: aparecieron Nora Cortiñas, Nina Burgo y Martha Rosenberg. Las palmadas no tardaron en llegar y los cantos por el aborto legal volvieron a inundar las afueras de congreso.

“Sigan ahí, hasta que sea ley, no aflojen y nos acompañen en esto que es un tema de derechos humanos que se ha transformado en un clamor popular y que es una deuda de la democracia con todas las mujeres. Gracias por estar y sigamos hasta que sea ley”, insistió Rosenberg en los micrófonos del escenario verde, bajo los aplausos de los presentes.

Cortiñas tomó el micrófono, con su pañuelo blanco en la cabeza y el verde en el puño, dedicó unas palabras a la iglesia y a la corriente celeste: “Ellos no son los que quieren la vida de las mujeres, tenemos que decidir nosotras y la iglesia no debe meter la nariz en estas decisiones. El problema es social y tenemos que seguir luchando hasta que sea ley”. Rosenberg aplaudía, Brugo levantaba su bastón y el público aplaudía.

Las diputadas y diputados presentes en el anexo salieron a la calle y también pasaron por el escenario. Después de la presencia de las pioneras feministas, el colectivo legislativo se hizo presente y volvieron a retomar los cantos que se escucharon durante toda la tarde.

Cecilia Moreau, Mónica Macha, Silvia Lospennato, Daniel Filmus, Romina del Plá, Daniel Lipovetsky, Araceli Ferreyra, Nicolas del Caño, Natalia González fueron algunos de los legisladores que se acercaron al público. Acto seguido, más organizaciones fueron asomándose al escenario y todo terminó en una fiesta verde.

 

 

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