Carina Di Marco, sindicada como “partícipe necesaria” por omisión de los abusos que sufrió la nena antes del brutal final, rompió en llanto al declarar en el primer día de juicio.
![Impactante reflexión de la mujer juzgada por la violación y crimen de su hija](https://diario-nco.net/wp-content/uploads/2019/04/f800x450-96289_147735_31.jpg_850066312.jpg)
Tendría a mi hija aquí y no en un cajón”. Con esa frase Carina Di Marco rompío en llanto frente al tribunal que la juzga como “partícipe necesaria” por omisión del fatal desenlace de su hija Florencia, brutalmente violada y estrangulada por su padrastro en 2017 en la provincia de San Luis.
Carina aseguró que “jamás” notó que su ex pareja maltratara a su hija ni fue testigo de episodios de violencia por parte deLucas Gómez, quien se suicidó en la cárcel de Pampas de la Salinas antes de conocerse el resultado del ADN que lo señalaba como autor material de hecho.
Interrogada sobre si fue en algún momento detectó una conducta inapropiada hacia la nena por parte del padrastro, Carina aseguró que no porque “si hubiera notado algo, yo tendría a mi hija aquí y no en un cajón”. Sin embargo, reconoció que Gómez le pegaba a la nena: “La madre era yo y él sabía que no me gustaba que le pegara”.
Carina, de 35 años, está alojada en la Unidad de Mujeres del Servicio Penitenciario de San Luis. Este lunes comenzaó a ser juzgada por la Cámara del Crimen N° 2 por el delito de “abuso sexual con acceso carnal triplemente agravado, en calidad de partícipe necesaria por omisión”. La fiscalía pedirá 17 años y medio de prisión.
Florencia desapareció la mañana del 22 de marzo del 2017, y su mamá se enteró de ello cuando una mujer la llamó por teléfono para avisarle que había encontrado una mochila en un descampado y que en un cuaderno figuraba su teléfono.
La menor había quedado a cargo del hombre porque su mamá, quien ahora es juzgada, estaba internada para dar a luz a una hija que había concebido con el asesino de Florencia. Gómez denunció su desaparición y le dijo a la Policía que la había dejado en la puerta de la escuela y que cuando fue a retirarla al mediodía no la encontró.
Un día después, el cadáver de la nena apareció semidesnudo demidesnudo debajo de un puente en la localidad puntana de Saladillo. Las pericias determinaron que la nena había sido violada de manera “salvaje” y que murió de asfixia, estrangulada con un lazo. “Lo único que pido es que se haga justicia para que mi hija descanse en paz”, afirmó entre lágrimas, tras lo cual agregó: “Que Dios se encargue del resto”.
Fuente: Conica.