Diana González, mamá de Brisa, habló en Haciendo Radio, producción de diario NCO (lunes, miércoles y viernes de 13 a 15 por la AM 850) y contó el motivo de la lucha que está llevando adelante por su hija.
Por Daiana Villalba
Su caso se viralizó en redes, superando los ocho mil compartidos en Facebook. Lo que pasó es grave, hoy Brisa tiene sus derechos vulnerados y por decisión de la obra social OPSIL, de la industria lechera y del médico auditor, el Dr. Franco Rosso, le fueron negadas todas las terapias que necesita.
“Presenté como cada año el presupuesto para las terapias de Brisa. Desde mi obra me fueron denegadas todas las prestaciones, excepto la escuela y el transporte. Ella va a una institución especial para ciegos y sordos en Beccar”, relató Diana.
La situación de Brisa es especial ya que son muy pocas las personas que padecen de sordoceguera, la madre sostuvo que esto sólo se da en casos de meningitis en el embarazo o por mala praxis, tal como sucedió con su niña. Por tal motivo, son pocas las instituciones especializadas en atender este tipo de discapacidad, la única en Buenos Aires es el Instituto Fátima, la cual, para ella, más que escuela “es una familia”.
“Yo me presenté en la obra social al tener la negativa de las prestaciones porque quería que el médico general, al menos de la filial de capital, me lo dijera en la cara. Mientras iba en el viaje llorando, lo que hice fue escribir en mi Facebook y comentar qué es lo que me estaba ocurriendo, hasta dónde me iba a dirigir, que iba hablar con el médico y que la única manera en la que me iba a ir era si él me atendía o me sacaba la policía.
Sabía que, si Brisa no tiene una prestación, usando un mal término, sería como una planta a la que solo alimento y le doy un poco de agua porque vive en un mundo de oscuridad y de silencio. Se me cruzaron muchísimas imágenes y cosas por las que yo llegue a este punto, en donde Brisa también logró tantas cosas, que se iban a derribar en menos de un año. Esto es así, cuando uno pierde prestaciones y pierde terapias, los chicos pierden posibilidades”, detalló la madre.
Las excusas de OPSIL
Finalmente, aseguró Diana, el doctor la recibió después de casi cuatro horas de espera, ya cuando “cerraba la obra social y no quedó opción”. Una vez allí, nuevamente, la respuesta fue del no rotundo.
“Me dijo que era mucha la cantidad de horas de los acompañamientos terapéuticos, que tenían que hacerme una ambiental para saber si realmente yo utilizaba las prestaciones. Eran infundadas las respuestas. Lógicamente lloré y si pido la cantidad de horas que pido es por medio de una neuróloga, como todos piden que se haga. Hice de la manera que correspondía, pero fue denegado de todas formas”, relató.
A pesar de que Brisa tiene, por supuesto, el certificado de discapacidad que avala todas esas prestaciones, además de la orden de un profesional, Diana solo pudo entender que a su hija la consideran “un gasto importante, pero nosotros, como familia, no tenemos manera de solventarla”.
“Yo no estaba pidiendo ninguna prestación que no me corresponda, lo que comentaba es que Brisa no puede quedar a cargo de una niñera y que necesito trabajar, a Brisa no le puedo dar de comer aire y tampoco puede quedar sola, por eso necesita acompañantes terapéuticos. Él me respondió que el acompañante no sirve para ir a comprar caramelos, sino que tiene que hacer el tratamiento que corresponde.
Por las mañanas trabajo, entonces necesito que la lleven al colegio en el trasporte. Sola no puede viajar, ella habla con un lenguaje de señas especial y tampoco puede ir con cualquier persona y después por la tarde, porque también trabajo. En el medio Brisa hace terapias. Tampoco es que elevo mi puesto de trabajo, yo soy mamá Brisa está muy bien cuidada, pero necesitamos trabajar dos en la familia para poder llegar a fin de mes”, explicó Diana.
El tiempo es importante para Brisa
La luchadora mamá sostuvo que lo único que piden es que no les nieguen todas las terapias que la pequeña necesita. Si bien hubo quienes se solidarizaron con ella ofreciéndole hasta el pago de las terapias, sin embargo, Diana considera que no corresponde y quiere que OPSIL le respete los derechos de Brisa.
“Jamás pido un peso, nunca lo he hecho ni lo voy a hacer. Nunca voy a recibir plata ni abrir una cuenta bancaria, como me ha ofrecido mucha gente que, sinceramente, tienen un corazón inmenso y se solidarizó muchísimo. Sí pido estas cosas que me parecen injustas y tan dolorosas para toda una familia”, insistió.
Respecto a lo que queda por hacer y seguir peleando, explicó que “para llegar a la Super Intendencia de Discapacidad y que nos den importancia se necesitó hacer esto. La realidad es que, si lo aprueban y el juez sale a favor de uno, la obra social puede que acate o puede que no. A todo esto pasa un tiempo, la denuncia lleva el suyo y que el juez también acepte lleva otro y ahí se va perdiendo tiempo que para Brisa juega en contra”.
“También sé que hay que hacer una medida cautelar y un recurso amparo, pero salen muy caros. Lo intenté hacer y ahora están entre 30 y hasta 50 mil pesos un recurso de amparo. Entonces, uno no cuenta con ese dinero y, además, me pregunto ¿por qué hacer un recurso de amparo cuando la ley dice que a Brisa le corresponde las terapias?”, agregó.
Diana lleva un camino lucha y de ´poner el pecho´ desde el momento en que Brisa llegó, pero, también, en lo que puede, ayuda a quienes lo necesitan: “En este país la justicia es lenta y, lamentablemente, siempre lo pagan personas que no tenemos nada que ver con política, yo no pertenezco a ningún partido político y no llevo bandera religiosa, pero sí tengo mucho para agradecer. Mi devolución a la vida, a Dios, con lo que me da de tener a Brisa con nosotros, yo le doy de comer a gente en situación de calle en la Plaza de Morón, mirá si tengo para agradecer a la vida lo que me dio”.
Te puede interesar: https://diario-nco.net/fototitulares/ciro-un-nene-con-paralisis-cerebral-que/
Un Comentario.