
Ante la situación que estamos afrontando, tenemos que tener en cuenta que es algo desconocido, que lo afrontamos por primera vez, lo cual puede disparar estados de ansiedad.
Al no saber qué va a pasar al otro día, nos lleva a un estado de captación ansiosa, que nos hace ver un nuevo escenario, nuevo y desconocido.
En este proceso que estamos viviendo, tenemos que tener en cuenta, varias emociones y sentimientos, que debemos evitar y trabajar para que no nos colapsen en la vida cotidiana, tanto si estamos pasando el aislamiento en familia, como solos.
¿Qué podemos sentir en esta situación de encierro?
Podemos caer en el miedo de perder la salud, la falta de recursos que utilizamos en nuestra vida cotidiana, a quedarnos sin insumos o las comodidades que tengo. Percibiendo esto, podemos pensar “que pasa si me contagio” o “puedo contagiar a mi familia”, lo que nos lleva a una conducta funcional o una disfuncional.
En la conducta funcional, podemos realizar actividades recreativas, como inventar juegos con las personas que convivimos; empezar un libro que dejamos en stand by por la falta de tiempo; reparar u ordenar partes de la casa, comenzar un proyecto olvidado. En cuanto a la conducta disfuncional, es encerrarnos en las fake news o al ultra consumo de noticias relacionadas al Covid 19.
La frustración nos hace sentir la falta de libertad que da el encierro, el no poder hacer lo que hago siempre, el perder un trabajo o las horas de estudio. Ante esta nueva situación debemos generar nuevos hábitos, ya sea de horarios para hacer ejercicio, organización para salir a comprar, etc.
El enojo, suele ocurrir cuando sentimos que un hecho es injusto, lo cual puede llevar a pleitos innecesarios, resquemores en la convivencia. También puede pasar cuando los rituales y costumbres de los integrantes de la casa no coinciden con los nuestros; en tal caso, debemos encontrar un punto de adaptabilidad con el resto de los convivientes.
Podemos llegar a caer en la ambivalencia, que sería tratar de sostener tantas emociones y sentimientos a la vez, sumados a no saber cuándo terminara esto. Tenemos que mentalizarnos en que todo va a terminar y podremos reencauzar, paulatinamente, nuestra vida cotidiana.
¿Cómo nos vemos representados socialmente?
En el aislamiento que estamos viviendo, nuestro plano social se ve estrechamente afectado en el plano psicológico. En este momento se ponen en juego nuestras destrezas cognitivas y cómo podemos transformar nuestro ambiente en positivo.
La utilización de nuestro lenguaje, de nuestros saberes, aportará a un aislamiento más placentero. Hay que tener en cuenta que nuestras herramientas cognitivas son lo que nos hacen involucrarnos en el ambiente cultural, en este momento en que conviven niños, adolescentes y adultos, precisamente en necesario dejar de lado el adultocentrismo y animarnos a lo lúdico, mismo si vivimos soles, para poder dar un giro al encierro.
Nuestras relaciones y estructuras sociales se vieron en jaque, por lo cual, en estas semanas debemos sostener un nuevo andamiaje que no estaba preestablecido.
Seguir estando próximos a nuestros allegados, seguir comunicándonos, seguir explorando nuestras habilidades creativas, nos dará un pasaje para poder llevar adelante esta dura etapa que estamos atravesando.
Esta cuarentena nos está dando la oportunidad de abrirnos y descubrir espacios en el encierro, de adentro para afuera.
Fuentes: Recomendaciones de la Facultad de Psicología UBA.
Teoría de sociabilización Vigotsky.