Número de edición 8481
La Matanza

Durísimo testimonio de la nieta recuperada María Victoria Moyano

Durísimo testimonio de la nieta recuperada María Victoria Moyano.

Querellante en el juicio Brigada de San Justo, la nieta recuperada María Victoria Moyano Artigas, dio un testimonió contundente. Denunció los límites del juicio, que sus apropiadores no están imputados y contó la verdad del Plan Cóndor.

Parte I

En el marco de la novena audiencia, la nieta recuperada, María Victoria Moyano Artigas, dio su declaración testimonial ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°1 de La Plata. Lo hizo en el juicio por los crímenes de lesa humanidad perpetrados en la Brigada de San Justo durante la última dictadura cívico-militar.

Querella parcial

En este proceso Moyano Artigas es querellante por el caso de desaparición de su madre Asunción Artigas, ya que tanto la desaparición de su padre, Alfredo Moyano, como su apropiación a manos de los genocidas, no forman parte del debate, con lo cual no hay imputados por esos crímenes, en función de las maniobras del Poder Judicial para fragmentar procesos y achicar los márgenes de verdad y justicia.

Con una sala colmada por más de 80 personas, para acompañar a Moyano Artigas se instalaron entre el público presente personalidades de los derechos humanos como Nora Cortiñas de Madres Línea Fundadora; Marta Ungaro, hermana de Horacio Ungaro (víctima de La Noche de los Lápices); sobrevivientes como Jorge Sobrado, Carlos Zaidmann y María Laura Bretal; Maine García (hija de desaparecidos), miembros de HIJOS La Plata y otros familiares de detenidos desaparecidos.

También estuvieron presentes José Montes y Juan Contrisciani, obreros del Astillero Río Santiago. Este último es hijo de desaparecidos al igual que Carlos Oroño, obrero de Fate que también estuvo presente. A ellos se sumaron trabajadores de la gráfica recuperada Madygraf, entre otros. Varias de las personas presentes que acompañaron a Vicky militan junto a ella en el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) y en el Frente de Izquierda.

El testimonio de Victoria emocionó a toda la sala y sobre todo, aportó datos y nuevas pruebas que permiten demostrar que el Estado argentino, bajo el gobierno constitucional de Isabel Perón, implemento el Plan Cóndor conjuntamente con las dictaduras vecinas del Cono Sur.

Parte del Plan Cóndor

María Victoria Moyano, con total firmeza, miraba al Tribunal, compuesto por los jueces Alejandro Esmoris, Nelson Jarazo y Pablo Vega. Su abogada, María Luz Santos Morón, integrante del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos y del colectivo Justicia YA!, realizó la primera pregunta: “¿Quiénes fueron tus padres y de qué hechos fueron víctimas?”

“Mi mamá se llamaba María Asunción Artigas y mi padre Alfredo Moyano. Ellos comienzan su militancia mientras vivían en Uruguay siendo muy jóvenes. Él era estudiante del liceo y ella cursaba sus estudios en la Facultad de Medicina. Por aquel momento, ambos comienzan su militancia en Uruguay en la ROE (Resistencia Obrero Estudiantil)”.

Comenzado su relato, María Victoria detalló la persecución sufrida por su familia: “La persecución a la familia Artigas en Uruguay era permanente. Fueron detenidos varias veces, no sólo perseguían a mis padres, sino también a mi abuela y mis tíos. Tales persecuciones figuran en fichas de informes de inteligencia mientras ellos intervenían en asambleas y llevaban adelante su actividad política. Toda esa información sale de archivos desclasificados y es pública, ya que figura en la página de la Secretaría de Derechos Humanos del Estado uruguayo”.

“Mi familia materna era perseguida por el propio jefe del ejército de Uruguay, José ’Nino’ Gavazzo, quien iba en persona a la casa de mi abuela Blanca y, en varias oportunidades, secuestró a sus tres hijos, quienes eran torturados. Ella contaba el tormento que vivía. Él, amenazaba a mi abuela diciéndole que no iban a volver más y le recordaba que el submarino (método de tortura) ’era la fuente de la verdad’”, cuenta María Victoria.

Complicidad uruguaya

Sus padres se casaron el 20 de diciembre de 1973 e inmediatamente viajaron a la Argentina, momento en el que Mary pide ser refugiada por Acnur, el programa de las Naciones Unidas. “Ya en el país, en el año 1975, mis padres fueron detenidos junto a mi abuela y llevados a la Brigada de San Justo, según investigaciones de la propia Secretaría de Derechos Humanos”.

“Mi abuela declara este secuestro en la causa Camps y cuenta que entre marzo y abril fueron secuestrados durante cuatro días de su domicilio por fuerzas conjuntas argentinas y uruguayas. Mi abuela escuchó a uno de ellos que usaba el término botija, que significa muchacho en Uruguay, por lo que supone la intervención conjunta de ambas fuerzas”.

“Durante esos días de secuestro los tres fueron torturados. Mi papá estuvo horas en un patio, golpeado. A mi mamá la torturaron con el submarino, así, aquella amenaza de Gavazzo a mi abuela fue un hecho. Fueron interrogados por uruguayos, mi madre pudo reconocer a Gavazzo, ese genocida que fue a su casa a secuestrar a sus hermanos”.

Moyano Artigas recordó que “la Policía Bonaerense, la Policía Federal y fuerzas uruguayas actuaban en conjunto desde antes del 76. En ese momento fueron detenidos 26 militantes del MNL, mis padres no militaban en esa organización pero tenían relación con ellos. Todas las mujeres detenidas esa vez fueron condenadas por la Ley Antisubversiva del 74 (que fue sancionada durante el gobierno de Isabel) y trasladadas a Olmos y Devoto; a los hombres los llevaron a Sierra Chica. Mis padres y mi abuela fueron los únicos liberados”.

En ese sentido afirmó que “hay un listado de los 26 nombres de los detenidos que fue publicado por el propio Estado uruguayo bajo el Memorándum de Gavazzo 9/9 75. En éste ya figuraba en ese momento que la Brigada de San Justo era un lugar de reunión, quiénes eran sus jefes, como serían las detenciones”.

“Hay un testimonio de mucha importancia que es el que me brindó Elba Ballestri, quien fue secuestrada en el 75 hasta octubre del 83. Fue torturada en San Justo por uruguayos y luego por argentinos y finalmente condenada por la ley Antisubersiva del 74 para luego ser puesta a disposición del PEN”.

María Victoria leyó cada uno de sus nombres en la audiencia y aportó este listado como prueba al Tribunal. En este sentido también consta el testimonio de Lidia Callegari, que era uruguaya y fue secuestrada en el 75, y llevada a la Brigada de San Justo y luego trasladada a Uruguay.

La querellante y testigo dio una definición contundente: “todos estos hechos relatados sucedían en la Brigada de San Justo durante el 74 y 75, que funcionaba como centro clandestino y actuando conjuntamente las fuerzas de ambos países. No eran sólo bandas paraestatales como la Triple A, era el Estado, el Poder Ejecutivo, sus ministros y sus jueces”.

“En esta causa sólo se investiga una pequeña porción de lo que pasó en San Justo. No era sólo un simple lugar de fichaje como lo dice el auto de elevación a juicio. Allí, con la actuación conjunta de las fuerzas, tuvo sus antecedentes el Plan Cóndor bajo un gobierno constitucional como el de Isabel Martínez de Perón”.

“Este es un juicio completamente limitado. No hay un solo imputado por el secuestro de mi abuela Enriqueta Santander, ni mis padres, como tampoco por los demás uruguayos que fueron secuestrados y detenidos en ese momento”. Después de esta detención su madre hace la denuncia en Acnur.

En la causa de Plan Cóndor de Roma está la declaración de sus tíos que fueron presos políticos en Uruguay. Su abuela visitaba a sus hijos torturados en las cárceles uruguayas mientras continuaba la búsqueda sin descanso de María Victoria y sus padres. Su hijo más chico y tío de Vicky con apenas 12 años fue secuestrado en Argentina y abusado sexualmente. Todo está denunciado en la causa Plan Cóndor Roma como documentos secretos.

Victoria destacó que incluso se registran detenciones y torturas en el CCD San Justo desde el año 1974. “Durante todos estos años, cruzando datos, hablando con sobrevivientes, con testigos, haciendo mi propia investigación, sabemos que ya en el año 74 habían 5 uruguayos detenidos en la Brigada de San Justo. Uno de ellos era el papa de Amaral García, que siendo un niño de sólo 5 años estuvo allí”.

La voz de los que no están

Victoria en este tramo de su testimonio comenzó diciendo que si este juicio hubiese comenzado hace mucho tiempo y no hubiese sido dilatado, su abuela podría haber declarado como lo hizo en otros juicios. “Hoy soy su voz y las de mis padres”, dijo. La sala escuchaba con emoción y atención su relato. Su voz era lo único que se escuchaba.

“Durante el año 77 mis padres vivían en Berazategui, mi madre estudiaba medicina, mi padre psicología y era pintor, formaba parte del Sindicato de Pintura de Zona Norte. El 30 de diciembre de ese año fueron secuestrados en su domicilio por la Policía Bonaerense y el Ejército. Esta detención tiene que ver con lo que sucedió en Uruguay”.

“En las investigaciones que vine haciendo pude comprobarlo… En noviembre del 77 secuestran al dirigente montonero De Gregorio en Colonia con documentación falsa que le entregó el GAU (Grupo de Acción Unificadora). La Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) viaja a Montevideo a interrogar a De Gregorio en conjunto con el FUSNA (Armada Uruguaya). Luego de esto hay 50 operativos de fuerzas conjuntas en Uruguay y son detenidos casi la totalidad de los militantes del GAU”.

Relató Victoria que en esos operativos los detenidos sometidos a torturas eran interrogados sobre las actividades del grupo GAU en Argentina. Luego de esto “llevan adelante en Buenos Aires el operativo llamado ’Montonero’ para perseguir a la organización aquí en la Argentina. Del 21 de diciembre al 30 de diciembre los uruguayos exiliados en la Argentina son secuestrados”.

“Mis padres en esos entonces militaban en el MLN, pero por su actividad política con la organización fueron considerados parte de la misma y secuestrados en ese operativo. Mis padres hicieron todo el circuito Camps: pasaron por COT I Martínez, Pozo de Banfield, Pozo de Quilmes, Brigada de San Justo”.

Condiciones inhumanas

Mientras desarrollaba su relato iba mostrando la documentación donde consta lo denunciado, mostró un informe de Gavazzo (jefe de Inteligencia del Ejército Uruguayo) del operativo que llevaron adelante junto con la ESMA.

“Cuando mis padres son secuestrados en el 77 ya estaban registrados en San Justo por el secuestro previo del 75” expresó. Su madre llevaba dos meses de embarazo al momento de ser secuestrada. Algunos familiares lo sabían. Una médica uruguaya detenida con María Asunción lo confirmó. Se sabe por el testimonio de sobrevivientes que las condiciones de todos los detenidos y las embarazadas en particular eran brutales.

“Mi mamá mientras cursaba el cuarto y quinto mes de embarazo fue torturada, cuando terminan de torturarla y habían determinado que su hijo iba a nacer, le dieron algo de leche y frutas. Ella sufría convulsiones. Un médico de la Brigada la amenazó y le dijo que ella no se iba a ir de ahí hasta que no naciera su hijo”.

Y continúa con su relato contando muy emocionada sobre la resistencia de su madre en el centro clandestino. “En una sola oportunidad le dieron vitaminas a mi mamá para poder recuperarse. El trato diferente para con ella para quedarse con su bebé consistía en dejarla repartir la comida y retirar los tachos con excremento. Así era el cautiverio”.

“Fue acosada sexualmente por los agentes del centro clandestino que intervenían ahí. Cuentan los sobrevivientes que mi madre organizó a sus compañeros y compañeras y logró frenarlo organizando a todos los detenidos con una gran moral, por lo que siento un inmenso orgullo, porque en esas condiciones que mi madre haya podido hacerlo, habla de su enorme fortaleza y resistencia”.

“Hay un problema en este juicio, que cuando hablamos de Banfiled se limita a Banfield pero había una relación más que comprobada entre San Justo, Pozo de Banfield y Pozo de Quilmes”, graficó.

Continúa mañana…

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