
El candidato del Partido Social Liberal se impuso en segunda vuelta con el 55,1 por ciento de los votos. Asumirá sus funciones el primero de enero de 2019.
El aspirante del Partido Social Liberal (PSL), Jair Bolsonaro, se impuso el domingo en segunda vuelta y es el nuevo presidente del vecino país, rompiendo el liderazgo del Partido de los Trabajadores (PT) que se mantuvo en el poder durante 15 años.
El capitán de la reserva del ejército brasileño y diputado federal desde hace más de 20 años alcanzó el poco más del 55 por ciento de los votos y superó de esta forma al candidato petista Fernando Haddad, que obtuvo once puntos menos, de acuerdo a los resultados oficiales publicados por el Tribunal Superior Electoral, con el 99,95 por ciento de los votos escrutados.
La participación en estas elecciones marcadas por la polarización, el descrédito del PT luego del encarcelamiento de su líder, Luiz Inácio Lula da Silva, y el surgimiento de la polémica figura de Bolsonaro, un ultraderechista que promete una guerra contra el crimen y la corrupción y que fue apuñalado en plena campaña, se ubicó en el 78,71 por ciento.
En su primeras palabras como mandatario electo, el candidato ultraderechista remarcó que “sabíamos para dónde estábamos yendo, ahora sabemos para dónde queremos ir, mi querido pueblo brasileño, muchas gracias por la confianza”.
A su vez, sostuvo que su país no podía seguir “flirteando con el comunismo, socialismo, populismo y con el extremismo de la izquierda”, y que hará un Gobierno para colocar a la mayor economía de Sudamérica “en un lugar destacado”.
Qué dijo Haddad sobre la derrota
Minutos después de conocidos los resultados, el candidato del Partido de los Trabajadores, habló a sus seguidores y llamó a defender la democracia “de quien quiere usurpar el patrimonio del pueblo brasileño”. Además, Haddad no felicitó al presidente electo ni hizo ningún tipo de autocrítica por el resultado negativo en las urnas. En cambio, aseguró que su partido seguirá “llevando su mensaje a los rincones del país”.
“No dejaremos el país atrás. Lo colocaremos por encima de todo. Defenderemos nuestro punto de vista respetando la democracia, especialmente por lo que está en juego. Muchos electores cambiaron su voto en los últimos días al tomar conciencia de lo que estaba en juego en Brasil. Vivimos un período ya largo en que las instituciones ha sido puestas a prueba en todo instante, primero con la destitución de (la presidente) Dilma Rousseff y después con la persecución a Lula, pero seguimos con determinación y coraje”, arremetió.
“Tenemos una tarea enorme en el país, que es en nombre de la democracia. Defender el pensamiento, las libertades de los 45 millones que nos acompañaron hasta aquí”, afirmó el ex ministro de educación del gobierno de Lula da Silva. “Tenemos la responsabilidad de hacer una oposición colocando el interés nacional por encima de todo”, agregó.
Un presidente polémico
Quien comandará a una de las economías más fuertes de Latinoamérica por los próximos cuatro años, tiene un largo y polémico historial en sus casi 30 años de carrera política, en lo que a declaraciones y pensamientos se refiere. Dentro de sus más fuertes palabras, apoyó la tortura, el racismo, el machismo y la homofobia.
En una entrevista a una revista de su país, en el año 2011, Bolsonaro aseguró que “sería incapaz de amar a un hijo homosexual. No voy a ser hipócrita aquí. Prefiero que un hijo mío muera en un accidente a que aparezca con un bigotudo por ahí”.
En otra de sus frases más fuertes, se mostró inflexible con las personas de menores recursos en su país y recriminó que “el pobre solo tiene una utilidad en nuestro país: votar. La cédula de elector en la mano es diploma de burro en el bolsillo. Sirve para votar por el gobierno que está ahí. Sólo sirve para eso y nada más”.
Desde el primer día del año próximo, entrará en funciones Bolsonaro y comenzará a vislumbrarse si aplicará todas las cuestiones que viene pregonando hace ya muchos años. Brasil eligió y la derecha volverá al poder luego de más de 15 años.