Luego del anuncio de la CGT de un paro general de 36 horas para noviembre, otra parte del arco sindicalcon Hugo Moyano a la cabeza, más la presencia de la iglesia oficiando una misa, se movilizó hasta la ciudad de la Basílica en un claro mensaje de unión en contra de las autoridades nacionales.
En una de las semanas más complicadas para el actual Gobierno, en lo que a expresiones políticas negativas se trata, el secretario general del Sindicato de Choferes de Camiones, Hugo Moyano, encabezó una multitudinaria movilización opositora en la que se pidió por “paz, pan y trabajo” y cambios en la forma de gobernar del oficialismo en el aspecto económico.
El reconocido sindicalista estuvo acompañado por dirigentes del Frente Sindical para el Modelo Nacional, intendentes y diputados del Partido Justicialistay la temática principal fueron duras críticas hacia el Gobierno y reclamos para que se implementen cambios en la política económica y social que se están llevando a cabo en los últimos tres años.
Algunos de los dirigentes opositores que dieron el presente fueron los diputados nacionales Daniel Scioli, Eduardo “Wado” De Pedro, Felipe Solá, Daniel Arroyo y Fernando Espinoza; y los jefes comunales de los partidos bonaerenses de Merlo, Gustavo Menéndez; de Ituzaingó, Alberto Descalzo; de La Matanza, Verónica Magario; de San Martín, Gabriel Katopodis, y de Malvinas Argentinas, Leonardo Nardini; entre otros tantos.
La jornada contó con una misa que fue llevada a cabo por el arzobispo de Mercedes-Luján, Agustín Radrizzani. “Nuestro pueblo debe ser artífice de su propio destino y no quiere tutelajes, ni injerencias donde el más fuerte subordina al más débil. Quiere que su cultura, sus procesos sociales y tradiciones religiosas sean siempre respetadas”, profirió el monseñor, en referencia a los acuerdos que se produjeron con el Fondo Monetario Internacional en los meses de junio y septiembre.
A su vez, profundizó al indicar que ninguno de los problemas que existen en la actualidad se pueden solucionar sin la interacción constante entre el Estado y el pueblo. “Si realmente queremos un cambio positivo tenemos que asumir nuestra sana interdependencia. Pero interacción nunca es sinónimo de imposición. El futuro de la Nación está fundamentalmente en manos de nuestro pueblo y en su capacidad de organizarse”, concluyó Radrizzani.
Para su hijo Pablo, la movilización fue “histórica”
En tanto que, el líder del gremio de Camioneros, Pablo Moyano, hecho más leña al fuego y aseguró que la misa celebrada en Luján contra las políticas del Gobierno tuvo el resguardo del papa Francisco desde el Vaticano y la calificó como “histórica” y “multitudinaria”.
“El Papa está preocupado por esta desgracia que tenemos como modelo económico, que suma cada vez más pobres y desocupados a través de la inflación y tenemos una muy buena relación con el Papa Francisco. Sin dudas no se podría haber realizado esta movilización en la Basílica de Lujan sin la venia de él; fue histórico, muy importante, multitudinaria”, expresó Pablo Moyano en declaraciones a Radio Cooperativa.
Además, con sus dichos, Pablo confirmó la cercanía de la cúpula eclesiástica con el acto opositor, pese a que horas antes Hugo Moyano había asegurado que “la Iglesia no tomó una posición partidaria”. Más allá de esa desmentida, el 17 de octubre pasado, el presidente de la Comisión de Pastoral Social, Jorge Lugones, había recibido al jefe camionero y hablaron sobre las temáticas que luego serían parte de la marcha.
Antes de eso, los Moyano también tuvieron un claro acercamiento con otra autoridad de la Iglesia, de reconocido vínculo con el papa Francisco, el presidente de la Comisión Episcopal, Oscar Ojea. Asimismo, otro interlocutor cercano a la familia Moyano es Gustavo Vera, de la ONG La Alameda, un amigo de Bergoglio, de diálogo semanal y línea telefónica abierta con Santa Marta, la residencia del sumo pontífice.
Fuentes de las fotos: Diario Perfil
