Número de edición 8481
La Matanza

Isidro Casanova: Un merendero hecho a pulmón

Isidro Casanova: Un merendero hecho a pulmón.

Sebastián empezó un proyecto en el que se dedica a darles la merienda a chicos del Barrio San Alberto que la necesitan. Hace dos años, dos voluntarios dieron el puntapié inicial sirviendo en la calle y hoy albergan a 25 jóvenes de distintas edades.

Leonardo Sebastián Rivero lleva adelante un merendero en el Barrio San Alberto de Isidro Casanova. Cada día entre las 16 y 18 horas recibe junto a dos personas que trabajan con él a 25 chicos de entre 2 a 12 años que buscan un lugar que les pueda proporcionar su mate cocido todas las tardes.

“La idea nació hace dos años, por parte de Fabián y Susana -iniciadores del proyecto- que formaron un merendero en la calle para la gente que recolecta basura”, explicó Sebastián sobre el proyecto. Los dos habían empezado un merendero en la calle, donde les servían algo para comer a las personas que

trabajan recolectando basura.

El merendero tuvo su puntapié inicial en la misma casa de Susana, aunque han pasado por distintos espacios dentro del barrio, como la parroquia de San Alberto. Luego Sebastián armó una página en la red social Facebook y buscó lugares para que el proyecto pueda seguir adelante.

En este momento el proyecto no tiene un lugar propio, sino que funciona en un salón donde había trabajado, que los fines de semana se usa para fiestas de 15 años; a cambio de afrontar los gastos o algún arreglo del lugar, tiene permitido albergar a los niños para hacer funcionar el merendero. “El salón está cerrado en la semana y  tiene todo lo que necesitamos: cocina industrial, heladeras y freezer”, detalló sobre el lugar sobre las prestaciones que puede usar.

La fuerza de voluntad y las donaciones que reciben de la gente para alimentar a los chicos que van a tomar su taza de mate cocido es lo que mantiene al merendero, no recibe ayuda municipal de ningún tipo. “No tenemos relación con la Municipalidad, porque nadie se acercó ni me llamó”, destacó, y explicó que su número está disponible en las redes para que cualquiera pueda acercarse a dar una mano.

Si bien agradece que le presten un lugar para poder servirles la merienda a los chicos que se acercan, Sebastián ansía poder contar con un establecimiento propio para poder recibir a los chicos que asisten al merendero cada día. “Nosotros anhelamos tener un local que no sea tan lejos del barrio; acá hay un centro en el que fui a hablar con los dueños, pero siempre hay trabas”, explicó.

El 26 de agosto, se llevará a cabo un evento en la calle Esperanza por el día del niño, en el que tomarán donaciones para el merendero. “Necesitamos utensilios de cocina, como ollas, sartenes, una pava grande, vasos y cubiertos”, enumeró Sebastián sobre los artículos que necesitan que donen las personas que asistan.

El “boca en boca” que se generó en el barrio hizo que lleguen muchas donaciones, entre las que les entregaron 200 unidades de hamburguesas y 200 salchichas para poder dar durante el evento, para poder cumplir el objetivo del merendero.

“Queremos que sea masivo; igualmente nos han llegado alimentos, todo esto hizo que funcione como un motor”, destacó. El evento contará con diversión para los más chicos, como un tatuador, artistas faciales y un barbero.

Sebastián destacó que se diferencia de otros merenderos que son selectivos con los chicos que permiten ingresar. “Hubo una casa que seleccionaba a los chicos; les daban un papelito para identificarlos y si no lo tenían no ingresaban”, explicó.

Para él, la transparencia en sus donantes siempre es importante, por lo que destaca la acción que cada uno realiza para poder ayudar. “Si un negocio nos realiza una donación, nosotros decimos quién fue el que nos trajo lo que hoy

estamos sirviendo, queremos hacer una transparencia”, explicó.

La ayuda de voluntarios para atender a los chicos llega de todos lados, hasta de las redes sociales. Sebastián explicó que tras una conversación por la red social Facebook, un chico que actualmente es voluntario se acercó para brindar ayuda en el comedor.

El apoyo de su familia es importante para llevar adelante el merendero, y por eso agradece la ayuda que le dan sus ocho hijos. “Por ejemplo, mi hijo de 6 años viene conmigo todos los sábados, y mis hijas de 15 y 12 ya me dicen que van a participar”, destacó y agregó que todos aportan su grano de arena para ayudar en lo que él necesite.

 

 

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