Dijo que le habían disparado y que lo salvó el chaleco antibalas. Pero todo era una farsa.

El policía, de 26 años, había declarado que lo atacaron para robarle su arma y que incluso hasta le habían disparado, pero que el chaleco antibalas le salvó la vida. Su versión iba a derrumbarse rápidamente, porque las cámaras de seguridad del lugar donde dijo que había ocurrido el hecho demostraron que eso nunca pasó. En realidad, el agente inventó todo para vender su pistola en el mercado ilegal. Terminó detenido y desafectado de la Bonaerense.
El oficial, identificado como Nahuel Garzo, contó que el domingo pasado por la noche se dirigía a cumplir con su servicio en la comisaría 3° Sur de Dorrego, en el partido de La Matanza. Entonces, tres ladrones a bordo de un Chevrolet Corsa lo abordaron frente a la terminal de ómnibus de La Plata, en la esquina de 4 y 43, para que les entregara su arma.
Ante la negativa de la víctima, siempre según su relato, uno de los delincuentes se bajó del auto y le disparó tres veces, pero lo salvó el chaleco antibalas y los agresores finalmente huyeron con su pistola.
Sin embargo, la veracidad de la historia cambió rotundamente cuando los investigadores de la comisaría 2° y de la subcomisaría de Gorina (dependientes de la Jefatura Departamental de la Ciudad de La Plata) pudieron constatar, mediante las cámaras de seguridad de los vecinos de donde ocurrió el supuesto hecho, más los testimonios recabados, que nada de lo expuesto y denunciado por el oficial había sido cierto.
La investigación concluyó con la detención de Garzo y el secuestro de la pistola marca Bersa Thunder calibre 9 milímetros, que había sido entregada para la venta en el mercado ilegal.
La causa, caratulada en un principio como “robo calificado y tentativa de homicidio”, pasó ahora a caratularse como “falsa denuncia”, con intervención de la UFI N° 11, a cargo del fiscal Álvaro Garganta.
La Auditoría General de Asuntos Internos dispuso la desafectación del imputado.
A principios de este mes, Clarín publicó un informe sobre los robos de armas a policías, tras los asesinatos de las agentes Tamara Ramírez (26) y Lourdes Espíndola (25), en Glew y Ituzaingó, respectivamente.