En una nota realizada el 12 de abril pasado, Diario NCO recorrió las calles del barrio Esperanza en Virrey del Pino y expuso las circunstancias que viven los vecinos allí: calles anegadas, sin zanjas, sin un conducto que permita la descomprensión del agua acumulada por la gran cantidad que cae al llover. A eso se le suman las obras de asfalto, que dejan montículos de tierra en las esquinas, haciendo intransitables las calles.
Alejandra Lajas
alejandralajas63@gmail.com
Hoy la realidad sigue siendo la misma pero se complica cuando, después de un arreglo del asfalto en Wast y Maranta, el continuo tránsito fue rompiendo un tramo de ese pavimento.
Por eso, en esa zona se puede ver una gran cantidad de agua acumulada, que impide el normal funcionamiento del tránsito tanto vehicular como peatonal por el continuo barro que se forma en ese círculo. Además, bajo el agua se oculta un enorme bache que provocaba que un par de autos quedaran atrapados. Las personas del lugar siguen pidiendo al delegado municipal soluciones, pero todavía nada cambia.
Sin embargo, esta es solo una parte del problema
Por la calle Hugo Wast hacia el fondo del barrio, la cantidad de agua caída hizo que la esta avenida quede tapada. Los comerciantes se preguntan por qué tienen que pasar por esta problemática, cuando existen bocas de tormenta que deberían evitar que se acumule el agua. Al preguntar si se limpian gradualmente dichas entradas, los vecinos respondieron que no.
Así, aparte de no responder los reclamos de la gente del barrio, no se realiza el mantenimiento adecuado para que no haya que pasar por estas inundaciones, que producen tanta desazón en las personas.
Los vecinos y comerciantes de las zonas continúan con las mismas quejas. Señalan que se cansan de reclamar y que cuando se arregla algo, se desarregla otra cosa.
Generalmente, son los vecinos quienes tienen que buscar soluciones para una situación que se complica cuando hay niños y mayores enfermos, debido a que no puede ingresar al barrio un remís o una ambulancia.
La situación es continua. Cada vez que hay lluvias la gente vive atormentada por el mal momento que le toca vivir. Hace unos años atrás, cuentan los vecinos que en las calles cercanas al río, el agua llegó a más de dos metros de altura, dejando a las familias sin nada. Incluso algunos hasta perdieron la vida.
Así y todo, las respuestas no llegan. A esta situación se suma la inseguridad, la falta de protección y la gente se siente abandonada, ajena a la preocupación de los gobernantes. Vivir bien es un privilegio para algunos, mientras que el resto debe conformarse con solo respirar.
luego,luego