Matanza nuevamente debajo del agua y una actitud política que no cambia.
Barrios de Virrey del Pino y González Catán, cómo Los Álamos, San Pedro, La Palangana, El Progreso, Mi Esperanza volvieron a inundarse. Durante la tarde del Lunes a pesar de haber cesado la lluvia, el agua de la lluvia siguió subiendo y decenas de familias debieron ser evacuadas.
Con la emergencia no tardo la solidaridad de los propios vecinos y una vez más la presencia de Identidad Vecinal en la zona trabajando en tareas de asistencia y colaboración junto a diversos grupos de vecinos llevando la solidaridad aguas adentro, donde la gente se quedó cuidando sus casas.
Los funcionarios locales no aceptan que la gente pobre también teme por inseguridad, y prefiere quedarse con el agua y al cuello.
La ayuda oficial no va más y allá de donde comenzaba la inundación esperaban a que las personas con sus hijos en brazos y con sus escasos medios salieran hasta la orilla en busca de ayuda, ante la indiferencia los vecinos se organizan y con todo tipo de elementos flotantes caminan en medio de las aguas con sus ollas llevando comida caliente, leche, remedios, pañales y ropa.
Los barrios que se inundan siguen siendo los mismos barrios que son negados en su existencia, por ser asentamientos no reciben tratamiento ni atención de parte de las autoridades locales.
Una vez más la unión y la organización de los vecinos es la única solución para que la gente no se encuentre sola en una situación tan desesperante.
Matanza nuevamente debajo del agua y una actitud política que no cambia.
Barrios de Virrey del Pino y González Catán, cómo Los Álamos, San Pedro, La Palangana, El Progreso, Mi Esperanza volvieron a inundarse. Durante la tarde del Lunes a pesar de haber cesado la lluvia, el agua de la lluvia siguió subiendo y decenas de familias debieron ser evacuadas.
Con la emergencia no tardo la solidaridad de los propios vecinos y una vez más la presencia de Identidad Vecinal en la zona trabajando en tareas de asistencia y colaboración junto a diversos grupos de vecinos llevando la solidaridad aguas adentro, donde la gente se quedó cuidando sus casas.
Los funcionarios locales no aceptan que la gente pobre también teme por inseguridad, y prefiere quedarse con el agua y al cuello.
La ayuda oficial no va más y allá de donde comenzaba la inundación esperaban a que las personas con sus hijos en brazos y con sus escasos medios salieran hasta la orilla en busca de ayuda, ante la indiferencia los vecinos se organizan y con todo tipo de elementos flotantes caminan en medio de las aguas con sus ollas llevando comida caliente, leche, remedios, pañales y ropa.
Los barrios que se inundan siguen siendo los mismos barrios que son negados en su existencia, por ser asentamientos no reciben tratamiento ni atención de parte de las autoridades locales.
Una vez más la unión y la organización de los vecinos es la única solución para que la gente no se encuentre sola en una situación tan desesperante.