Número de edición 8481
Destacadas

Libertad y elección en el tiempo de las redes sociales

Libertad y elección en el tiempo de las redes sociales.

¿Estamos totalmente determinados o es  posible elegir ser diferente?

En una época donde la producción propia es cada vez más limitada y todos los pensamientos se someten a un “compartir” en las redes sociales, ¿es posible tomar una elección propia en nuestras vidas o estamos totalmente determinados por la sociedad y los medios?

 

La cuestión del libre albedrío y el destino es un problema que ha inquietado tanto al psicoanálisis como a la filosofía. Para Sartre, por ejemplo, la libertad estaba inherentemente ligada a la subjetividad, siendo el sujeto el responsable de todas las decisiones, ya que no hay nada por fuera de su ser que lo determine.

Por otra parte, Nietzsche- siempre un poco mas soez de lo común-  nos dice: “La independencia no es un derecho, es un privilegio que corresponde a una minoría”. Siendo así, la libertad de elección queda  sometida a un grupo reducido de personas, mientras que los demás solo podrán reproducir y “compartir” lo ya dicho.

El problema de la “elección” en la filosofía parece dirimirse en el terreno del yo. De este modo, Descartes afirma: “¿Qué soy pues? Una cosa que piensa. ¿Qué es una cosa que piensa? Es una cosa que duda, enciende, concibe, afirma, niega, quiere, no quiere y, también, imagina y siente”.

Ahora bien, él mismo menciona que dentro de su pensar hay algo que puede engañarlo, y ese es el eje del problema. Al respecto, para refutar a Descartes, Lacan sostiene: “Pienso donde no soy, luego soy donde no pienso”.

Puesto que para el psicoanálisis, a diferencia de la filosofía, el yo es el terreno del desconocimiento. Por lo tanto, no es sede del deseo y la elección. El yo solo puede duplicar lo que ya está dado. Entonces, ¿es posible decidir por fuera de lo heredado?

Parece que el destino comienza a entrar en juego en la cuestión de la libertad de elección. Para Freud, el destino- más allá de los componentes metafísicos que podríamos otorgarle- muchas veces puede estar dirigido por ciertas marcas del inconsciente, es que hay sucesos originarios que pueden sellar el devenir del sujeto, sometiéndolo a repetir la misma escena en su vida una y otra vez.

Estas insignias que marcan al sujeto para siempre son aportadas por el Otro, que es la dimensión simbólica del sentido, proveniente no solo de nuestra herencia familiar, sino de nuestra cultura, con todo lo que esto implica; la sociedad tensa al sujeto entre sus hilos conformados por dispositivos de poder políticos, sexuales y culturales, determinando su elección la mayoría de las veces.

El  sujeto parece estar cercado por el Otro. Lacan, al respecto, afirma que el deseo del sujeto es el deseo del Otro. Este punto inaugura el lugar del sujeto, marcado siempre por la falta, por lo que carece. Todo parece indicar que el  destino del sujeto está totalmente determinado.

Pero, ¿existe alguna posibilidad de desandar los sentidos aportados por el Otro? Hay momentos críticos en la vida del sujeto en el que se presenta una variante, una oportunidad de cambiar el rumbo de lo establecido. Este punto solo es abordado si  el sujeto puede poner en juego los sentidos dados para arribar a una transformación.

Esta situación no es sin apremio, sin cierto estado de angustia frente a la expectativa, debido a un factor fundamental que también es constitutivo del sujeto: La imposibilidad. Es que lo imposible también es un determinante de la vida.

La elección se abre entre dos caminos. O bien se elige hacia lo imposible, o bien se enmascara lo imposible leyéndolo como  insuficiente, que también es una manera de sostener el deseo.

Pues, vivir en una situación que parece insuficiente solo sirve para que lo imposible no se perciba. Ahora bien, ir hacia lo imposible es intentar hacer realizable lo inimaginado. Ahí radica la cuestión de la angustia frente a la expectativa de algo que nunca tuvo lugar en la vida del sujeto, algo absolutamente novedoso. Esto es… un acontecimiento.

¿Cuál es la tarea del psicoanálisis?

En principio, el psicoanálisis plantea que se debe estar atento a que el sujeto no se escabulla en el escondite del fenómeno social como una alternativa aportada por el Otro. El camino de las redes sociales parece ser el espacio donde los individuos creen generar un cambio, copiando y pegando frases preestablecidas, sin advertir que están determinados por completo.

Por este motivo, el objetivo principal de un análisis es acompañar al sujeto a que él mismo se libere de los hilos de sentido provenientes del Otro, debido a que en ese punto  radica la pura determinación y la incapacidad de elegir. Por lo demás, parece que una elección genuina no es algo que suceda regularmente en la vida, y cuando ocurre conmueve toda la subjetividad, transformándola para siempre.

Imágenes: comoeslovaina.com.

 

 

Artículos Relacionados

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Volver al botón superior