Enfoque: Solo una vez
Cuando alguien varía tan drásticamente una posición política, gremial o periodística, seguidamente se resguarda reciamente frente a sus archivos sin que –aparentemente- lo menoscabe aquello que pueda exhibírsele en contrario.
Por: Carlos E. Galli
carlosgalli@yahoo.com
Es obvio que, independientemente del derecho que le asiste a tomar las actitudes que desee, el personaje debería al menos tener el decoro de disimular un tanto su oportunismo, su desmedido egocentrismo y no exagerar su ambición personal sin evaluar el daño que causó y causa con informes “recontra chequeados” a personas o instituciones, sean estas públicas o privadas.
El asunto pasa por instalar un tema determinado cada vez que se planta frente a un medio de comunicación, procurando sorprender y retener a una audiencia ávida del tipo de periodismo basura que ejerce, seleccionando, indigna y minuciosamente su presa, y luego, si debe retractarse de su depravación o chabacanería, lo hace de manera inversamente proporcional a la insolencia expresada.
Se le puede entender la funcionalidad, pero exhibe genuflexiones que en algún momento tal vez repugnen hasta a quienes tributa. Todos nosotros, en algún momento hemos repensado alguna idea o postura, ya que no hacerlo sería ilógico pero, no es tan relevante en personas sin ascendencia masiva como sí en quienes empuñan un micrófono, esgrimen una pluma o enfrentan una cámara y que son los que deberían manejarse con criterios de mesura y equilibrio.
No parece ser el caso de Jorge Lanata quien giró 180 grados y pasó -años atrás- de desmenuzar detalladamente el famoso gráfico sobre la composición monopólica de Clarín, resaltando que el mismo era el dueño de nuestra conducta, agenda y diversión, a ampararse bajo su sombra ya que, según sus palabras va a estar siempre junto “al más débil”.
Cilíndrico, bamboleante, con fecha de extinción a la vuelta de la esquina, y envuelto en nubes de humo, se dirige a su público con mirada torva, escrutadora, repartiendo insultos, sandeces y groserías a extraños y propios ante una tribuna de la que dudo su asistencia si no hubiera un estímulo pecuniario.
No es ingenuo cuando expresa ácidos comentarios sobre su atormentado de turno ni ignora el fin que persigue con los mismos. Y así pasea su frondosa humanidad por lugares donde presuma basura ajena bajo la alfombra, ignorando indagar en la propia, y manipulando tendenciosamente notas imposibles de refutar por quienes no cuentan con sus medios y contactos.
Qué lejos quedaron algunas emisiones rescatables de “Día D”, como aquella donde cuestionara duramente a Luis Barrionuevo por presentar declaraciones juradas en cero, o la creación del mítico Página 12, del cual surgieron figuras relevantes que aún continúan con la senda original; y qué cerca está la fundación del diario Crítica, su posterior bancarrota y el despido de todos sus integrantes.
Imposible pasar por alto episodios vergonzosos como el de Venezuela, en ocasión de una compulsa electoral, con posterior victoria del Cte. H. Chávez, donde resultó ser el único periodista con “inconvenientes policíacos.” O cuando, en cobarde connivencia con un representante del pueblo, el Senador Nacional Luis Petcoff Naidenoff, fraguó un supuesto y calamitoso reportaje en una escuela rancho en Formosa, patraña luego desmentida, documentada y concienzudamente por el esforzado periodista formoseño Alejandro Crivisqui.
No pretendo resaltar una vez más -por ser harto conocido-, el reciente episodio donde hiciera protagonista, como producto de un corazón rebosante de odio y de actitudes denigratorias hacia sí mismo más que al prójimo, a un infante inerme y vulnerable de supuestos hechos aberrantes.
Lo que no debemos olvidar es que integra –quién sabe hasta cuándo- uno de los centros más importantes de la corporación periodística mundial que cuenta con sucursales en la Argentina administradas por siervos (y ciervos) de alta gama.
Al margen de su descrédito en vastos sectores del país, el tipo, persevera, presenta cíclicamente planos, lavados de dinero, evasores increíbles y recintos rebosantes de dólares.
Para concluir, tres sugerencias. Una, que disminuya la frenética realimentación de un ego desmesurado; dos, que cuide su salud mental y física, ya que el Borda está colapsado y las bóvedas de otro tipo, como ser en Las Praderas Celestiales, han elevado su precio en dólares cuantiosamente, y tres, que administre sabiamente esta bonanza actual ya que, como dijo alguien por ahí, ese adminículo que impide la reproducción llamado preservativo, profiláctico, condón, camishina o comúnmente forro, se utiliza sólo una vez, luego se anuda y se tira al inodoro.-