Trabaja como custodia en el Poder Judicial de la calle Monseñor Marcón y Florencio Varela, es capitán de la policía de la provincia de Buenos Aires.
Por: Evangelina Bernal
evangybernal@gmail.com
Habitualmente lo podemos ver todos los días en las puertas del Poder Judicial, ubicado en la esquina de las calles Monseñor Marcón y Varela, se trata de nuestro amigo Horacio, capitán de la policía de la Provincia de Buenos Aires, quien, en diálogo con NCO, nos comentó cuál es la función que ocupa en el predio:
“Hace diez años que estoy en este lugar, somos la custodia de la guardia del predio de la fiscalía general y de todos los juzgados que están dentro del mismo –expresó- de esta forma tratamos de dirigir a la gente que viene, indicándoles según los trámites que tienen que hacer a que oficina deben dirigirse, y lo mismo si tienen que hacer alguna denuncia”, señaló el servidor público.
“Hay veces que familiares de detenidos hacen manifestaciones, algunas son tranquilas, en otras hay desórdenes y tenemos que juntar a los jefes, y tratar de cuidar el orden para que no haya disturbios”remarcó, y prosiguió diciendo que “gracias a Dios no sufrí nunca heridas, pero si hubo compañeros que resultaron heridos en el juzgado donde hacen los debates orales, porque hay gente que se manifiesta en forma tranquila, y otros que provocan disturbios creando enfrentamientos, y como custodia interna del juzgado tenemos que mantener el orden y la calma”afirmó.
En cuanto a las experiencias vividas en su profesión, Horacio agregó: “Estuve también muchos años en la calle en el comando, en cuadrillas, y en todo lo que va de estos años aumento mas la delincuencia pero también la presencia policial, en las comisarías hubo muchos compañeros que terminaron heridos otros que lamentar, por ejemplo días pasados en Isidro Casanova hubo un enfrentamiento donde le quisieron robar el auto a uno de nuestros compañeros, y el resultado fue un delincuente abatido, y el otro resultó herido” puntualizó.
Asimismo, concluyó sosteniendo: “Hemos aprendido a cada paso muchas cosas, la policía es una familia donde se viven muchas experiencias, uno se acostumbra al compañerismo llevamos el uniforme contento porque nos gusta lo que hacemos, aunque también pasamos momentos que sufrimos la pérdida de algún compañero y eso realmente nos duele, y en ocasiones otros salen heridos pero es nuestro deber, llevamos contentos el uniforme y hacemos lo que nos gusta, porque es una profesión que se lleva en el alma” admitió.