Número de edición 8481
Sindicales

Isidro Casanova: Permanece el conflicto con los trabajadores del molino

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Luego de que la semana pasada los empleados cortaran la Ruta Nacional N° 3 como medida de protesta, dialogó en exclusiva con NCO, Ricardo Juárez, uno de los delegados, quien comentó que la tensa situación se debe a que la empresa Lagomarsino ratificó “11 telegramas de despido”. Este martes se reunieron en el sindicato y ahora van por la conciliación obligatoria. Según comentó, la empresa “quería cerrar el molino”, argumentando la falta de trigo. “Vamos pelear, no vamos a perder la fuente de trabajo. De acá no se va a ir nadie”, advirtió el representante.

Nora Adámoli
Noraadamoli.nco@gmail.com

En boca del delegado, el conflicto comenzó hace aproximadamente dos meses, cuando fueron a radicar un pedido para que la firma reconozca a uno de los referentes sindicales y se enteraron de una noticia que cambió el eje de la discusión: “Fuimos al Ministerio (de Trabajo) a hacer una denuncia por reconocimiento de un muchacho delegado. Es que nosotros somos tres, pero la empresa a él no lo reconoce. También hay dos trabajadores de agencia que no están efectivos pero trabajan hace un año con nosotros. Allí nos encontramos con que la empresa quería cerrar el molino argumentando una crisis por falta de trigo y quería disminuir un poco de gastos”, explicó el hombre al dar cuenta del panorama poco alentador con el que se encontraron.

Así, remarcó que momentos después y a raíz de lo sucedido, desde la compañía “revolearon 34 telegramas de despido”. De esta cantidad, 15 trabajadores hicieron un retiro voluntario, debido a la situación preocupante que atravesaban. “Nosotros fuimos claros: dijimos que no se irá nadie más, pero hubo gente que ya no quería estar más y se terminó yendo”.

El resto del personal en cesantía, dijo Juárez, decidió quedarse a pelear por su fuente de trabajo, haciéndole frente a todo. “Por eso mismo le aclaramos a la empresa que no se irá nadie más”. Sin embargo, el hombre aseveró que luego de esta respuesta, se dio un inconveniente mayor: “En estos últimos días estuvimos sufriendo un vaciamiento de la planta, en lo que respecta a insumos y parte de elementos de los laboratorios en donde se analiza el trigo, por eso no pudimos volver a trabajar”.

Por esta causa, que viene a colación de la crisis que argumenta la empresa y que es la razón por la cual no podría seguir haciéndole frente a los salarios de los 97 trabajadores que componen la planta, Juárez explicó que no pudieron volver a trabajar como antes. “Estuvimos parados porque empezaron a sacar las cosas. Se llevaron hasta un autoelevador cuando estábamos en el sindicato. Los muchachos nos avisaron y le dijimos que no dejaran que saquen nada. Cuando vinieron por la segunda máquina, cortamos y no se lo permitimos”, señaló.

Pero los empleados tomaron más medidas: “Primero nos paramos en el portón y el miércoles cortamos la ruta. El jueves, decidimos cortar en el Molino Navarro porque se hablaba mucho del cierre de planta. Fuimos allí y al Molino Avellaneda (ambos de la misma empresa) para pedir solidaridad. En Navarro tuvimos suerte y la gente salió a movilizarse con nosotros”.

“El viernes cortamos en Avellaneda, como modo de manifestarnos por la fuente de trabajo ya que ellos (la empresa) centralizaron la producción de Casanova en estos dos molinos y nos dejaron sin nada”, aseveró.
Pero todo no acaba aquí. De acuerdo con el relato del delegado, la compañía “ratificó once despidos. El martes estuvimos con Carlos Barbeito, el secretario General de Uoma, nuestro sindicato, que convocó a todos los delegados de la firma. Fue una reunión larga y se decidió que si Lagomarsino sostiene el cierre de planta y sigue con los despidos, van a parar todos los molinos. Sacamos una nota que se enviará a la empresa y con los telegramas en mano iremos al Ministerio para rechazar los once despidos. Por eso la entidad sacará la conciliación obligatoria. Nosotros peleamos por la fuente de trabajo. Tuvimos la suerte de que nos apoye el sindicato”.

Según dijo el hombre, hasta ahora se realizaron muchas charlas, pero entre la patronal y los empleados no llegaron a un acuerdo. “Hubo un momento en el que se comentó que iban a cerrar la planta, luego que iban a pagar un 50 por ciento, un 70, después un 100, pero mucha gente se terminó yendo porque no quería seguir con el proyecto”.

“Con esto venimos hace dos meses. Ahora no tenemos trabajo porque centralizaron todo en Avellaneda y Navarro y nos quedamos sin nada. Tuvimos muchos conflictos por muchos temas, entre ellos despidos, pero siempre ganamos porque salimos a movilizarnos, buscamos apoyo, con la fuerza de los compañeros. Hoy, por suerte el secretario General se puso al frente. Esto nos da un poco más de fuerza para poder seguir avanzando”.

Por último, contó que de aplicarse la conciliación, durante 30 días la situación se retrotraerá hasta antes de las medidas que se tomaron y que desataron el problema. “Y ahí veremos qué sucede, si la empresa ratifica su postura o no. En la planta trabajan 97 personas, son 97 familias. 15 se fueron. Hoy, si no teníamos el apoyo del sindicato, teníamos pensado acampar en todos los molinos. A Lagomarsino le dijimos: si no trabajamos nosotros, no trabaja nadie. Este es un molino combativo, que pelea, que lucha”, sentenció.

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